Exteriores confirmó que las delegaciones estarán encabezadas por el embajador ruso en EEUU, Alexandr Darchiev, y la subsecretaria de Estado adjunta, Sonata Coulter
El Kremlin confirmó este martes una pronta reunión con EEUU para la normalización de relaciones diplomáticas, que tendrá lugar en Estambul.
«Nuestra participación será por la línea del Ministerio de Exteriores», dijo Dmitri Peskov, portavoz presidencial, en su rueda de prensa telefónica diaria.
Peskov respondió así a la pregunta sobre quién representará a Rusia en la nueva ronda de negociaciones que tendrá lugar supuestamente el 10 de abril.
Posteriormente, Exteriores confirmó que las delegaciones estarán encabezadas por el embajador ruso en EEUU, Alexandr Darchiev, y la subsecretaria de Estado adjunta, Sonata Coulter.
Son los mismos negociadores que se reunieron a finales de febrero en Estambul, donde el formato de negociaciones a nivel de expertos fue el mismo, según la fuente.
El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, aseguró hace unos días que la próxima reunión sería en la ciudad turca, pero no confirmó una fecha.
Desde la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, las negociaciones ruso-estadounidenses han tenido lugar mayormente en la capital saudí, Riad, y sólo en una ocasión, a finales de febrero, transcurrieron en Estambul.
Lavrov, que participó sólo en uno de esos encuentros, precisó que la próxima reunión abordaría los asuntos que aún enfrentan a Moscú y Washington a nivel diplomático, en alusión al funcionamiento de las legaciones de ambos países.
El Kremlin aseguró que Washington aún no ha respondido a las inquietudes rusas en materia de seguridad, lo que impide la declaración de un alto el fuego por tierra, mar y aire.
Trump se mostró descontento con los últimos ataques perpetrados por Rusia como el que mató a 20 personas la pasada semana en Krivi Rig, ciudad natal del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
Por el momento, Rusia ha rechazado un cese de las hostilidades y únicamente declaró el 18 de marzo una tregua de 30 días a los ataques contra la infraestructura energética, a la que se sumó una semana más tarde Kiev.