El secretario general de Unión y Progreso señala que es posible que el gobierno posponga las elecciones presidenciales hasta noviembre o diciembre para celebrarlas conjuntamente con las regionales. En su opinión el país debe avanzar hacia la sexta república
Unión y Progreso le dio su fe y su apoyo a Edmundo González Urrutia como candidato presidencial. Miguel Parra, secretario general de la organización, reitera lo que dijo hace varios meses: que la oposición se pondría de acuerdo, que habría un outsider. «El país entero usa una expresión caso general: mamado. Este gobierno tiene ‘mamada’ a la gente. Eso te dice que las cosas han cogido un camino, que esto se polarizó», afirma.
El gobierno, según su análisis, ha intentado construir candidaturas opositoras «para golpear las que pudieran ser realmente efectivas» y volver a generar abstención. Pero en este momento «la división y la abstención no le han dado resultado al gobierno», porque la gente mantiene la ruta electoral «y todos vamos a ir a votar», y también «porque los candidatos que el gobierno generó no despiertan entusiasmo».
Las elecciones de 1993 y 1998 se parecen en el deseo de cambio, «deseo de cambio que no ha sido satisfecho porque la gente no solo quiere cambiar el modelo, sino solucionar la crisis». Parra señala que lo más importante ahora, «más que cambiar el gobierno, es un pacto de Estado que permita entre todos solucionar la crisis de los venezolanos; que volvamos a tener una muy buena educación, buenos hospitales, buena salud, buenas carreteras, inversión en tecnología».
-¿Cómo ve ese pacto de Estado?
-El régimen no ha querido comprar la transición. Ellos están buscando ganar de la forma que puedan sin darle un palo a la lámpara, porque pretenden que, si con ciertas condiciones logran ganar y remontan la cuesta, pueden ser reconocidos internacionalmente. Por eso la declaración de González Urrutia denuncia las arbitrariedades que se están cometiendo. Venezolanos que tienen que ir a votar lejos de su zona, cuando sacan a sus votantes y los trasladan a otros centros. Centros de una y dos mesas. Todas esas arbitrariedades que está cometiendo el gobierno muestran que cada día ven más reducida su estrategia. Ahora andan en la «rebanadora Quintero»: buscando ver cómo rebanan los votos a la oposición.
La polarización, sentencia, «está matando al régimen», pero «es tarde, porque Maduro lo que logró fue que el huracán Machado y la templanza de González Urrutia le den confianza al pueblo venezolano en que sí es posible el cambio». Una vez que ese cambio se materialice «el gobierno debe entender que tiene que ir a un pacto de Estado, porque la transición se hace en función de los acuerdos».
-¿Puede haber pacto de Estado ganando Maduro?
-Ganando Maduro es muy difícil, porque el temperamento del gobierno y la manera cómo se conducen no les permite un reconocimiento de la oposición y entender que esto es de todos. No, ellos lo ven como que es de ellos, y es lo que se entiende cuando escuchas el «no volverán». El pacto de Estado significa que ellos existen, un reconocimiento a la existencia del chavismo que no se va a eliminar. Es entender que unos somos oposición y otros somos gobierno, lo que nos permite construir el país que existía antes y que fue producto de un acuerdo como lo fue el Pacto de Punto Fijo. Hay muchos ejemplos en el mundo de cómo podemos constituir un nuevo modelo.
-¿Volver al pasado?
-Te decía que se trata de construir un nuevo modelo. Ahora vamos a la sexta república. La cuarta y la quinta, borrón y cuenta nueva. Eso no nos ayuda en nada. Nosotros no podemos resolver lo que ya se hizo, lo que ya pasó. Podemos construir una cosa nueva y diferente. El gobierno, entendiendo que lo que les queda para seguir participando en política es un acuerdo para sacar al país adelante, puede cambiar.
-¿Y si Maduro gana las elecciones?
-Maduro no tiene posibilidad de ganar las elecciones a menos que todas estas estrategias den resultado. El mecanismo que estamos observando de tratar la abstención funciona, pudieran ganar, porque si la abstención aumenta ellos tendrían una posibilidad cierta por el porcentaje que tienen en las encuestas. Si la «rebanadora» funciona les van a quitar votos que corresponden a la oposición pero que no son útiles a la hora de ejecutarse y se convierten en votos nulos. Hay muchas cosas que pudieran hacer para eso, pero esas cosas hay que denunciarlas a tiempo. También podría suceder lo que ocurrió en 1993, 1998 y en 2015: cuando el voto castigo, que es lo que en este momento se siente, hay un complemento que es el voto útil o la economía del voto: el voto por el que puede ganar. En los últimos días el pueblo se interesa por ver quién puede ganar. Así surgió «la chiripa», así surgió «la manito».
