La ONU recuerda que el Comité de Derechos Humanos prohíbe la imposición de la pena de muerte para los crímenes, salvo en los «crímenes más graves», los de extrema gravedad que implican homicidio voluntario, y entre los que no figuran los delitos de drogas
En lo que va de año, al menos 209 personas fueron ejecutadas en Irán, sobre todo por delitos relacionados con la droga, según un comunicado de la ONU, que señala, no obstante, que esta cifra podría ser más elevada.
«En promedio, desde el inicio del año, más de 10 personas han sido ejecutadas cada semana en Irán, lo que hace que sea uno de los países con más ejecuciones en el mundo», declaró Türk, citado en el comunicado.
El régimen religioso ejecuta casi a tantos como en 2015
«A este ritmo, es preocupante constatar que Irán sigue en el mismo camino que el año pasado, cuando unas 580 personas fueron ejecutadas», añadió, calificando este balance de «abominable».
Si esta tendencia continúa a lo largo del año, «representaría uno de los niveles más elevados de la aplicación de la pena de muerte en Irán desde 2015», año en que llevaron a cabo 972 penas capitales, apuntó Ravina Shamdasani, portavoz del Alto Comisionado.
Sólo un reducido número de países impone y aplica la pena de muerte. «Imponer la pena de muerte para los delitos relacionados con la droga es incompatible con las normas internacionales en materia de derechos humanos», advirtió Türk.
La ONU recuerda que el Comité de Derechos Humanos prohíbe la imposición de la pena de muerte para los crímenes, salvo en los «crímenes más graves», los de extrema gravedad que implican homicidio voluntario, y entre los que no figuran los delitos de drogas.