Señalan que varios países de acogida no están siendo rápidos a la hora de conceder permisos de trabajo a los activistas
La comisaria de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatovic, pidió este miércoles un mejor apoyo de los países a los periodistas independientes y los activistas de derechos humanos y democráticos de Rusia y Bielorrusia.
Estos activistas «son actualmente objeto de represalias y acoso por parte de sus gobiernos y necesitan el apoyo continuado de los miembros del Consejo de Europa, tanto si se han marchado o se han quedado en sus países», señaló Mijatovic en una declaración difundida este miércoles.
Mijatovic señala que algunos países, como Lituania, Letonia, Alemania, Estonia o la República Checa, han puesto en marcha mecanismos de acogida para estas personas, que están bajo una presión aún mayor por parte de Moscú y Minsk tras el inicio de la invasión rusa de Ucrania.
Sin embargo, estos mecanismos de acogida no son similares en alcance ni en temporalidad, y no están presentes en muchos países del Consejo de Europa, señala la responsable del Consejo de Europa, que denuncia que sigue habiendo «obstáculos muy serios» para estas personas.
Por ejemplo, Mijatovic apunta a que algunos países europeos han limitado los visados para ciudadanos rusos y bielorrusos tras la invasión de Ucrania, lo que castiga a los activistas.
«Los defensores de derechos humanos han explicados que una prohibición general de visados de turistas para todos los ciudadanos rusos o bielorrusos, incluso con excepciones, puede tener consecuencias para quienes necesitan salir de Rusia de forma rápida y discreta», destaca.
Mijatovic también indica que varios países de acogida no están siendo rápidos a la hora de conceder permisos de trabajo a los activistas.
Otro problema es que algunos estados miembros del Consejo de Europa exigen no tener antecedentes penales a los extranjeros que piden residencia permanente, mientras que muchos de los candidatos a quedarse han sido objeto de procedimientos penales en Rusia o Bielorrusia por sus actividades democráticas.
La comisaria de Derechos Humanos también alerta de la «creciente desconfianza» de las autoridades y empresas de países europeos a la hora de tratar con ciudadanos rusos y bielorrusos.
Además, algunos de los activistas tienen problemas para registrar sus ONG o entidades legales en los países de acogida, lo que complica la continuación de su labor.
Por ello, Mijatovic pide a los países del Consejo de Europa que adopten planes de acogida que abarquen todos los aspectos del asentamiento (legal, laboral, familiar) y apliquen salvaguardas contra posibles solicitudes de extradición.






