Aunque se han hecho algunas reformas todavía persisten medidas muy dañinas, como la emisión de dinero inorgánico, la exoneración para las importaciones y el encaje legal, estima el analista político y económico. A su juicio, Nicolás Maduro está dividido entre los pragmáticos y los ideológicos
Las aperturas económicas sin cambios políticos no van a resolver la crisis venezolana. La advertencia la hace el analista Tomás Socías López, quien tiene una oreja en el gobierno de Nicolás Maduro y otra en las oposiciones para tratar de desenmarañar la madeja del conflicto.
De entrada, Socías aplaude la reunión entre los gremios empresariales y la comisión de diálogo el ejecutivo. Es «uno de los pasos más importantes que ha dado el liderazgo empresarial del país», señala, y reividica las figuras que participaron: Ricardo Cusanno, presidente de Fedecámaras; Felipe Capozzolo, presidente de Consecomercio y Adán Celis, presidente de Conindustria. «Ellos han logrado vencer a personas radicales dentro del movimiento empresarial, que no quieren ni creen en el diálogo. Pero 80% de las cámaras y sus presidentes regionales del comercio, industria y agricultura piden diálogo, conversaciones, reuniones con el gobernador, con el presidente del concejo municipal, ministros y hasta el presidente».
-¿Diálogo para qué?
-Hasta ahora no ha habido diálogo. Esto se inició cuando la vicepresidencia de la República, por instrucciones del presidente Maduro, llamó a los presidentes de Consecomercio y de Fedecámaras para una reunión sobre alternativas para la COVID-19 y el 7X7. Ellos se pararon con mucho respeto y dijeron claramente que las restricciones por la COVID-19 tenían estrangulada la economía venezolana, y que el presidente se había convertido en el papá de los venezolanos, pero había dañado a los sectores más pobres del país, que se quedaron sin ingresos. Hicieron un cuestionamiento a los controles, las supervisiones exageradas, el cierre de estableimientos con efectivos militares. Las medidas coercitivas sobre la economía habían creado un marco de desestímulo en el país. Pero mirando hacia el futuro ellos elevaban un grupo de proposiciones, que presentaron por escrito, de modificaciones económicas que están siendo evaluadas. Esto precipitó la posibilidad de un nuevo encuentro en el concepto de un presidente Maduro en medio de los dos polos: los pragmáticos, encabezados por Tareck El Aissami, que han logrado organizar más de 10 reformas importantes en el país, como eliminación de los controles de cambio y de precios, dolarización y apertura de cuentas; y los ideológicos, liderados por los doctrinarios -en el gabinete, en el PSUV y la AN- de un socialismo trasnochado como el mismo presidente señaló.
-¿Quién lleva las de ganar?
-Hasta ahora el presidente se ha paralizado ante las presiones de los ideológicos, pero ha permitido realizar más de 10 reformas. El presidente se encuentra en un viraje, pero no se ve un viraje real de convencimiento, sino un enfrentamiento de la dura realidad de un agotamiento económico por medidas de controles. Por eso se ha visto obligado a tomar esas decisiones. En medio de las presiones le es difícil hacer un gran viraje en este momento. Eso debe llevar apertura política. Lo importante de la reunión en Fedecámaras es que estos organismos han podido hablar, expresarse, hacer propuestas, tener contacto directo, recibir en su sede a los máximos líderes de la AN, incluyendo al hijo del presidente, muy criticado por ese radicalismo de la oposición y por quienes no se dan cuenta de que es un hombre influyente que puede ayudar mucho en este proceso de apertura.
-¿Por qué Maduro Guerra puede ayudar?
-Porque está fuera de las dos tendencias, pragmáticas e ideológicas. Es miembro de la familia presidencial. Él y Cilia Flores tienen una gran posibilidad de influir positivamente en el presidente.
–¿Hay que dejar atrás lo que dijo Chávez?
-Es un problema pragmático. No se puede regresar al idealismo del chavismo, que es Barrio Adentro, programas sociales exitosos, CDI, las misiones (aunque fuera dlel presupuesto todas). No se puede regresar de inmediato sino a través de oxigenar primero la economía del país, para que no solo los sectores productivos respiren sino también el ejecutivo. Eso puede llevar a más acuerdos sociales para reeditar estos programas, los CLAP bien dirigidos con productos nacionales, a través de la empresa productiva.
