«Fortalecer proyectos personales que convoquen grupos pequeños tiene la mayor importancia en este momento. No es evadirse. Es todo lo contrario. Es una actitud profundamente política. No es evasiva, no es jugar a que la realidad no está. Justamente porque está tan mal tienes que convertir tu vida en una disposición política», asegura la directora de la Escuela de Filosofía de la UCV
Ni complaciente, ni progobierno, ni pro-oposición, ni chavista, ni «guaidocista» ni nada que se le parezca. Nowys Navas es filósofa y desde hace año y medio dirige la Escuela de Filosofía de la Universidad Central de Venezuela (UCV), y pisa tierra todos los días. Las mujeres no pueden darse el lujo de desanimarse en una crisis como la venezolana, porque muchas cosas dependen de ellas.
«Estamos en medio de una catástrofe política, social. No tiene otra descripción. Vivimos en la mitad de una catástrofe, pero estamos vivos. Esa es la política real», reflexiona la profesora caraqueña, doblemente ucevista: por su pregrado y por su postgrado.
«Hay que buscar sentido. Tienes que hacer proyectos, tienes que hacer proyectos reflexivos porque es la única cosa que mantiene la cordura en un momento en el que todo está descoyuntado», expone Navas en conversación con Contrapunto, sostenida en el mes de diciembre.
-¿Dónde se encuentra el sentido?
-En proyectos personales. No puedes desvincular la filosofía en un país que es un «no país». No puedes sino buscar sentido en lo que pasa. Tenemos que volver a pensar cosa que nos parecen muy evidentes: el sentido de la obligación, responsabilidad, compromisos. El sentido de la vida práctica.
-Eso no se ve en los líderes. ¿Cómo lo encontramos nosotros?
-Es lamentable porque me imagino que es como una carrera: debe haber condiciones mínimas de partida. Los corredores se preparan, se entrenan y todo el mundo sale con condiciones de base. Eso deberían ser los países para las personas: algo que te dota con condiciones de base. En Venezuela, aunque no tengas condiciones de base, debes articular el sentido de tu propia vida. Es el reto de quienes tratamos de hacer ciudadanía en Venezuela.
No simplemente habitar, sino hacer ciudadanía, aunque es difícil, porque el país no nos trata como ciudadanos, ni como personas. Pero como nunca necesitamos salir, superar, estar un poco más allá de ser simplemente un habitante. Por eso es es tan importante tratar de articular sentidos para nuestra vida. Es la única posibilidad de que no nos reduzcamos a condiciones bestiales.
-¿Proyectos personales como cuáles?
-No pueden estar separados de los proyectos colectivos. Debes estar con tres o cuatro en un pequeño proyecto. En la UCV, que es mi espacio vital, ¿qué son proyectos personales? Tratar de que se haga un libro, de emprender un estudio, de que se avive un jardín que estaba muerto. Esos son los pequeños proyectos que les pueden dar sentido a nuestros días, porque estamos en esta cotidianidad abrumadora. Si no tienes pequeños proyectos con otros es muy difícil llevar los días.
-¿Me tapo los ojos ante lo demás?
-Es todo lo contrario: fortalecer proyectos personales que convoquen grupos pequeños tiene la mayor importancia en este momento. No es evadirse. Es todo lo contrario. Es una actitud profundamente política. No es evasiva, no es jugar a que la realidad no está. Justamente porque está tan mal tienes que convertir tu vida en una disposición política. Es saber que no estás solo, que a lo mejor vas a hacer esos proyectos con otros que no piensan como tú. Es la oportunidad de hacer reales el reconocimiento de la diferencia y de la heterogeneidad. Es momento de llevar estas cosas a la realidad. No todos tienen que ser mis amigos, pero podemos tener proyectos juntos. Es la única posibilidad que tenemos en el país si queremos que el país no sea un lugar solo para habitarlo.
-¿Dónde ve lo descoyuntado?
-A todo nivel. Políticamente no reconozco un gobierno en el gobierno constituido, pero tampoco lo reconozco en las fuerzas que estarían llamadas a movilizar el descontento. Veo lo descoyuntado tanto en la política instituida como en los adversarios políticos. No hay libertad en el sentido más fuerte. Individuales, políticas, sociales… No hay tejido. No hay cohesión, no hay posibilidades de punto de partida. Si estamos viviendo en eso, a quienes nos toca coser ese tejido es a quienes estamos decidiendo quedarnos en Venezuela para hacer cosas. No cuestiono al que se va; me parece una decisión legítima, pero si estas aquí debes asumir la tarea. No estamos construyendo discursos de nosotros mismos para nosotros mismos. ¿Dónde están los discursos de los que estamos aquí? No los que hacen los otros sobre los que estamos, o lo que dicen otros sobre nosotros. No nos estamos hablando a nosotros mismos.
Debemos ser capaces de hacer un lenguaje nuevo, encontrar lugares discursivos que no tenemos. Es una situación retadora e interesante. Las situaciones difíciles también son oportunidades, son retos para pensar y encontrar esos lenguajes y expresiones que no tenemos todavía. Confío en que como sociedad estamos creciendo y vamos a salir fortalecidos; no sé en qué tiempo, pero vamos a salir fortalecidos quienes estamos en Venezuela tratando de encontrar nuestro sentido de vida. Vamos a salir muy fortalecidos de estos retos que nos están tocando.
-¿Más Platón y menos Prozac?
-Hay que leer más, hay que hacer más filosofía, más Kant, más lógica, más teoría de la justicia, más estética. Más crítica del juicio. Necesitamos más diversidad en el pensamiento. Por eso apuesto por la escuela donde estoy, porque creo que es en esa heterogeneidad donde reside la autonomía de las personas, la autonomía real. Para mí la Escuela de Filosofía es el lugar de la autonomía, por la diversidad y heterogeneidad que constituye a la filosofía y a nuestra escuela en particular.
Nowys Navas no deja que la realidad le arrebate la capacidad de poner varias utopías en su horizonte. Quiere que la Semana de la Filosofía -que se celebra en noviembre- se convierta en un congreso de filosofía. También sueña con impulsar un congreso de estudiantes de filosofía, porque «este es un momento de preguntar y atreverse». Desea lanzar una editorial digital, en vista de que no se pueden publicar libros físicos, con ayuda del editor Carlos Ortiz (egresado de su misma escuela) «porque hay que saber pedir consejo». De hecho, ya tiene tres títulos para publicar: uno, de Alberto Rosales, sobre Aristóteles; otro, de Carlos Villarino, sobre filosofía de las emociones; y un tercero, de ella misma, también sobre Aristóteles.
Aun cuando muchos profesores se marcharon «hay otros que están apostando por quedarse», reivindica. Espera poder abrir tres concursos este año para cargos docentes. «Te preparas por un salario muy precario, para participar en un concurso de oposición. Esos son compromisos políticos». Así se mantiene Nowys Navas. Así invita a otros para que también lo hagan.