El crudo intermedio de Texas (WTI) cerró este jueves en 60,07 dólares por barril, un 3,66 % menos, arrastrado por los aranceles del 145 % impuestos por Estados Unidos a las importaciones chinas y el incremento de producción anunciado por la OPEP+.
La caída, equivalente a 2,28 dólares respecto al miércoles, borró las ganancias previas ligadas a la «tregua arancelaria» de 90 días otorgada por Washington a otros socios comerciales.
La Casa Blanca confirmó a CNBC que la tasa total sobre productos chinos combina el 20 % vigente desde abril de 2024 y el 125 % adicional decretado este miércoles por Donald Trump. Este escenario ha encendido alarmas en el mercado energético, donde China —el mayor importador mundial de crudo— enfrenta un posible freno en su demanda si la guerra comercial profundiza una recesión global.
A esto se suma la decisión de la OPEP+ de aumentar su bombeo en mayo, lo que ampliaría la oferta en un contexto ya volátil. Datos del Instituto Americano del Petróleo (API) agravaron el pesimismo: las reservas comerciales de crudo en EEUU subieron por segunda semana consecutiva (2,6 millones de barriles), aunque el total de 442,3 millones se mantiene bajo el promedio estacional.
Otro factor bajista es la posible reactivación del acuerdo nuclear con Irán, cuyas negociaciones en Omán podrían liberar millones de barriles iraníes al mercado. «Cualquier avance con Teherán ejercería presión adicional sobre los precios», advirtió un analista de Goldman Sachs consultado por Reuters.
El WTI, que había repuntado levemente el miércoles tras el anuncio de la tregua, acumula una caída del 12 % en lo que va de abril. Operadores anticipan mayor volatilidad en las próximas sesiones, pendientes de datos clave sobre inflación en EEUU y el impacto real de los aranceles en el comercio bilateral.