Desde 2017, Chile registra un aumento exponencial en la llegada de migrantes de Venezuela, miles de los cuales cruzaron caminando la frontera por Bolivia o Perú a través de pasos clandestinos
Chile expulsará a inmigrantes irregulares que no hayan aportado sus datos a un plan de empadronamiento biométrico voluntario, anunció el jueves el presidente Gabriel Boric, al endurecer su discurso frente a la migración irregular, reseñó AFP.
«A quienes estén irregulares en Chile, los vamos a echar», dijo Boric, en una ceremonia en la que presentó un plan de fortalecimiento de las tareas control territorial por parte de los cuerpos policiales, delineado ante el incremento de los índices de delincuencia y de datos récord en la percepción de inseguridad publica entre la población.
El mandatario izquierdista ordenó a las autoridades policiales que se detenga y expulse dentro de un período de cinco días a aquellos inmigrantes irregulares que tengan orden de detención pendiente.
«Respecto a los extranjeros que estén en situación irregular y no hayan cumplido el empadronamiento voluntario, aunque no estén con una orden de detención en su contra, se les dictará el decreto de expulsión», precisó Boric.
El gobierno promovió este año un plan de empadronamiento biométrico para extranjeros irregulares. El proceso, que ya culminó, logró almacenar los datos de 127.000 personas.
La iniciativa buscó subsanar el déficit de información respecto de la identidad de extranjeros que ingresaron a Chile de forma irregular en los último cinco años, en su gran mayoría proveniente desde Venezuela.
El aumento de la inmigración irregular domina el debate en Chile tras una serie de sonados casos policiales que han tenido a extranjeros como protagonistas, entre ellos, el ataque contra un policía utilizando una granada, el pasado 19 de noviembre.
La oposición de derecha amenazó con iniciar un juicio político en contra de la ministra del Interior y Seguridad, Carolina Tohá, si no se concreta la expulsión de 12.000 migrantes irregulares antes de fin de año.
Desde 2017, Chile registra un aumento exponencial en la llegada de migrantes de Venezuela, miles de los cuales cruzaron caminando la frontera por Bolivia o Perú a través de pasos clandestinos.
De acuerdo con estimaciones oficiales, de los 1,7 millones de extranjeros que llegaron a Chile en los últimos años casi la mitad de ellos son venezolanos.
El proyecto de nueva Constitución para reemplazar la vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), sobre el cual los chilenos deben pronunciarse en un plebiscito el próximo 17 de diciembre, contiene un artículo que obliga a expulsar a los migrantes irregulares en el menor tiempo posible, acogiendo un tema que en estos momentos acapara la opinión pública.