“¿De verdad vamos a comprar 42 mil máquinas electorales en vez de comprar 1.200 ventiladores para tener terapia intensiva?”, se pregunta el médico y parlamentario en el exilio. La tasa de mortalidad de los trabajadores de la salud venezolanos es de 115 por 100 mil habitantes que es “la mayor tasa de mortalidad en personal de salud de América Latina y casi en el mundo”, alerta. Olivares asevera que “en el hospitalito de Fuerte Tiuna, donde se atienden todos los jerarcas y el combo de los ‘enchufados’, hay remdesivir”. Subraya: “En el intento de Maduro de construir una falsa normalidad dice ‘ya tengo tratamiento, los casos están bajando y ya tengo la vacuna’, y las tres son mentira. Los casos siguen aumentando, no hay tratamiento y no tiene la vacuna”. Anuncia que garantizar la vacuna contra la COVID-19 en Venezuela es una prioridad de la AN y de Juan Guaidó
Una pandemia puede ser un momento estelar para un médico, pero también puede ser un momento de sufrimiento si ese médico no puede hacer nada para aliviar a sus pacientes. También es un tormento para los políticos honestos (que los hay) que piensan que las vidas están por encima de otros intereses. José Manuel Olivares, es la dos cosas: médico y político, y encima está en el exilio. De esa herida es difícil curarse.
Es sábado 12 de septiembre y un sudoroso Olivares (reside en los llanos colombianos donde sobran las altas temperaturas) conversa con contrapunto.com. Critica sin miramientos la gestión de la epidemia que ha hecho el mandatario Nicolás Maduro, pero al mismo tiempo insiste en la prédica de un gobierno de emergencia nacional que aglutine a opositores y chavistas y que permita al país enrumbarse hacia un futuro mejor.
El médico afirma que el número de muertes por la COVID-19 en Venezuela duplica el que se reporta oficialmente. ¿De dónde salen esos números? Recuerda que desde 2014 comenzaron a tejer una red para saber qué sucedía realmente en el sistema de salud, que hoy sigue vigente. “Cada fallecido que lamentablemente nosotros registramos tiene nombre, cédula, historia clínica, fecha, lugar, diagnóstico y hospital de fallecimiento”, asegura. Incluye en la lista a pacientes con PCR positiva, con pruebas rápidas positivas y también con afecciones respiratorias. Rememora, también, que en tiempos de pandemia, cualquier persona con infección respiratoria que le cause la muerte “debe ser considerado COVID-19 hasta que se demuestre lo contrario”.
Olivares considera que Maduro ha optado por “intentar aplanar virtualmente la curva y manipular la información”. Plantea que Venezuela es el país de América Latina –y uno de los del mundo- que menos pruebas PCR hace. Estima que las autoridades hacen entre 600 y 1.200 pruebas PCR al día y advierte: “Ahorita hay un aplanamiento virtual de la curva. ¿Qué quiere decir esto? El número de contagios superó el número de pruebas. Hay más contagios diarios que capacidad de hacer pruebas. Esto hace que haya un aplanamiento virtual de la curva, y es por eso que has visto que en los últimos días se ha mantenido en 1.000, 900, 1.050, y es por que no pueden hacer más pruebas. Si pudiesen hacer más pruebas, el número real, según todos los algoritmos, sería de 3 mil a 4 mil casos diarios”.
Al final hay “una decisión política de Nicolás Maduro de intentar construir una falsa normalidad para llevarnos a un evento electoral”, fustiga. “El problema es que Nicolás Maduro nos quiere llevar a una farsa electoral sobre el cadáver de médicos, enfermeras y de cientos de venezolanos” y hay un sistema de salud colapsado y sin capacidad de enfrentar la epidemia.
-¿Hay condiciones sanitarias para hacer elecciones en diciembre?
-Las elecciones de diciembre van a ser sobre el cadáver de médicos, enfermeras y de cientos de venezolanos. Estamos preparando la data, para hacerla pública, del impacto del COVID-19 poselectoral. En la campaña electoral en República Dominicana hubo un incremento de 200% de los casos, y luego de la elección, de 400% de los casos. ¿El sistema sanitario dominicano estaba preparado para eso? Sí. En Estados Unidos va a haber elecciones, pero el sistema sanitario de Estados Unidos no le va a decir a nadie “no hay, no te puedo atender”. En Venezuela, si vamos a ese evento electoral de diciembre, va a haber un incremento de casos.
-¿De cuánto?
-Estamos esperando hacer la revisión de todos los países que han tenido elecciones para hacer una media. Lo que te puedo asegurar es que va a aumentar luego del evento electoral, luego de una campaña electoral. Hay que comprar máquinas porque se quemaron unas máquinas electorales hace unos meses. ¿De verdad vamos a comprar 42 mil máquinas electorales en vez de comprar 1.200 ventiladores para tener terapia intensiva? ¿De verdad es más importante la farsa electoral que salvarles la vida a los venezolanos? Creo que hay un dilema muy grande que no es entre votar o no votar; es la pertinencia de la elección en medio de una pandemia, es la necesidad de cumplir con un evento electoral para que cada quien haga una agenda política en vez de preservar la salud y la vida de los venezolanos. El COVID no dice “este es de Primero Justicia, vamos a enfermarlo. Este es del PSUV, no le voy a hacer nada”.
