Discutir sobre el salario, un compromiso con la Constitución y la liberación de los presos políticos son algunos de los temas que el secretario de Fetrasalud -botado y reenganchado en menos de una semana- pone sobre la mesa
En menos de una semana (17 al 22 de agosto) el dirigente sindical Pablo Zambrano fue sacado de la nómina de la secretaría de salud de Caracas e incorporado de nuevo. Algún funcionario dijo que lo borraran, pero alguien del alto gobierno ordenó que lo reengancharan. Este cambio de criterio es, a su juicio, una buena señal para el diálogo nacional.
«Hay funcionarios que no sé si para congraciarse dentro del movimiento político oficialista que actúan de esta forma. Del alto gobierno me mandaron a incorporar; eso lo debo decir», afirma en conversación con contrapunto.com en medio de una protesta contra el instructivo de la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre) el pasado miércoles 32 de agosto. E insiste: «Aquí tenemos que empezar a dar pasos que garanticen la paz, y la paz se garantiza con el diálogo, el entendimiento. Aquí hay que dar pasos hacia atrás: debe hacerlo el gobierno, debe hacerlo la oposición, y reencontrar al país. Lo que tenemos en este momento no es lo que quiere ningún venezolano».
Los trabajadores, subraya el secretario de Fetrasalud, deben presionar por un diálogo que aborde los problemas de la gente. «Hasta este momento esta mesa que funciona en México, y que creo que debería funcionar en Venezuela, está paralizada», recuerda. Si se retoma «lo que nosotros planteamos, como trabajadores, es que debe haber prioridades. La prioridad no es que primarias, mantenerme en el poder o buscar el poder; la prioridad es el tema social».
El diálogo debe debe, a su criterio, un encuentro para buscar soluciones a un problema real. «El discurso de los trabajadores es que nosotros no estamos en guerra, que en la guerra no tienen nada que ver, que no son soldados pero pagan las consecuencias».
Zambrano envía un mensaje al oficialismo, al gobierno, con la premisa de que «no hay peor sordo que el que no quiere oír»: «Catalogo este descontento igual que el de finales de los años 90. Eso lo hago como reflexión para todos, porque ninguno quiere hechos como los de aquellos tiempos. Yo conocí a muchos de los que están gobernando que estaban luchando en aquellos tiempos. Luchábamos por justicia social, reclamábamos con mucha fuerza y también sufrimos persecuciones en esos tiempos. La diferencia es que los que lucharon en aquel tiempo hoy gobiernan, pero los problemas han empeorado».
-¿Cree que no están escuchando?
-Creo que necesitan reflexionar más, salir de esa burbuja. El poder no es para abusar. El poder es para ayudar. Todo el que tiene una cuota de poder debe usarla para ayudar. Hay que hacer un gran esfuerzo por reencontrar a los venezolanos. Es la práctica que estamos ejerciendo. Y nosotros reclamamos con mucho poder, porque detrás de la figura de Pablo Zambrano hay un equipo duro en el reclamo. Nosotros también tenemos programas sociales para colaborar con los trabajadores sanitarios, porque sabemos que hay una crisis, la entendemos y esa es una realidad. La política que realizamos es con la realidad de lo que vivimos. Incluso, hay muchos que dicen que los que hacen esas cosas son «colaboracionistas»; unos les dicen alacranes a unos y otros les dicen monómeros a los otros. Eso está pasando en el país.
-¿Y la gente?
-Y, de paso, el tema del comunismo, el capitalismo, la izquierda, la derecha, el imperialismo. Ya eso a la gente no le llega. Ese mensaje no llega. El mensaje que llega es el de la búsqueda de solución, el de estar en el diálogo, no criminalizar la protesta. Un país en donde se criminaliza y el diálogo y se criminaliza la protesta no puede haber entendimiento.
-¿Cuáles deben ser las prioridades?
-Yo pondría un tema que ha agarrado mucha fuerza: el salario. Ponte que consigas recursos y los metes en los hospitales, y los pones bien bonitos. ¿Cómo voy a trabajar con un salario mínimo de 15 dólares? Tengo que discutir con mucha seriedad el salario dentro de lo que significa esta crisis. Que nos sentemos y veamos. El salario lo necesitan los trabajadores para proteger a la familia y protegerse ellos; que no dependan solamente de la bolsa, que también tienen que mejorarla. Ese un tema. Respetar las leyes. ¿Sabes un problema que tenemos? Aquí todo el mundo se acostumbró a violar la Constitución. Hablo de todo el mundo. Incluso he dicho que vamos a tener que refrendarla para tomar el camino del respeto a la Carta Magna, que es el pacto social. Si no se respeta el pacto social permanentemente vamos a estar en crisis.
Reitera que el gobierno «está recibiendo más recursos» por la venta del petróleo y por la minería, así como los impuestos. Critica el Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras: «¿Cuáles son las grandes transacciones financieras que hacemos los trabajadores, los jubilados?». Los recursos que están fuera hay que recuperarlos, resalta, para ponerlos al servicio de la población.
Hay que revisar todo, propone. «Me aplicas el instructivo que sí existe. La decisión del TSJ sobre la demanda contra el instructivo de la Onapre es nula, una decisión política que debe corregirse porque las instituciones tienen que empezar a ver las cosas como debe ser».
-¿Salario igual a la canasta básica?
-Hay que buscar una forma, porque no puedo hacer una promesa y decirles a los trabajadores que vamos a ganar el salario mínimo igual a la canasta porque eso es mentiroso y demagogo no soy. Todo eso se hace a través del diálogo y el entendimiento. Así podemos ver una agenda de progreso y no de conflictividad. La gente está cansada de más de 20 años de conflictividad. El venezolano está bravo. Eso de meterle las manos en el bolsillo a la gente a través de un instructivo que viola la Constitución, el contrato colectivo y los derechos humanos de los trabajadores… ¿Cómo me vas a dar un aumento que paulatinamente me lo vas arrebatando?
Para Zambrano, en el chavismo hay «dirigentes sindicales conscientes; hay unos que se dejan guiar por la idea de que son militantes, pero hay otros que entienden que la progresividad existe, que el contrato colectivo debe ser respetado, que la inamovilidad tiene que ser respetada».
Es urgente «pacificar al país», puntualiza, y para eso lo mejor es que «suelten a toda esa gente que tienen presa. ¿Hasta cuándo? Esa gente tiene familia». Son muchos los temas por discutir.
