Mientras se mantienen las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y Venezuela, y permanecen los buques estadounidenses cerca de las costas venezolanas, las ventas de crudo siguen abaratandose y los inversionistas extranjeros «ponen sus barbas en remojo», como se dice popularmente, paralizando toda inyección económica en el país, ante los temores de un conflicto bélico.
Así lo afirmó el asesor financiero Óscar Doval, durante una entrevista para Contrapunto.com, quien destacó que si bien el ciudadano mantiene una preocupación constante focalizada en temas políticos, en «algún tipo de amenaza bélica o no por parte de EEUU; y la búsqueda forzada de una transición política en el país, poco se está mencionando las consecuencias económicas de esto que estamos viviendo».
Destacó que Venezuela «está viviendo en este momento el máximo histórico de producción petrolera desde el año 2018 y está conquistando nuevamente con mucho esfuerzo 1.100.000 (un millón cien mil) barriles diarios de producción de petróleo. Lo que está pasando en este momento es que desde que se revocó la licencia de Chevron este año, y más aún todavía, desde que empezaron a postrarse los buques de guerra norteamericanos en el Caribe hace un par de meses, Venezuela, aunque tiene una producción de petróleo más alta, se está viendo obligada a vender ese petróleo a un descuento muy importante».
«Para que la gente entienda, el petróleo venezolano se cotiza a precios internacionales, digamos (como ejemplo) unos $60 por barril. Venezuela tiene que vender este petróleo a descuentos a los países que quieran comprar», indicó, recordando que esta rebaja en los precios ya existía debido a las sanciones internacionales impuestas al país, pero que en este momento de incertidumbre el porcentaje de descuento es mayor.
Explicó, que con el panorama de sanciones, el descuento para venta de crudo era del 30%, pero actualmente ha ascendido al 50%: «El barril que habitualmente se comercializa a los 60 dólares pasa a comercializarse a 30 dólares. Si le ponemos un costo de producción de 12 a 15 dólares por barril, lo que te queda entonces es la cuarta parte de ese precio, que te quedan 15 dólares que van para las cajas del Estado venezolano».
Esta situación ocurre, explicó, porque «cuando tienes barcos norteamericanos en el Caribe, el hecho de que entren los buques a llevarse petróleo de Venezuela es muchísimo más riesgoso. Como pasó recientemente que regresaron un buque que venía del Medio Oriente a Venezuela para surtirnos de gasolina (…) Cuando entra un buque en nuestro mar Caribe, en nuestro mar territorial venezolano, para llevarse petróleo, corre mucho más riesgo de que se le apliquen sanciones, que sufran amenazas, se le apliquen medidas coercitivas por parte del gobierno norteamericano».
Todo este panorama hace que si bien muchos buques seguirán interesados en Venezuela, lo hagan bajo la condición de comprar a una tasa más elevada, «por lo que el comprador plantea que al tener que pagar un transporte mucho más caro, pues también te va a comprar, pero a descuentos, ya que está corriendo el riesgo de que le sancionen como empresa por hacer negocios contigo», precisó.
En este sentido, Doval recordó que la principal fuente de ingresos de Venezuela es la exportación petrolera, ya sea que esté en manos del Estado, del privado, «o de quien sea». Es decir, si la principal fuente de ingresos del país es la actividad petrolera, al verse mermados los ingresos por los descuentos a al menos una cuarta parte, esto afecta la caja de la Nación.
En consecuencia, esto produce una menor oferta de divisas, mientras aumenta la demanda y los precios en divisas. «Al haber menos oferta y más demanda hay un aumento del precio del dólar. Eso significa una devaluación del bolívar», elevando el costo se de vida.
Asimismo, el panorma presenta un escenario de «mayor inflación, sin que haya posibilidad de aumentar sueldos y salarios bajo bonos especiales, porque el Estado tiene mucha menos plata para pagar a los 5 millones de empleados públicos, a los 4 millones en jubilados; y eso hace que la gente tenga menos capacidad adquisitiva y además con todo mucho más caro».
«Entonces, tenemos una inflación provocada en este momento por el tema de agresión norteamericana, la gente con menos nivel adquisitivo y con una esperanza un poco ficticia, enfocada en que si hay un cambio de gobierno, la economía se va a arreglar en cuatro días, cosa que no es verdad. (…) Es muy difícil porque pongan que logren sacar al presidente la República, aún hay instituciones como el Congreso Nacional, la Asamblea Nacional, el Poder Judicial, y una cantidad de poderes que todavía tienen injerencia política en el país», aclaró, recordando que en contraparte, también existe una fracción de la población que no apuesta por un cambio de gobernanza en el país.
Los inversionistas paran
En lo que respecta al mercado de valores nacional, Doval, quien también se desempeña como presidente de la Asociación Venezolana de Capital Privado (Venecapital) y presidente Rendivalores Casa de Bolsa, detalló que los inversionistas extranjeros que invierten en los corros nacionales tienen la orden de parar temporalmente sus operaciones en el país, debido a la incertidumbre.
«La gente sabe que Venezuela tiene inversionistas extranjeros y nosotros manejamos en la casa de bolsa fondos de inversión, y algunos de ellos, por cierto, son patrimonios no venezolanos. Que conocen Venezuela, pero no son venezolanos; y en este momento la orden de los inversionistas es frenar», explicó.
«Cuando tienes incertidumbre, el dinero es miedoso, ya que la gente teme perder sus activos, y los inversionistas pierden confianza ante una situación de incertidumbre. Entonces, tenemos inversionistas con menos confianza, empresarios nacionales con menos capacidad de importación, obligados a pagar (mercancías) de contado, una menor exportación petrolera, una moneda tu moneda nacional mucho menos respaldada por divisas, cosa que hace que se devalúe y se genere inflación… Tú me dirás qué tipo de escenario es este, es un escenario bastante complicado económicamente», manifestó.
Tres escenarios
A juicio de Doval, el escenario idóneo ante esta situación es alcanzar una negociación: «Una negociación te da la certeza de un tránsito calmado entre dos facciones políticas en tensión; eso hace que los inversionistas se queden más, se calmen y puedan decidir activar nuevamente sus inversiones, hace que los compradores de petróleo puedan comprar el petróleo con menor descuento, y por lo tanto aumenta el ingreso por dividendos del país y hacen que los empresarios puedan tener nuevamente crédito de sus proveedores internacionales».
Por contraparte, un escenario nefasto sería mantener el estatus actual: «Un permanente estado de tensión, en el que no se sabe lo que va a pasar y hace que (los compradores de crudo) estén pidiendo descuentos todo el tiempo, que los inversionistas paralicen sus inversiones y que no haya crédito internacional. Y un escenario todavía más crítico, es probablemente una situación bélica de confrontación, porque ahí realmente se destruye infraestructura, obviamente la exportación petrolera estaría muy dificultada, por no decir imposible y los inversionistas extranjeros sí van a retirar sus activos».
Doval concluyó la entrevista con la convicción de que los ciudadanos deben abogar por una negociación entre Venezuela y EEUU, «y pedir que no estén jugando con nosotros, porque se entiende que hay costumbres políticas, y eso es respetable completamente, pero la economía es algo que afecta transversalmente, independientemente de la ideología a todo el mundo, y creo que debemos pensar sobre todo en las partes más vulnerables de la sociedad venezolana. Aquellos que pasan trabajo, y no es justo que la pongamos a pasar más trabajo por un tema sobre todo de de de afán o de ser político».
