El análisis científico sobre el calor en abril tuvo en cuenta el promedio de temperaturas máximas durante tres días consecutivos ese mes (26, 27 y 28) en el sur de España y Portugal, así como en la mayor parte de Marruecos y la zona noroeste de Argelia
La crisis climática aumentó, al menos cien veces, las posibilidades de que se diera como ocurrió a finales del mes pasado en buena parte del Mediterráneo un episodio de calor sofocante, más propio del verano, que de abril, y que impactó especialmente a España, Portugal, Marruecos y Argelia.
Así se desprende de la investigación de un equipo de científicos climáticos internacionales de la red World Weather Attribution (WWA), que ha publicado este viernes los datos de un análisis ´exprés´ sobre la vinculación del cambio climático con esas altas temperaturas a finales de abril en el suroeste de Europa y norte de África.
“Este calor habría sido casi imposible sin el cambio climático causado por el hombre”, y las temperaturas fueron hasta 3,5 grados superiores respecto a lo que hubiera ocurrido en un escenario sin emergencia climática», según los responsables del informe.
Desde 2015, esta red internacional de científicos que investiga sobre atribución climática, con socios como el Imperial College de Londres, el Real Instituto Meteorológico de Países Bajos (KNMI) o el Centro del Clima de la Cruz Roja, analiza en tiempo real datos para identificar nexos entre la emergencia climática y eventos extremos, tipo tormentas, olas de calor o sequías según ocurren en el mundo.
A finales de abril, determinadas zonas del suroeste de Europa y el norte de África registraron temperaturas “extremadamente altas nunca antes registradas allí en esta época del año, con máximas de entre 36,9 a 41°C para el conjunto de los cuatro países.
“Durante la última semana de abril, algunas localidades en estos países llegaron a registrar hasta veinte grados más del promedio para la época del año”, según la investigación, dirigida por diez investigadores de la red World Weather Attribution con expertos de universidades y agencias meteorológicas de Francia, Marruecos, Países Bajos y Reino Unido.
En Portugal y en la España peninsular se batió en ambos casos “por un margen muy amplio el récord nacional de un mes de abril”, y se llegaron a alcanzar temperaturas que rondaban los 40 grados con especial impacto en el extremo sur de la península.
En Marruecos, asimismo “se han batido varios récords locales en un mes de abril en todo el país”, después de que las temperaturas llegaran a superar los 41°C en algunas ciudades, y asimismo en Argelia se registró mucho calor y se sobrepasaron los 40 grados en algunas localidades, al menos el 28 de abril.
Estas temperaturas récord se suman lamentablemente a situaciones de sequía histórica en esas regiones, que exacerban los impactos del calor en áreas como la agricultura bajo la amenaza ya de una creciente escasez de agua, según los científicos.
El análisis científico sobre el calor en abril tuvo en cuenta el promedio de temperaturas máximas durante tres días consecutivos ese mes (26, 27 y 28) en el sur de España y Portugal, así como en la mayor parte de Marruecos y la zona noroeste de Argelia.
Como vienen demostrando otros estudios, los científicos involucrados en el estudio han alertado, en rueda de prensa, de que las temperaturas extremas están aumentando más rápido en Europa de lo que habían avanzado los modelos climáticos.
Hasta que no se detengan las emisiones de gases de efecto invernadero, las temperaturas seguirán aumentando y los episodios de calor en momentos anómalos serán “más frecuentes y severos”, ha asegurado Friederike Otto, del Instituto Grantham de Cambio Climático y Medioambiental.