Un pastor de una iglesia en Chicago resultó herido tras recibir un disparo de una bala de pimienta directamente en la cabeza.
El grave incidente ocurrió mientras el líder religioso participaba en una protesta de oración pacífica. Según testigos, el disparo provino de un agente enmascarado del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
La manifestación se describía como completamente tranquila y sin altercados, lo que convierte el uso de fuerza no letal contra el pastor en un acto de agresión sin provocación aparente. Este dramático suceso ha generado una condena generalizada y profunda preocupación entre la comunidad religiosa y activista de la ciudad.
El ataque al líder espiritual ha provocado llamados inmediatos a la rendición de cuentas y a una investigación completa de lo ocurrido.
Organizaciones de derechos civiles y líderes comunitarios exigen que el agente de ICE responsable sea identificado y que se determinen las circunstancias exactas que justificaron, si es que alguna, el uso de un arma de este tipo contra un manifestante pacífico. Mientras el pastor recibe atención médica, la comunidad insiste en mantener la calma y continuar con las actividades de defensa de la justicia de forma no violenta. Se espera que las autoridades federales emitan una declaración sobre este perturbador uso de la fuerza.






