Un grupo de 76 manifestantes, incluyendo decenas de menores, comparecieron este viernes ante un tribunal de Nigeria donde fueron acusados de traición tras ser detenidos a principios de agosto en las marchas masivas que sacaron a las calles a miles de jóvenes contra el alto coste de la vida y la mala gobernanza.
«El Gobierno del presidente Bola Tinubu ha tenido a estos menores detenidos desde agosto por protestas contra el hambre y la corrupción, sin acceso a asistencia legal ni a su familia. Por las horribles condiciones de detención muchos de ellos necesitan atención médica urgente», dijo en un comunicado Amnistía Internacional (AI).
La ONG pro derechos humanos denunció que cuatro de los detenidos menores de edad se desmayaron durante la audiencia, que tuvo lugar en un tribunal federal de la capital del país, Abuja, lo que «subraya su mal estado de salud física y mental«.
«Detener ilegalmente a menores y someterlos a juicios que son una farsa es una nueva dimensión de los persistentes ataques del Gobierno nigeriano contra los derechos humanos», destacó AI.
Todos los acusados se declararon inocentes de los cargos de traición o incitación al motín que pesan sobre ellos.
A principios de septiembre, la Fiscalía nigeriana acusó de cargos de traición y de desestabilizar el país a otros diez manifestantes, en el marco de unos juicios definidos por AI como «estrafalarios intentos sin fin de privar a las personas del derecho a la protesta pacífica».
Al menos 21 personas murieron solo en la primera jornada de las protestas convocadas a principios de agosto, según confirmó entonces a EFE el Frente de Acción Unida de la Sociedad Civil (UFCS), uno de los grupos que lideraron las marchas, mientras AI cifró en trece los fallecidos.
Días después del inicio de las movilizaciones, el presidente Tinubu se comprometió a «resolver» las preocupaciones de los jóvenes, al asegurar que algunas medidas controvertidas que ha tomado desde su llegada al poder en mayo de 2023 -como la retirada del subsidio sobre el combustible- eran necesarias para «salvar la economía».
Lo cierto es, no obstante, que el coste de la vida en Nigeria no ha hecho más que subir durante su mandato, con la inflación alcanzando el pasado junio un máximo histórico del 33,95 %, lo que ha disparado los precios de productos básicos como el arroz, el maíz y el ñame, haciéndolos inasequibles para muchos nigerianos.
Nigeria es el país más poblado de África, con más de 213 millones de habitantes, y uno de sus principales productores de petróleo, así como una de las mayores economías del continente.
Sin embargo, cuatro de cada diez nigerianos viven por debajo del umbral de la pobreza, según el Banco Mundial.
Información de EFE