Los factores políticos que adversamos al gobierno hemos cifrado en el voto la posibilidad de salir de esta catástrofe, subraya la dirigente del Partido Comunista de Venezuela-Dignidad en resistencia. «Derrotar a Maduro podría acelerar el proceso de abrir paso a la recuperación de derechos democráticos. Es indiscutible. Maduro en estos momentos es una traba para recuperar la Constitución», afirma
El Partido Comunista de Venezuela (PCV)-Dignidad mantiene su sede en San Martín, que no ha sido tomada por el sector que se arroga la representación de los comunistas con el aval del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y que apoya la reelección del mandatario Nicolás Maduro. Este PCV-Dignidad no se esconde en subterfugios, critica la gestión de Maduro y asegura que el oficialismo puede generar violencia en las próximas semanas o el mismo día de las elecciones presidenciales de 2024.
Neirlay Andrade, integrante del buró político del comité central del PCV-Dignidad, reitera -en conversación con contrapunto.com- que el gobierno «está tratando de construir un marco represivo, no solamente con elementos jurídicos». Se refiere a la ley contra el odio, que se usa «para ir silenciando críticas, para neutralizar luchas obreras y populares»; también, al proyecto de ley contra el fascismo, que criminaliza el clasismo.
«Hay una línea legislativa, pero hay otra línea que tiene que ver con el quehacer y el accionar del gobierno. Estamos hablando de la imposibilidad que tuvieron numerosas organizaciones, no solo de la izquierda, de presentarse en las elecciones con candidaturas propias como organizaciones políticas. Todas estas iniciativas ciudadanas que trataron de buscar una tarjeta electoral, o validarse ante el Consejo Nacional Electoral, y no tuvieron respuesta hasta el día de hoy. Solo unos pocos privilegiados pudieron presentar sus nuevos partidos. Entonces tenemos un aspecto jurídico, un aspecto legislativo, aspectos concretos en relación con la actuación del CNE y tenemos después el discurso y el quehacer de la cúpula gubernamental: los únicos actores de la vida política nacional que están hablando de fraude y de violencia es el partido de gobierno», enumera.
Por el contrario, «los factores políticos que adversamos al gobierno hemos cifrado en el voto, y así lo esta haciendo el pueblo venezolano, la posibilidad de salir de esta catástrofe». Insiste en que los sectores que quieren el cambio no son los que reiteran el riesgo de la violencia: «Es el propio gobierno, y esa es una línea que alimenta la posibilidad verdadera de un escenario de violencia».
Neirlay Andrade, integrante del buró político del @PCV_Venezuela, afirma que la cúpula del gobierno está sembrando desesperanza, desmovilización y miedo en la población. Los únicos que hablan de violencia y fraude son los integrantes de la cúpula del PSUV https://t.co/snqynpoQjX pic.twitter.com/hAxFa2pvzm
— contrapunto.com (@contrapuntovzla) July 14, 2024
-¿Qué medidas prefiguran?
-Hay medidas que pueden ser como la tan temida inhabilitación o judicialización de la tarjeta de la Mesa de la Unidad Democrática, que es el polo hegemónico de la oposición. Eso hay que reconocerlo. ¿Qué pasaría con cientos de miles de personas que ven esa posibilidad de un cambio de gobierno? ¿Saldrían a la calle? ¿Se enfrentarían en un escenario violento en las calles de Venezuela? Ese es un escenario que podría ocurrir, y que sería complicado para el gobierno de Nicolás Maduro. Porque descubrir, a pocos días de las elecciones, que una tarjeta no tenía las condiciones para presentarse, evidentemente es un escenario orquestado. Después están los procesos como el desconocimiento de resultados. Por ejemplo, un triunfo de los factores de oposición y que el gobierno se niegue a reconocerlo. Que exista confrontación civil en las calles. Siempre están también los escenarios en los que actúa o no actúa la Fuerza Armada. Confiamos en que opten por una vía de respeto de la institucionalidad y los resultados electorales. Ellos en su discurso lo expresan así, pero hacen el contrapeso con «el neoliberalismo no vuelve, el fascismo no avanzará», cuando sabemos que desde el propio gobierno se han implementado medidas antipopulares, medidas que son contrarias a las mayorías oprimidas y a los intereses de los trabajadores y que algunos podrían calificar como neoliberales.
-¿Cómo ven el post 28?
-Nosotros vemos un escenario de avivamiento de tensiones, gane quien gane. Quien está en el poder no lo va a entregar tan fácilmente, aún con una derrota electoral. Además, quedarían seis de la cúpula del PSUV gobernando, con los poderes públicos bajo control del PSUV.
-¿Si Maduro gana?
-Eso es posible.
-¿También va a haber tensiones?
