Más de un millón de personas fueron asesinadas en este lugar por la maquinaria de matar nazi. El Ejército Rojo liberó este campo de exterminio el 27 de enero de 1945
Hace 80 años fue liberado el campo de concentración de Auschwitz, el lugar donde 1,1 millones de personas, el 90% de ellas judías, fueron masacradas. Este nombre es el reflejo de los crímenes del nazismo, y también, de las consecuencias de la intolerancia. La puerta “Arbeit Macht Frei” (El trabajo hace libres) es reconocida en todo el mundo.
Asesinatos en masa
Las autoridades alemanas fundaron el campo de concentración de Auschwitz en 1940 en la ciudad polaca de Oswiecim tras su invasión de Polonia en 1939. Al principio fue un campo para prisioneros polacos, incluidos sacerdotes católicos y miembros de la resistencia subterránea polaca. Los alemanes establecieron más tarde unos 40 campos en la zona, pero el más tristemente célebre es Birkenau, un vasto emplazamiento utilizado para asesinatos en masa en cámaras de gas, rememora AP.
Los nazis habían creado campos de concentración anteriormente en territorio alemán, donde albergaron presos comunes y enemigos políticos, sin embargo, su idea era la de asesinar al grueso de la población judía que para 1940 ya había sido apartada en guetos sobrepoblados en las principales ciudades polacas, destaca France 24.
«El lugar fue elegido porque, desde el punto de vista del transporte, está ubicado en el centro de Europa, y podían llegar allí los trenes con deportados. Eran también consideraciones logísticas”, refiere Christoph Heubner, vicepresidente del Comité Internacional de Auschwitz (IAK), en entrevista con DW.
En Auschwitz, además de los asesinatos sistemáticos se realizaron experimentos médicos a cargo de Josef Mengele, quien torturó hasta la muerte a decenas de personas.
El Ejército Rojo, el héroe
Fue el Ejército Rojo el que liberó este campo de concentración. El 27 de enero de 1945, las tropas soviéticas llegaron a las puertas de Auschwitz y encontraron unos 7.000 prisioneros débiles y desnutridos, como lo reseña AP. Boris Polevoy, un corresponsal del periódico soviético Pravda que fue testigo presencial, describió una escena de sufrimiento increíble: “Vi miles de personas torturadas a quienes el Ejército Rojo había salvado, personas tan delgadas que se balanceaban como ramas al viento, personas cuyas edades uno no podría adivinar”.
Heubner, que ha acompañado a muchos supervivientes, resume así sus relatos: «Fue un momento de absoluta parálisis. Los libertadores, jóvenes soldados de la Unión Soviética, estaban ante los portones de Auschwitz y no daban crédito a sus ojos. Ya habían visto muchas cosas, pero no lo que vieron allí: muertos caminando. Solo al ver sus rostros y sus ojos, comprendían: esos esqueletos están vivos”, registró DW.
Preservar la memoria
Auschwitz es hoy un museo y memorial gestionado por el estado polaco, y es uno de los sitios más visitados en Polonia. Su misión es preservar los objetos presentes y la memoria de lo que ocurrió, para lo que organiza visitas guiadas y sus historiadores realizan investigaciones. En 2024, más de 1,83 millones de personas visitaron el sitio.