El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ordenó el inicio inmediato de negociaciones con el objetivo de lograr la liberación de “todos nuestros rehenes”, en un nuevo intento por destrabar el prolongado estancamiento diplomático en medio del conflicto con Hamas.
La decisión se produce en un momento de alta tensión regional, mientras Estados Unidos y la Unión Europea reiteran sus llamados a una tregua humanitaria que permita el ingreso de ayuda internacional y la evacuación segura de personas vulnerables en la Franja de Gaza.
Por su parte, Hamas ha mantenido su postura firme: exige un cese total de las hostilidades y la retirada de las fuerzas israelíes como condiciones previas para cualquier acuerdo de liberación de rehenes. Esta exigencia ha sido uno de los principales obstáculos en las conversaciones previas.
El proceso de negociación se encuentra condicionado por factores tanto militares como políticos. Observadores internacionales advierten sobre la complejidad del diálogo, marcado por una profunda desconfianza entre las partes y una situación humanitaria cada vez más crítica en Gaza.
El anuncio de Netanyahu llega en un punto de inflexión del conflicto, y se espera que las próximas horas sean determinantes para evaluar si los canales diplomáticos logran avances concretos tras meses de bloqueo. La comunidad internacional sigue de cerca el desarrollo de los acontecimientos, ante el riesgo de una nueva escalada.






