«Solo podrán abrir en el país tiendas de alimentación, farmacias, gasolineras, bancos y estancos y kioscos de prensa, indicó el primer ministro en una comparecencia ante los periodistas, en la que anunció el cierre de bares, restaurantes, discotecas, cines y otros comercios no indispensables»
El primer ministro francés, Édouard Philippe, ordenó este sábado el cierre a partir de la medianoche de todos los establecimientos abiertos al público «no indispensables» ante una aceleración de la difusión del COVID-19 en las últimas horas que atribuyó a que no se respetan las consignas oficiales.
El jefe del Gobierno aseguró que «las primeras medidas adoptadas para limitar las reuniones han sido imperfectamente aplicadas», lo que ha llevado a «una aceleración de la difusión del virus y, en ciertos territorios, a un aumento del número de personas en reanimación».
Paralelamente, el director general de Sanidad, Jérôme Salomon, indicó que el país ha pasado a la fase 3 (de 3), ante la aceleración de la difusión de la epidemia, lo que supone que el virus circula ya en todo el territorio.
A partir de este domingo solo podrán abrir en el país tiendas de alimentación, farmacias, gasolineras, bancos y estancos y kioscos de prensa, indicó el primer ministro en una comparecencia ante los periodistas, en la que anunció el cierre de bares, restaurantes, discotecas, cines y otros comercios no indispensables.
Señaló que también se mantienen abiertos los transportes públicos, aunque disminuirá su frecuencia, al tiempo que hizo un llamamiento a los ciudadanos a limitar los desplazamientos, sobre todo, los interurbanos.
Al mismo tiempo, Philippe aseguró que se mantienen las elecciones municipales que este domingo vivirán la primera vuelta, porque los expertos científicos no les han aconsejado suspenderlas.
«Nos han confirmado que se pueden desarrollar, respetando estrictamente las consignas de distanciamiento y priorización de las personas mayores y frágiles», indicó el jefe del Gobierno, convencido de que los franceses mostrarán «calma y civismo».
En las últimas 72 horas, Francia duplicó el número de afectados, que son ahora 4.500, según las cifras oficiales, que revelan también 91 muertos, doce más que la víspera, y 300 pacientes en estado grave.
Philippe, indicó que tras el discurso a la nación del pasado jueves del presidente Emmanuel Macron, los ciudadanos no han adoptado las recomendaciones de frenar su vida social, la única solución que los científicos consideran eficaz para frenar los contagios.
Por ello, el Gobierno ha tomado la decisión de todo establecimiento no indispensable para forzar al cumplimiento de esas consignas.
«Tenemos que mostrar todos juntos una mayor disciplina», indicó el jefe del Gobierno.