-¿Son medidas temporales?
-No son temporales. Son muy profundas: son del convencimiento de que el esquema no ha avanzado, pero como siempre sin reconocer los graves problemas de creer solo en la gerencia por la confianza, que destruyó a Pdvsa, las empresas de Guayana, la economía. Son muy firmes, como la eliminación del control de cambio, que empezó en septiembre de 2019, aunque faltan medidas legales; como la eliminación del control de precios, aunque retrocediendo siempre con «precios concertados», fiscalizaciones de la ministra de Comercio, que está para promover el comercio y no para aparecerse con fuerzas armada en los comercios interpretando la ley; o con sustos permanentes del presidente cuando varía el cambio, amenazando de especuladores otra vez cuando los únicos que crean la inflación son los gobernantes.
-Pero los pragmáticos emiten dinero sin respaldo.
-Sí. Siguen medidas muy dañinas, como la emisión de dinero artificial, la no disminución del encaje legal (en otros países el máximo es 20%). El decreto de exoneración de importaciones, que ha doblado a la industria nacional porque importan a mansalva como cuando Pérez: sin registro sanitario ni texto en español. Como permitir a los municipios cobrar impuestos que tienen contra la pared a lo mejor de cada región.
-¿Por qué ocurre?
-Porque el movimiento de los pragmáticos es como una gran gandola doblando la esquina, que poco a poco va, retrocede. Como les dijo el presidente a los pragmáticos: no esperen de mí cambios radicales, porque no voy atraicionar a mis seguidores de toda la vida. El presidente no quiere evaluar que tiene más de 82% de no aceptación en el país, y que el esquema que ha conducido ha sido superado hasta en Cuba, Ecuador, Bolivia y la misma Argentina, negociando con el FMI. Solo Nicaragua sigue estancada por un socialismo trasnochado ideológico no existente como alternativa. Ello ha llevado a que esa gandola, al dar la vuelta en la esquina, tarde, retroceda, porque la apertura económica tiene que estar complementada por la política.
Socías destaca algunas medidas: «La dolarización en más de 72% de la economía, apertura de cuentas bancarias para mayor facilidad de transacciones diarias (cancelación con tarjeta de crédito), reconocimiento de bonos de Pdvsa y Electricidad con los tenedores de bonos internacionales, el inicio muy lento de entrega de empresas del Estado a la gerencia privada, como Lácteos Los Andes y Agropatria en medio de más de 50 conversaciones, incluso con empresas americanas».
-¿Y la apertura política?
-Falta la apertura política con un CNE que sea 2x2x1 independiente, que los partidos tradicionales vuelvan a tener su vida, los líderes de la oposición que han tenido dificultades por opinar tal vez estrepitosamente pero dentro de una vehemencia de dos bandos radicalizados, libertades políticas en el poder de las instituciones oficiales, autoridades en TSJ, Fiscalía y otros. Lo más requerido para la paz y para la economía: permitir la negociación y conversación para liberar a la mayoría de los detenidos políticos, sin volver otra vez a las detenciones por cualquier razón que considere el ejecutivo.
-¿Elecciones presidenciales?
-Elecciones presidenciales con garantía internacional, que permitan a los dos bandos cerrar sus disputas. Sin esas aperturas políticas se ven muy difíciles los acuerdos económicos por los resentimientos que existen entre ambos bandos. Esa gran gandola, que ese grupo de pragmáticos encabezados por El Aissami, Wilmar Castro Soteldo, Vladimir Padrino López y el mismo Aristóbulo Istúriz están empujando, poco a poco puede lograr cambios suficientes en el país que se van a cruzar con las políticas nuevas del presidente Biden, y que permitirán un poco de respiro en las transacciones internacionales de Venezuela, hasta ahora comprimidas por completo. ¿Tendrán éxito los pragmáticos? Es una gran pregunta.
En cuanto al mundo político, Socías considera que Juan Guaidó es «el líder en decadencia de la oposición» y que Leopoldo López «ahora está resurgiendo con declaraciones más de equilibrio» Incluso, estima que López «va a ser el líder de la oposición con el que tendrá que conversar» el chavismo.