El acusado describió que inyectaba a los pacientes una sobredosis de fármacos que les causaba alteraciones de la circulación y el ritmo cardíaco
Un tribunal alemán sentenció este jueves a cadena perpetua por el asesinato de 85 pacientes a un enfermero que ya cumple en la cárcel esta misma pena tras ser condenado en 2015 por otros dos crímenes.
Durante el proceso, abierto el pasado 30 de octubre en la Audiencia Provincial de Oldenburg (centro de Alemania) por el asesinato de cien pacientes, el enfermero Niels Högel se confesó culpable de los hechos y reconoció 43 de las muertes.
El tribunal, que consideró la especial gravedad de los hechos, descarta su salida anticipada de prisión una vez cumplidos 15 años de reclusión, y le prohibió de por vida volver a ejercer su profesión.
En sus últimas palabras ante los familiares de las víctimas, Högel, de 42 años, dijo estar arrepentido y avergonzado, y señaló que durante el juicio llegó a entender el enorme sufrimiento causado por los hechos, cometidos entre 2000 y 2005 en las clínicas de Oldenburg y Delmenhorst.
Los crímenes de Högel, considerado el mayor asesino en serie de la historia criminal alemana desde la Segunda Guerra Mundial, salieron a relucir en verano de 2005, tras ser sorprendido por una compañera de trabajo cuando envenenaba a un paciente.
Con anterioridad, el acusado describió que inyectaba a los pacientes una sobredosis de fármacos que les causaba alteraciones de la circulación y el ritmo cardíaco.
Admitió que actuó por aburrimiento y para demostrar su valía ante sus colegas.