-¿Hasta cuándo propondría suspenderlas? ¿O no pondría fecha?
-Yo no pondría fecha hasta que no empecemos a hacer las cosas bien. ¿Qué es hacer las cosas bien? Aumentar la capacidad hospitalaria, la capacidad de las PCR, entregar las pruebas PCR en 48 horas y tener más pruebas que casos positivos. Que si alguien se enferma, pueda ir a un hospital. No todo el mundo puede ir al hospitalito de Fuerte Tiuna, ni le montan una terapia intensiva en su casa. El dirigente de PJ o del PSUV, que se enferma en La Guaira, va a ir a Pariata, y en Pariata no hay terapia intensiva.
Hay cosas más importantes que resolver “antes que pensar en gastar plata en un volante, en un pendón o arriesgar a la gente”, expone.
La mayor tasa de mortalidad
Hasta el sábado Olivares reportaba 150 trabajadores de la salud fallecidos, con una tasa de mortalidad de 115 por 100 mil habitantes que es “la mayor tasa de mortalidad en personal de salud de América Latina y casi en el mundo”. ¿Cuáles son las razones? “Hay varios factores. El primero, y vergonzoso, es que no hay agua en los hospitales: 68% de nuestros hospitales no tienen agua. No hay cómo lavarse las manos luego de un procedimiento, luego de ver a un paciente”, detalla. En Venezuela “no hay una buena capacidad ni calidad de materiales de protección” como mascarillas, escudos, batas, guantes. Agrega el deterioro de la infraestructura hospitalaria. Eso convierte al personal de salud en la infantería que va desarmada a la guerra.
La red hospitalaria de la que forma parte contabilizaba hasta el 12 de septiembre 985 muertes por COVID-19, con un subregistro de 40% a 45%; allí están “pacientes que fallecen en su casa, pacientes a los que no les da tiempo de llegar a un hospital, pacientes en ciudades remotas”.
Más números que alarman: hay 70% de ocupación en las terapias intensivas y en las emergencias a escala nacional y “no hemos llegado al tope de la pandemia”. Advierte, además, que “el esperado pico no llega solo, uno tiene que construir el pico y lo construyes con medidas, con acciones que hagan que detengas la tasa de contagios, llegues al pico máximo y comienza el descenso”.
Olivares asevera que tres estados de Venezuela no tienen terapia intensiva en la red pública: Amazonas, Delta Amacuro y Bolívar. “No hay una cama de terapia intensiva disponible para pacientes con COVID-19 en la Gran Caracas”, explica, y pide imaginarse cómo está el resto del país. “En Venezuela debería haber 1.200 camas de terapia intensiva por capacidad arquitectónica”, pero “entre público y privado llegamos a 400”.
-¿Esa capacidad no se aumentó nunca?
-No, porque Nicolás Maduro, improvisando, vino con la decisión del Poliedro de Caracas. Primero, coloca al señor Potro Álvarez como jefe del Poliedro de Caracas; podrá decir que es mentira, pero lo dijo. Segundo, es una medida sin sentido, porque no tienes por qué hospitalizar al paciente asintomático. Pudiésemos haber tenido esos recursos en el Hospital Universitario de Caracas, y en vez de tener un Poliedro de Caracas que no funciona, tuviésemos 800 camas listas y disponibles en el Hospital Universitario de Caracas, con 33 posgrados, médicos especialistas, médicos residentes. Es decir, es hacer las cosas bien.
Todavía queda algo de capacidad de terapia intensiva en las clínicas a pesar de que “están llegando al punto de colapso”, enfatiza.
La “política chimba” de Maduro
En la lista de errores Olivares incluye el trato hacia la población: “Nicolás Maduro judicializó la pandemia. La gente tiene miedo. Para la gente decir tengo fiebre o tengo COVID es sinónimo de ‘me va a caer el Sebin, la FAES’. Ese ya es un grave error”. La oferta oficial de tratamientos ha sido de malhojillo, gotas debajo de la lengua, condena. “En pleno siglo XXI, cuando la ciencia está en su momento de mayor apogeo y buscando solución a esto, no puedes ofrecerles a los venezolanos aceite de malhojillo o preven-covid”, subraya.
Hubo también “un comportamiento errático, que gracias a Dios ya pararon, que era darle a todo el mundo cloroquina e hidroxicloroquina. Ya salieron estudios que dicen que no hay ningún beneficio”.
Ahora “el medicamento de moda es remdesivir. Parte de la culpa la tiene Nicolás Maduro cuando, en cadena nacional, habla de este medicamento, porque genera especulación y genera estafa. Hay muchas personas en Instagram vendiendo remedesivir. Este es un medicamento que cuesta en la India 56 dólares el vial; en Venezuela lo venden en 3 mil y 4 mil dólares. Esto saca lo peor de muchos venezolanos”.
