«El peor acto xenófobo es el desconocimiento del otro, y eso es lo que ha hecho Venezuela con su propia diáspora. El régimen venezolano desconoce, niega, ignora, y lo ha hecho públicamente» la migración de los venezolanos, condena el coordinador del observatorio de la diáspora venezolana
Podría estar triste, porque hablar de más de 6 millones de venezolanos que dejaron su tierra no es precisamente un motivo de fiesta, pero en el verbo de Tomás Páez late la esperanza. Dibuja con precisión lo que ocurre entre Güiria y Trinidad, y retrata todos los atropellos contra los venezolanos que se van. Advierte, también, que «así como no hay piso para el deterioro económico del país» tampoco hay techo para la diáspora.
Como coordinador del observatorio de la diáspora venezolana, no ve que el coronavirus o el cierrre de fronteras haya cerrado el camino de los migrantes forzados venezolanos. Este 18 de diciembre se conmemora el Día Internacional del Migrante, y si hay una voz autorizada para hablar sobre lo que pasa con sus compatriotas es la de Páez. En conversación con contrapunto.com realizada este miércoles 16 de diciembre, el investigador señaló que el gobierno de Trinidad «es de los pocos gobiernos que reconoce al gobierno venezolano» y ese apoyo puede ser «muy importante».
Recuerda que países latinoamericanos están acogiendo a migrantes venezolanos, incluso sin documentos de identidad y a pesar de la crisis económica. No es el caso de Trinidad, donde son maltratados. «Hay conchupancia, participación, de la Fuerza Armada, porque esas lanchas deben pasar» por una frontera muy larga. «Por supuesto que hay trata de personas», drogas.
Esto no ocurre solo en la frontera con Trinidad. «En todas las diásporas se construyen industrias diaspóricas, y en la medida en que se incrementan los obstáculos estas aumentan», describe.
No habla sobre los migrantes fallecidos: «Cualquier número que te diga es mentira. Lo que sí sabemos es que ha habido unos cuantos centenares de muertos en el tránsito de los balseros venezolanos desde Falcón y desde Güiria».
Hasta el año 2015 salían 120 mil personas al año, refiere. «A partir del año 2016 se produce una multiplicación por 10: sale 1,2 millones de venezolanos por año. Esa es una realidad irrefutable. La gente va a seguir buscando opciones de sobrevivencia, de alimentación, de trabajo, de recursos».
Páez insiste en que se debe poner el foco «en la situación del país, que obliga a los ciudadanos a buscar nuevas vida, alimentos, plata, medicinas». Y alerta sobre la existencia de mafias «porque las diásporas también tienen a sus pranes de la política, a sus pranes militares».
Alrededor de la diáspora «se han montado negocios», hasta con la venta de pasaportes.
Enfatiza que «el peor acto xenófobo es el desconocimiento del otro, y eso es lo que ha hecho Venezuela con su propia diáspora. El régimen venezolano desconoce, niega, ignora, y lo ha hecho públicamente» la migración de los venezolanos. Maduro lo negó, recuerda Páez; después los llamó imbéciles, «todos que se han ido del paraíso». No faltaron las voces que los calificaron como armas bioterroristas», con lo que se les niega el derecho a la movilidad».
No obstante, países como Colombia han recibido a los venezolanos, destaca el investigador. «Colombia alberga a 30% de la diáspora venezolana. Nosotros tenemos en este momento más de 6,2 millones de venezolanos. La OIM ya está hablando de 5,4 millones y uno agradece que los datos se estén acercando a la realidad».
¿Han regresado venezolanos? Sí, pero pocos si se compara con los que se han marchado. Tomás Páez cita cifras de Migración Colombia según las cuales retornaron entre 105 mil y 110 mil, «pero ellos estiman que, por cada uno que retornó, va a retornar 1,5 personas, Van a regresar, y ya está ocurriendo de manera masiva, más de 250 mil personas». La conclusión del sociólogo es lapidaria: «La diáspora va a seguir creciendo mientras se mantenga este modelo en el que no hay empresas, las petroleras están destruidas, no hay gasolina para movilizarse».
En otras palabras, «la diáspora sigue creciendo pese a las fronteras cerradas y pese al coronavirus», y el regreso es exponerse a maltratos. «Preguntamos mucho por lo que se hace fuera, pero no preguntamos por lo que ocurre adentro».
La administración Maduro «no tiene cifras, desconoce el hecho, niega su existencia, y cuando reconoce el fenómeno lo hace llamándolos imbéciles, tontos y lavapocetas», reprocha.
Páez asocia el modelo venezolano con la migración forzada. «No hay país socialista de inspiración marxista» en el que no haya migración «porque ese modelo genera pobreza, escasez, control y racionamiento y, en el caso venezolano, se añade la inseguridad».
Con el ejemplo de México a la mano, sostiene que «los países con mayor migración en Latinoamérica son Cuba y Venezuela: 20% de su población. Resulta indetenible porque que no hay comida, no hay medicinas, no hay fuentes de trabajo. La gente se va a seguir yendo; no es posible detenerlo. Y no se van otros por las remesas», lo que las familias en el exterior pueden enviar. Si eso merma o el proceso se tranca «eso significa que más gente se va a a ir del país».