-También va a haber tensiones, porque no pareciera que la victoria de Maduro, al menos en el ánimo de las personas en la calle, podría ser una victoria avasallante que le permitiera llenarse de legitimidad. Este es un gobierno deslegitimado popularmente.
-¿La elección no lo va a legitimar?
-Pareciera que no, y si los resultados son cerrados, muchísimo menos. No está legitimado porque la política que está implementando es una política que la mayoría de las personas resienten en su mayoría; me refiero a los sectores populares, a las trabajadores, a las familias que se han visto fracturadas porque sus integrantes tuvieron que irse del país a vender su fuerza de trabajo.
La elección no parece que va a resolver las dificultades de la nación, expone. La política que lleva adelante el gobierno «va contra el pueblo» y el impacto en las condiciones de vida es tan grande «que se necesitan más que buenos números electorales para volver a lograr la reconexión entre una cúpula gobernante y un pueblo».
El PCV-Dignidad ha discutido estos temas, decidió apoyar la candidatura presidencial de Enrique Márquez y concluyó que «este momento no es para el aislamiento de las organizaciones políticas, sino para reagrupar a las fuerzas genuinamente democráticas que quieren luchar por la recuperación de derechos constitucionales», plantea Andrade. El país está en un punto en que la Constitución es el elemento que debe sostener una alianza electoral: «Nosotros creemos que hay fuerzas más allá de la izquierda que tienen la misma preocupación y el mismo interés por recuperar la institucionalidad, por recuperar derechos constitucionales para la familia trabajadora, y con ellos estamos trabajando; principalmente, con la organización Centrados y su candidato Enrique Márquez».
-¿Por qué no apoya a González Urrutia?
-La razón por la que no apoyamos a González Urrutia también tiene que ver con las razones por las que no apoyamos a Nicolás Maduro: para nosotros estos dos polos son corresponsables de la situación catastrófica que vive el país. Si la cúpula del PSUV saqueó Pdvsa, miembros de esa cúpula tienen que ver con tramas de corrupción, no es menos cierto que actores políticos vinculados con el polo de González Urrutia participaron en el robo de activos de la nación en el extranjero. Unos y otros, de alguna manera, se sirvieron del Estado y de las llamadas sanciones o medidas coercitivas unilaterales: los que las solicitaron, y el PSUV, que hizo de ellas el caldo de cultivo perfecto para poder saquear el país. Para nosotros estos dos polos, si bien se adversan, no pueden abrir perspectivas para la defensa de derechos de las familias trabajadoras.
-¿Votar por una opción que no será la mayoritaria no favorece a la opción de Maduro?
-Enrique Márquez ha dicho muy claramente que podría estar dispuesto a convertirse en la opción unitaria de la oposición. Márquez no ve en su candidatura algo que podría neutralizar el avance de otros, como González Urrutia. Para nosotros era importante poder participar en la contienda electoral. Nuestra tarjeta está secuestrada desde el año pasado, aparece la cara de Maduro en la tarjeta. Pero además del nombre del candidato presidencial, para nosotros era importante podernos encontrar con otras fuerzas que nos permitan pelear derechos en mejores condiciones, porque el mundo no se acaba el 28 de julio. El 28 de julio se inicia un nuevo ciclo electoral en el país. A finales de año hay elecciones en Estados Unidos, y eso tiene incidencia en la realidad venezolana. Pero el año que viene se renuevan poderes en el país, como la Asamblea Nacional.
Es necesario que las fuerzas que tienen como horizonte la recuperación de la Constitución trabajen de manera coordinada para pelear por los derechos que han sido arrebatados por este gobierno, señala Neirlay Andrade, del buró político de @PCV_Venezuela https://t.co/snqynpoQjX pic.twitter.com/psmcKWE8wM
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-¿Van a seguir con Centrados?
-El acuerdo político electoral que se firmó contempla posibilidad de trabajo conjunto en 2025.
-¿Locales, regionales?
-Esa opción está. Nosotros seguimos peleando por la recuperación de nuestra tarjeta, haciendo todo lo que haya que hacer jurídica y legalmente. Pero nosotros no tenemos ni el expediente, algo que es lo mínimo. No solamente es un proceso violatorio, que arroja una sentencia írrita, sino que las cosas más básicas no se cumplieron. Nosotros vamos a seguir dando la batalla, vamos a seguir trabajando en los procesos de organización popular y de trabajadores.
No descarta que el elector se confunda con la tarjeta del PCV, porque, además, «la hegemonía comunicacional la mantiene el gobierno de Nicolás Maduro. Se quejará de que nadie lo cubre, que las redes no lo aceptan, que lo bloquean, pero no es cierto. La hegemonía comunicacional la mantiene la cúpula gubernamental, y también están manteniendo su campaña para hacer creer al país que ese es el partido y que el PCV lo apoya. Nosotros mantenemos nuestra contraofensiva en la medida de nuestras posibilidades, pero somos un partido hostigado, cercado, perseguido, sin el aparataje con el que cuenta el gobierno. Es una contienda desigual, pero no nos amilanamos».
