El almirante de la Armada de Estados Unidos Alvin Holsey dejó este viernes sus funciones como jefe del Comando Sur, organismo responsable de las operaciones militares estadounidenses en América Latina, apenas un año después de haber asumido el cargo. Las responsabilidades de mando fueron transferidas de manera interina a su segundo al mando, el teniente general de la Fuerza Aérea Evan Pettus.
La salida de Holsey ocurre en un contexto de fuerte escrutinio por parte del Congreso estadounidense sobre los recientes ataques de Estados Unidos en el mar Caribe contra supuestas narcolanchas, operaciones que también se extendieron al este del océano Pacífico y que habrían dejado al menos 87 personas fallecidas.
Durante su discurso de despedida, el almirante evitó referirse tanto a las operaciones militares como a las razones de su retiro anticipado. No obstante, subrayó la importancia de preservar las relaciones de cooperación de larga data con los países de la región, destacando el compromiso con los valores democráticos y el respeto al Estado de derecho.
“Para ser un socio de confianza, debemos ser creíbles, estar presentes y comprometidos”, afirmó Holsey al dirigirse a su sucesor.
El retiro del alto oficial fue anunciado de manera sorpresiva en octubre, más de un mes después del inicio de los ataques en el Caribe y el Pacífico oriental. Según informes citados por el medio Axios, las razones detrás de su salida podrían estar relacionadas con desacuerdos internos en el Departamento de Defensa.
De acuerdo con esas versiones, Holsey habría expresado preocupación por la legalidad de las operaciones militares impulsadas bajo la dirección del secretario de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth. Aunque el Pentágono sostiene que el almirante no presentó objeciones formales, los reportes señalan que actuaba con mayor cautela de la que esperaba el secretario, lo que habría generado tensiones en la conducción de las acciones militares.






