China anunció aranceles del 34% a todos los productos importados desde Estados Unidos, escalando la guerra comercial entre las dos economías mas grandes del mundo. El movimiento viene como consecuencia a los «aranceles recíprocos» impuestos por el presidente Donald Trump.
Combinado con el 20% de otros gravámenes que Trump ha impuesto a los productos chinos desde que regresó al poder en enero, el arancel total de EEUU sobre los productos chinos es de al menos el 54%.
El Ministerio de Finanzas chino tachó las acciones de EEUU de «acto unilateral de intimidación» que «viola las normas comerciales internacionales y amenaza la estabilidad de las cadenas globales de suministro». En un comunicado, exigió a Washington «cancelar inmediatamente los aranceles» y resolver las disputas mediante «consultas basadas en la igualdad y el respeto». Los nuevos gravámenes chinos entrarán en vigor el próximo jueves.
Trump justificó su decisión durante un acto en la Casa Blanca, calificando a China como una de las «naciones que nos tratan mal», en referencia al déficit comercial récord de $295.400 millones registrado en 2024. «No permitiremos que nadie aproveche a los trabajadores estadounidenses», declaró el mandatario, sin mencionar las advertencias de analistas sobre riesgos inflacionarios.
Como represalia adicional, China suspendió «de inmediato» las importaciones de pollo de tres empresas estadounidenses y de sorgo de C&D (USA) Inc., citando «preocupaciones sanitarias». El Ministerio de Comercio también incluyó a 11 compañías de EEUU en su lista de «entidades no confiables» —vetando su acceso al mercado chino— y a otras 16 en una lista de control de exportaciones.
En paralelo, Pekín inició una investigación antidumping sobre tubos de rayos X para tomografías médicas importados desde EEUU e India, e impuso controles a la exportación de siete tierras raras —samario, gadolinio, terbio, disprosio, lutecio, escandio e itrio—, materiales críticos para industrias tecnológicas y de defensa.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) recibió una demanda formal de China contra los aranceles de Trump, que el Ministerio de Comercio consideró «un ataque al sistema multilateral». «Seguiremos defendiendo nuestros intereses con firmeza», afirmó un portavoz, mientras fabricantes chinos advirtieron sobre alzas de precios y desabastecimiento en sectores estratégicos.