Puntualiza que la posibilidad de diálogo la cerró el gobierno de Maduro porque «al tomar estas medidas arbitrarias para despojarnos de nuestra personalidad jurídica, y negar un proceso de defensa oportuno para nuestra organización, se baja la santamaría». Mientras «la política de Nicolás Maduro tenga este carácter cada vez más reaccionario, va a ser menos probable que una organización como la nuestra, que históricamente ha luchado por los derechos de la clase trabajadora, pueda reencontrarse con ellos». No es solo la tarjeta, enfatiza; es, también, la política.
Si la Plataforma Unitaria respaldara a Márquez «esto ameritaría una discusión de nuestra parte para evaluar ese nuevo escenario», y ya el candidato se comprometió a conversarlo con PCV-Dignidad. En todo caso, precisa Andrade, es «una decisión que correspondería al candidato, porque no es nuestra tarjeta, ni lo postulamos nosotros».
Varios puntos forman parte del acuerdo entre PCV-Dignidad y Enrique Márquez, confirma. «Se está trabajando en un acuerdo de largo aliento, mucho más detallado, que compete a aspectos relacionados con la vida económica y social». Y hay puntos de honor: «Recuperación de la Constitución es la base del acuerdo. Cese de la política de bonificación y destrucción de los salarios. Recuperación de pensiones y prestaciones sociales. Recuperación de las contrataciones colectivas, que prácticamente fueron abolidas. Liberación de los trabajadores que han sido injustamente encarcelados por luchar o por denunciar corrupción en sus centros de trabajo. Recuperación de los servicios públicos, un problema medular de la sociedad venezolana. Reenganche de los trabajadores despedidos de manera ilegal en el sector privado y en el sector público; la masa trabajadora que se encuentra con una solicitud de reenganche en la mano. La derogación del instructivo de la Onapre, que aplanó las tablas salariales de la administración pública, y el memorándum 2792, que fue un duro golpe para los trabajadores de la administración pública».
-¿Qué frenaría la violencia?
-Una participación masiva en las elecciones ayudaría. Estos escenarios de violencia en los que el gobierno amenaza con que puede ocurrir algo el 28 tienen como objetivo promover la abstención y la desesperanza: ¿Para qué voy a votar? ¿De qué sirve votar? Mejor me quedo en casa. La respuesta para desbaratar esa amenaza es salir a votar; por eso para nosotros el asunto de ir a votar es clave. La participación ciudadana va a contrarrestar esta línea de acción que favorece al gobierno.
El gobierno «quiere promover la abstención» y PCV-Dignidad «quiere promover el voto masivo».
-¿Si el voto masivo favorece a Maduro?
-Puede pasar. Nosotros no descartamos que Nicolás Maduro pueda reelegirse, incluso, en «buena lid», en un proceso fabricado a imagen y semejanza del que gobierno. Ese es un riesgo y lo hemos asumido.
-¿Qué perspectiva de izquierda ve post 28?
-Más que en nombres, pensaríamos que las perspectivas para la izquierda pasan por lograr que en estas elecciones podamos construir un referente de lucha por derechos democráticos que nos permita pelear en mejores condiciones. Que la gente no sea secuestrada un viernes tras una movilización, desaparecida temporalmente por 48 horas y presentada un lunes en un tribunal antiterrorista. Si nosotros logramos una situación en la que la recuperación de derechos democráticos mínimos permita luchar en mejores condiciones, lo habremos hecho bien el 28 de julio. Derrotar a Maduro podría acelerar el proceso de abrir paso a la recuperación de derechos democráticos. Es indiscutible. Maduro en estos momentos es una traba para recuperar la Constitución.
-¿Maduro no podría hacer un gobierno diferente?
-Los cambios que hasta ahora ha mostrado Maduro han sido superficiales, como nombres, movimientos de silla, cambio de nombre de la promesa del año. Pero estructuralmente la política que aplica no favorece a las mayorías. No hemos visto a Fedecámaras molesta por los anuncios de Maduro. Hemos visto a una cúpula empresarial que está en sintonía y trabajando de manera armoniosa con el gobierno. La línea de gobernanza del PSUV pasó por un pacto con las cúpulas empresariales, y el descargo de la crisis sobre los hombros de la mayoría depauperada.
Hasta la fecha no hay puentes entre PCV-Dignidad y el sector empresarial, y tampoco está en el radar «aunque no negamos el concurso del capital privado y del sector empresarial en la recuperación del país».