-¿El TSJ puede tomar una decisión contra la tarjeta de «la manito»?
-El TSJ puede hacer cualquier cosa, porque forma parte del gobierno. Todos los órganos públicos están en manos del chavismo. Eso hay que asumirlo y saber que puede suceder. Pero lo único que derrota esas estrategias es la votación masiva.
-PUeden intervenir antes.
-Ponte que eliminen la tarjeta de la MUD, la de UNT y eliminen la candidatura de Edmundo González. Bueno, el pueblo Venezuela quiere salir de esto, tomó la decisión y sabe que el único instrumento real para producir el cambio es el voto. El voto es el mejor candidato. Ya veremos por quién vamos a votar. Lo que nunca debemos hacer es abstenernos, porque si logramos, frente a todas las dificultades, salir a votar, y el gobierno no reconoce los resultados, es el principio del fin del gobierno. En todos los procesos totalitaristas hay un quiebre.
-¿Puede haber un punto de quiebre?
-El punto de quiebre lo va a generar el propio gobierno con esta actitud que lo hace ver irracional. Lo racional para el gobierno es llegar a un acuerdo de transición y un pacto de Estado para seguir teniendo una fuerza política en Venezuela. Pero cuando toman una actitud totalitarista, darle un palo a lámpara, no respetar los resultados de las elecciones, pasan a un nivel distinto internacional y nacionalmente. Se producirá el quiebre, y una vez que el quiebre pase no habrá posibilidad de enmienda.
-¿Posponer la fecha?
-Es muy probable.
-¿En qué lo ve?
-El gobierno pudiera suspender el proceso electoral y convocar las elecciones regionales para noviembre o diciembre conjuntamente con las elecciones presidenciales. Eso generaría que los partidos, en la ocupación de dedicarse a sus intereses más particulares, pudieran incurrir en el error de comenzar la discusión por las candidaturas y «enredar el papagayo». Lo que tienen que entender todos los partidos es que nuestra prioridad debe ser la elección presidencial, independientemente de que se unan las elecciones. Ya habrá tiempo y momento. Incluso, si la postulación de estos candidatos es antes del 28 de julio, para ponernos de acuerdo. Ya hay un mecanismo para que cada organización política pueda preservar su participación en las elecciones. Pero ahora la atención está en lo principal para los venezolanos.
Es probable que el gobierno venezolano posponga el proceso presidencial y lo convoque a finales de 2024 con las elecciones regionales, señala Miguel Parra, secretario general de @Unionprogreso_ https://t.co/AiagMI4kuB pic.twitter.com/rfl7MrOPvw
— contrapunto.com (@contrapuntovzla) July 1, 2024
-¿Está preparada la oposición para eso?
-Como es vox pópuli, y la gente está acostumbrada a que con este gobierno todo puede pasar, no hay capacidad de asombro. Esto es posible en todos los escenarios. El gobierno pone en la mesa todas las cartas o escenarios, va preparando el camino para cada uno de los escenarios y allí están órganos y cuerpos del Estado. Si la vía de la estrategia es el TSJ, levantan la carta que corresponde. Si la vía es de otra naturaleza, irán levantando la carta que corresponda a la estrategia que decidan escoger. Pero frente a un voto masivo no hay trampa posible. El voto debe ser masivo. Que todo el mundo vaya a votar. Que nadie se quede en su casa. El voto es el mejor candidato.
-¿Cómo imagina la sexta república?
-En el pacto de Estado debe haber un acuerdo para ir recomponiendo los poderes públicos. Tenemos que cambiar la Asamblea Nacional mediante una elección, tenemos que modificar la integración de los demás órganos del poder público. Que el país genere, alrededor de ese pacto de Estado, una confianza al exterior. Para conseguir créditos e inversión extranjera el país tiene que generar confianza, el gobierno tiene que generar estabilidad política, que es lo principal; el capital es muy huidizo.
-¿Puede ser con la misma Constitución?
-¿Por qué no? Nuestra Constitución es muy buena. En principio no estoy de acuerdo con una constituyente porque es reproducir lo mismo que generó este régimen, que es un cambio de los poderes públicos que en nada ayuda. Los poderes públicos tienen que ser independientes para que puedan ser responsables.
Economía e institucionalidad son dos áreas fundamentales. Parra suma otras tres: préstamos internacionales a fin de generar condiciones para la inversión extranjera, con servicios públicos y vialidad; ética para el ejercicio del poder público; resolver la crisis y combatir la pobreza, «porque un país con este nivel de pobreza es muy difícil que salga adelante». En estas condiciones «el país no aguanta el regreso de un millón de venezolano, la gente que regrese en estas condiciones en un mes estará comiendo de la basura. Hay que elevar los niveles de vida para que el venezolano regrese».
