Pakistán lanzó este jueves una serie de ataques militares de precisión altamente coordinados contra lo que llamó «escondites terroristas» en la provincia iraní de Sistán y Baluchistán, informó el Ministerio pakistaní de Asuntos Exteriores a través de un comunicado.
Según la cancillería, varios «terroristas» perdieron la vida en la operación. Por su parte, desde Teherán informan que tres mujeres y cuatro niños de nacionalidad no iraní habrían muerto a causa de las explosiones.
La medida fue tomada tras los «informes fidedignos» de los servicios de inteligencia sobre una «inminente actividad terrorista a gran escala» de milicias de origen pakistaní que residen en Irán, señala el ministerio.
«Pakistán respeta plenamente la soberanía y la integridad territorial de la República Islámica de Irán», subraya la cancillería.
Aseguró que «el único propósito de la acción de hoy era garantizar la seguridad y los intereses nacionales de Pakistán, que son de importancia primordial y no pueden verse comprometidos». «Pakistán seguirá tomando todas las medidas necesarias para preservar la seguridad de su pueblo», concluyó.
La cancillería pakistaní calificó a Irán de «país hermano» de Pakistán. «Siempre hemos hecho hincapié en el diálogo y la cooperación para hacer frente a los desafíos comunes, incluida la amenaza del terrorismo, y seguiremos esforzándonos por encontrar soluciones conjuntas», indicó.
Mientras, en las cercanías de la ciudad de Zahedán, en la provincia iraní de Sistán y Baluchistán, se escucharon múltiples explosiones, revelaron a la agencia de noticias IRNA las autoridades locales, que actualmente están investigando el incidente.
Según la agencia iraní Fars, tres mujeres y cuatro niños de nacionalidad no iraní habrían muerto a causa de las explosiones. Irán ha exigido a las autoridades pakistaníes una explicación inmediata sobre el incidente, recoge IRNA.
Medios pakistaníes reportaron que la Fuerza Aérea de Pakistán atacó con drones y misiles supuestos campamentos del Ejército de Liberación de Baluchistán (ELB), una guerrilla calificada por el Gobierno del país asiático como organización terrorista.
El ELB opera principalmente en Baluchistán, la provincia más grande de Pakistán, al sudoeste del país, pero esta vez el supuesto ataque habría ido dirigido contra una sede del movimiento en Irán. Según reportes, los objetivos alcanzados se encuentran cerca de la frontera entre ambos países.
El pasado martes, Irán atacó dos instalaciones estratégicas del grupo terrorista Jaish al Adl (Ejército de Islam) localizadas en Pakistán.
Islamabad condenó el ataque, afirmando que la «violación» de la soberanía pakistaní es «completamente inaceptable» y puede acarrear «graves consecuencias». Tras el incidente, el embajador pakistaní en Teherán fue llamado a consultas.
El ministro de Relaciones Exteriores paquistaní, Jalil Abbas Jilani, mediante una llamada telefónica con su homólogo iraní Hossein Amir Abdollahian, le insistió que el ataque iraní «no solo fue una grave violación de la soberanía de Pakistán sino también una violación flagrante del derecho internacional y del espíritu de las relaciones bilaterales entre Pakistán e Irán».