Las delegaciones de Ucrania y Rusia finalizaron este 16 de mayo en Estambul unas negociaciones que duraron menos de dos horas sin lograr pactar un alto el fuego, después de que la parte rusa presentara “exigencias poco realistas” que incluían la retirada de tropas ucranianas de su propio territorio como condición previa, según un diplomático ucraniano citado por Sky News.
Rusia volvió a insistir en que Ucrania abandone la totalidad de las cuatro óblasts que el Kremlin anexionó de forma ilegal en 2022 –Donetsk, Luhansk, Zaporizhzhia y Jersón–, un extremo rechazado de plano por Kiev y considerado inviable “más allá de todo lo discutido hasta ahora”. Tras escuchar estas demandas, los equipos se levantaron de la mesa sin llegar a un acuerdo.
Acuerdo de intercambio de prisioneros
Un punto de consenso fue el intercambio de prisioneros de guerra en proporción de 1.000 por 1.000, confirmado por el ministro ucraniano de Defensa, Rustem Umerov, al término de la reunión. “Conocemos la fecha, pero aún no la haremos pública”, declaró Umerov sobre el calendario de ese canje.
Poco después, Vladimir Medinski, jefe de la delegación rusa, ratificó el acuerdo ante los medios estatales rusos.
Coordinación con aliados y llamamientos a mantener la presión
Tras la conclusión de las conversaciones, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, mantuvo una llamada con el presidente estadounidense, Donald Trump, y los líderes de Francia, Alemania, Reino Unido y Polonia para coordinar sanciones más duras contra Moscú en caso de que este siga negándose a detener las hostilidades. El primer ministro polaco, Donald Tusk, urgió a “aumentar la presión” tras acusar a Rusia de romper de facto las negociaciones.
Las conversaciones, impulsadas por la invitación que el presidente turco Erdoğan cursó a ambas partes, tenían el objetivo de reactivar un proceso de paz tras tres años de estancamiento y ataques continuos en el frente este ucraniano. Sin embargo, la exclusión del propio Putin del encuentro –que delegó en Medinski– y la ausencia de altos cargos rusos como el ministro de exteriores Sergey Lavrov fueron interpretadas por Kiev y varios socios occidentales como un signo de falta de voluntad real de Moscú para avanzar hacia una solución negociada.
Ucrania, por su parte, mantiene abierta la puerta a futuras negociaciones, siempre que Rusia acepte de manera completa e incondicional el alto el fuego previo al diálogo político. Por ahora, ese paso sigue siendo “la condición indispensable” para cualquier avance, concluyeron fuentes ucranianas.