El remdesivir tiene una indicación, y es “pacientes que están vía a complicarse”, aclara Olivares. Maduro anunció que se trajeron 18 mil unidades del antiviral.
-¿A quién se las han suministrado?
-En el hospitalito de Fuerte Tiuna, donde se atienden todos los jerarcas y el combo de los “enchufados”, hay remdesivir. A todos los comandantes de guarnición y el alto mando les mandaron a su casa para que tengan remdesivir en su casa. Es decir, Maduro se ha encargado de consentir a su sostén, que al final es un pequeño grupo de la Fuerza Armada. Para los presos políticos no hay, para los presos en una cárcel de Venezuela no hay, para los hospitales no hay. Si un médico hoy en cualquier estado tiene un paciente con COVID-19 con indicación, ¿a quién le hace el récipe? ¿A quién se lo envía? Por eso decía que Maduro es el responsable de toda la especulación y todo lo que sucede alrededor del remdesivir, porque no hay un protocolo claro para acceder al medicamento y para que cualquier venezolano pueda ser beneficiado de este tratamiento que tiene una indicación específica: Pacientes que se están complicando antes de ir a terapia intensiva.
Olivares hace algunas reflexiones sobre los ensayos de las vacunas. “Maduro anunciaba hace algunos días que él espera que en octubre baje el COVID-19, como si esto fuera un acto de brujería o una sentencia del TSJ. Pasa lo mismo con la vacuna. No puedes sacar una sentencia del TSJ de Maduro que diga que la vacuna sirve, o sacar un decreto, o mandar a la FAES o el Sebin y decir ‘o la vacuna sirve o me la llevo presa’. Eso no funciona así”.
Pero “en el intento de Maduro de construir una falsa normalidad dice ‘ya tengo tratamiento, los casos están bajando y ya tengo la vacuna’, y las tres son mentira. Los casos siguen aumentando, no hay tratamiento y no tiene la vacuna”.
De la vacuna rusa, Olivares puntualiza que la revista científica The Lancet dice que va bien. “Pero ¿cuál es la mentira? Cuando la vacuna llegue al país para fase de investigación, esto quiere decir que a 500 personas se les pone la vacuna de verdad y a 500 se les pone nada, para hacer una comparación. Si usted quiere ser parte de la prueba, adelante, pero que Maduro no diga que tiene la vacuna. Di que vas a una fase de investigación, donde unos venezolanos se van a vacunar con la vacuna y otros con agua, y que vas a comparar si funcionó o no”.
-¿La falla es el consentimiento informado?
-Exactamente. No decirle al venezolano para qué está sirviendo. Está sirviendo para un estudio, una investigación. No quisiera meter aquí el amarillismo de la política y decir “como conejillo de Indias”, no. Así es la ciencia. Hay que investigar. Pero tú tienes que decidir “yo quiero ser voluntario”. Ese es el error que comete Maduro.
Acuerdos necesarios
José Manuel Olivares defiende el acuerdo entre los equipos de Maduro y de Juan Guaidó, con la mediación de la OPS, para atender algunos aspectos de la epidemia. “Primero que ser diputado, soy médico. Todo lo que pueda hacer para salvar una vida lo voy a hacer” más allá de las críticas. Fruto de ese compromiso es la entrega de equipos de protección en 31 hospitales. “Ya se hizo una transferencia, desde el gobierno legítimo y la Asamblea Nacional, de 10 millones de dólares a la OPS y 4 millones de dólares a la Cruz Roja para llevar a Venezuela material de protección, medicamentos e, incluso, ampliar la capacidad de hacer pruebas de laboratorio. Aquí viene la cosa absurda que uno no termina de entender y la política chimba de Nicolás Maduro: sale inaugurando un laboratorio como si fuese obra de él. Mentira. Fue el dinero que se transfirió a la OPS para establecer más capacidad de pruebas para Venezuela”.
-¿Vienen más recursos?
-Hoy la mayor carga está en la OPS. Ya se cumplió con la transferencia de recursos. Ahora falta que ellos hagan las compras, que coordinen lo que van a llevar y lo lleven a Venezuela. Nosotros estamos esperando que todo eso se haga realidad, que no se politice desde el punto de vista partidista, sino que llegue a dónde tenga que llegar. Ese ha sido el acuerdo con OPS y por eso OPS está en el medio: para que no haga eso Nicolás Maduro y para que no lo hagamos nosotros. Aquí se trata de que llegue a nuestros hospitales y que OPS sea el vehículo, fuera de la diatriba política, que permita llevar la ayuda a los venezolanos que tanto lo necesitan.
No es lo único. “Desde la Asamblea Nacional y el gobierno interino hemos hablado con casi todos los países que están desarrollando la vacuna, viendo los estudios, revisando los estudios” para que Venezuela pueda tener acceso a ellas, adelanta. “Mi posición personal es que si la vacuna rusa funciona, y académicamente está avalada y llega al país, vamos a ser los primeros que vamos a decir ‘la vacuna funciona, hay que ponérsela’. Insisto: No hay que estar en la diatriba política con temas como este”. Para Guaidó y la AN “es una prioridad” garantizar la vacuna.