“Los derechos humanos es un foco por el cual podemos transitar y podemos ponernos de acuerdo en muchos en muchos aspectos”.
La afirmación es de Oscar Murillo, coordinador general del Programa Venezolano de Educación Acción en derechos humanos (Provea), quien además afirma que la negociación de la crisis del país se ha limitado al tema electoral y eso ha implicado que tenga patas cortas para alcanzar soluciones concretas.
“No se trata solamente de tener vida, sino se trata de tener condiciones de una vida digna y eso pasa, por el acceso a la educación universitaria de calidad. Eso pasa por tener buenos maestros, por tener un sistema de justicia este adecuado y el debido proceso”, señala Murillo.
-Hablaba en la presentación del Informe 2024 que en este momento está amenazado el trabajo de organizaciones como Provea y de los defensores de los derechos humanos.
-Sí. El 2024 nos deja, y está reflejado en nuestro informe anual número 36, que hay acciones concretas del Estado venezolano en contra de las organizaciones de la Sociedad Civil Venezolana. No es solamente la Ley, tenemos detenciones de defensores de derechos humanos y tenemos también un marco de estigmatización a la labor que realizan las organizaciones no gubernamentales en este país.
Destaca que otras organizaciones como Espacio Público y Human Rights Watch está presentando sus informes sobre libertad de expresión y represión poselectoral. También Amnistía Internacional hizo lo propio y Acceso a la Justicia.
“Esto son luces, no solamente diagnósticos, son recomendaciones, son exigencias al Estado venezolano para que se puedan implementar políticas públicas, que son las que realmente va a poder revertir la situación de descalabro en cuanto a los salarios, a las condiciones de vida de las personas y por supuesto a la vulneración sistemática y prolongada de derechos humanos”, señala Murillo.
Cuando hace referencia al Informe 2024 dfe Provea titulado “el apagón democrático” indica que el año pasado hablaban de “una década oscura para los derechos humanos”.
“Hoy esa década se completa con un año más porque en el 2025 no hay resolución a los graves problemas que enfrenta el país en materia de educación, en materia de vivienda, en materia de pensiones, jubilaciones e en materia de un ambiente sano. Entonces, estos informes y este trabajo de monitoreo, documentación y de investigación hoy día están amenazados también porque hay un proceso de descalificación a la cooperación internacional”, indicó Murillo.
-¿Cuál es la importancia de la cooperación internacional? ¿Eso no es injerencia?
-La cooperación internacional hay que decirlo, no es un delito. Gracias a instituciones nacionales e internacionales es que nosotros podemos realizar nuestro trabajo. Y este trabajo es el que utiliza los mecanismos internacionales de protección de derechos humanos, entiéndase Misión de Determinación de los Hechos, Alto Comisionado de los Derchos Humanos, Sistema Interamericano, Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Incluso hay que decir que hasta el propio liderazgo político democrático de este país utiliza las bases y la data de la sociedad civil.
Agrega que es “importantísimo, que en la medida que no tengamos todavía a la vista una resolución estructural a la crisis democrática que tiene el país, nosotros debemos preservar el trabajo sostenido de la organización de la sociedad civil venezolana”.
-¿Provea y las organizaciones de la sociedad civil son enemigas del gobierno, del Estado?
-Para nada. Vuelvo a repetir algo que he dicho con la presentación del informe. Si te molesta el diagnóstico, porque puede ser que te moleste lo que es el diagnóstico, es decir, la radiografía que nosotros presentamos, vete a las últimas páginas del informe y lee las recomendaciones y exigencias. A nosotros nos haría muy bien que la las instituciones del Estado venezolano puedan acoger estas recomendaciones y estas exigencias y que de esa manera podamos, quizás, y es nuestra esperanza y trabajo, aliviar el sufrimiento de los venezolanos.
-Hablan de un apagón democrático. ¿Dónde están las luces?
-Las luces están en la gente. Están en los movimientos sociales, está en las universidades, están en todas aquellas personas que pueden lograr que la llama de la esperanza democrática no se termine a pagar. Cuando hablamos de apagón democrático es porque institucionalmente, desde las estructuras de poder deliberadamente se ha cortado, se ha roto el principio de la legitimidad del ejercicio del Poder Público en este país, que no es otro que el respeto a lo que el pueblo decidió en su decisión de desfinar su destino político. Eso se ha roto en el país. Hoy día tenemos una ruptura.
Murillo agrega que este contexto “aprovecha” para decir que “no necesitamos reforma en la Constitución, necesitamos que se cumpla la Constitución”.
-¿Hay un espacio de diálogo, hay mecanismos que puedan ayudar a resolver esas variables críticas que ustedes reflejan en el informe?
