«El 8 de mayo es un día de pausa y una advertencia duradera para valorar y preservar la paz. Marca el final del reino del terror nacionalsocialista, de sus crímenes y de la asesina Segunda Guerra Mundial, que trajo muerte, destrucción e inconmensurable sufrimiento a millones de personas», señalaron
Los líderes de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel y Tino Chrupalla, dijeron este miércoles que el 8 de mayo, fecha en la que el país perdedor de la Segunda Guerra Mundial conmemora la «liberación» del nazismo, marca «el final del reino del terror» nazi, en lo que supone un cambio de tono.
«El 8 de mayo es un día de pausa y una advertencia duradera para valorar y preservar la paz. Marca el final del reino del terror nacionalsocialista, de sus crímenes y de la asesina Segunda Guerra Mundial, que trajo muerte, destrucción e inconmensurable sufrimiento a millones de personas», señalaron en un comunicado conjunto Weidel y Chrupalla.
Ambos citaron en su comunicado al político Theodor Heuss, del partido liberal (FDP) y el primer presidente de la República Federal de Alemania, cargo que ocupó entre 1949 y 1959, quien dijo que los alemanes fueron «redimidos y destruidos a la vez» el 8 de mayo.
Para Weidel y Chrupalla, la fecha «recuerda que millones de alemanes fueron víctimas de expulsiones e internamientos, violaciones y deportaciones forzosas en Europa en los años posteriores al final de la guerra», y «una ocasión duradera para tomar conciencia de toda la dimensión de nuestra historia y afrontarla».
El tono condenatorio de ambos líderes del partido contrasta con las palabras sobre el 8 de mayo que ellos mismos utilizaron en el pasado, pues Weidel, por ejemplo, desató una polémica en septiembre de 2023 cuando se refirió al término de la Segunda Guerra Mundial como una «derrota para nuestro país».
La semana pasada, la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, nombre que reciben en Alemania los servicios de inteligencia del Ministerio del Interior, pasó a considerar a AfD como «caso seguro de extremismo» de derechas, una decisión que el partido quiere impugnar ahora en los tribunales.
En la pasada campaña de las elecciones generales alemanas, en las que AfD quedó como segunda fuerza más votada (20,8%) al quedar sólo por detrás del bloque conservador del canciller Friedrich Merz (28,6%), Weidel también causó escándalo al afirmar que Adolf Hitler era «un izquierdista» y «un comunista que se consideraba socialista».
Otras figuras del partido como el diputado Götz Frömming, han señalado que la conmemoración del 8 de mayo debería estar más centrada en «el sufrimiento alemán», según recogió esta semana el diario conservador ‘Frankfurter Allgemeine Zeitung’.
Más notables en AfD son voces como las del líder del partido en el estado federado de Turingia, Björn Höcke, quien ha sido condenado por usar en discursos el lema nazi ‘Alles für Deutschland’ o ‘Todo para Alemania’ y quien ha denunciado que el trabajo de memoria histórica desarrollado en el país constituye una «cultura de la culpa» y «reeducación sistemática».
Höcke, de quien Weidel ha dicho que sería un buen ministro en caso de que AfD llegara algún día al poder, se ha referido al icónico memorial en Berlín a los judíos europeos asesinados por el III ‘Reich’ como un «monumento de la vergüenza».