-Sí. Nosotros creemos que el enfoque para la crisis venezolana tiene que tener diferentes fases. Si nosotros nos quedamos solamente con un enfoque determinista, que solamente esto se resuelve, por ejemplo, cuando las instituciones puedan restituir el sentido del voto… en el medio y mientras esto pasa va a haber mucha gente sufriendo.
Para ilustrar su argumentación señala el ejemplo del pueblo yanomami que esta registrado en el informe número 36 de Provea sobre el estado de los derechos humanos en Venezuela.
“El pueblo yanomami, que fue víctima del acoso y de la matanza de garimpeiros de Brasil hace 30 años, hoy día está muriendo de malaria y de tuberculosis, todo porque se nos cayó el plan sanitario. El plan de salud que el propio Estado venezolano, este Estado, durante el mandato de Hugo Chávez implementó como recomendación de la sentencia de la de la Corte Interamericana de Justicia. Si tú me preguntas: ¿cómo podemos ir resolviendo en diferentes fases este conflicto o las dificultades que enfrentan los venezolanos para poder abastecerse, para poder satisfacer sus propias necesidades? Están en las recomendaciones y exigencias que hacemos al final del informe en nombre de Provea. Hoy hay una crisis política, también termina afectando y complicando la resolución de los problemas de derechos humanos”, sentencia el defensor de derechos humanos.
-¿Qué salidas ve en este escenario?
-El problema pasa por conducción política. Un tema es el liderazgo electoral, que puede ser coyuntural y ya lo hemos visto en diferentes momentos. Para mí uno de los más importantes fue 2015, cuando se logra cambiar la configuración de poder en la Asamblea Nacional y luego este allí hay un trancón del del proceso. Creo que eso puede revisarse. Creo que las causas de lo que pasó allí pueden ayudarnos a ver cómo no repetir las mismas situaciones en el 2025..
Murillo se detiene un momento, revisa en las gavetas de su reflexión y luego suelta: “Yo creo que hace falta conducción política. Conducción política significa crear espacios de tolerancia, de disidencia interna, de quienes pensamos y proyectamos un país distinto a partir de la democracia y de la vigilancia de derechos humanos”.
“En este momento no hay un enfoque consensuado hacia la comunidad internacional y eso es muy importante. Creemos nosotros también que el acogerse a una sola línea, por ejemplo, de un enfoque que unilateral por parte de los Estados Unidos puede también este desembocar en un fracaso como lo hemos visto antes”, alerta el coordinador general de Provea.
Propone “afinar el discurso” y plantearle a la comunidad internacional “que no es solamente Estados Unidos. Es China, es la Unión Europea, son los países de América del Sur. Tenemos un reto, la sociedad civil venezolana y el liderazgo democrático opositor de armar una propuesta seria, coherente, donde, siempre van a haber diferencias, pero nos debe unir un compromiso de cómo nosotros podemos trazar rutas para superar esta grave crisis en la que nos nos encontramos”.
-Diálogo es confianza. Negociación es resolución de los conflictos. ¿Cómo generar la confianza entre los actores políticos en este en esta lógica de la confrontación en que vive el país?
-Estoy totalmente de acuerdo. Incluso en equipos de trabajo lo principal es construir confianza. Esa confianza pasa por primero reconocerse. Reconocer tu posición, reconocer la mía y avanzar en un diálogo que nos permita alcanzar puntos comunes, porque no tenemos que estar de acuerdo de todo. Yo puedo caminar contigo de aquí a la esquina y levantar la bandera de los presos políticos, pero después yo vuelvo a mi trinchera que puede ser salud, puede ser medioambiente sano, o puede ser los derechos humanos.
-¿Qué ha faltado en los mecanismos internacionales para facilitar una salida a la crisis venezolana?
-Que no han estado los derechos humanos. Digamos, allí ha habido siempre un enfoque electoral. Se ha visto desde el punto de vista del partido, de cómo quedan las diferentes organizaciones allí conformadas, pero no está la representación de una sociedad venezolana que seguramente tiene propuestas que hacer en ese tipo de escenario.
-¿Quiénes?
-Por ejemplo, la universidad, los profesores universitarios, los sindicatos. No han estado representados en estas instancias de intentos, lamentablemente, fallidos de negociación política.
-Los derechos humanos pueden ser entonces la llave que abra la puerta a una resolución del problema multidimensional que tiene el país.
-Sí. Un lema nuestro, que es una premisa de principio. La dignidad es el camino. Creo que la condición humana, el poder regresar a que los venezolanos tengamos no solamente vida, sino se trata de tener condiciones de una vida digna y eso pasa, por ejemplo, por un acceso a la educación universitaria de calidad, eso pasa por tener buenos maestros, por tener un sistema de justicia este adecuado el debido proceso. Entonces, sin duda creo que los derechos humanos es un foco por el cual podemos transitar y podemos ponernos de acuerdo en muchos en muchos en muchos aspectos.