«Si el resultado electoral no tiene niveles aceptables de reconocimiento interno y externo, la crisis se va a agravar», advierte el dirigente político
En los días duros las palabras pueden ser riesgosas. José Manuel Muñoz, abogado y dirigente político, las usa con mesura, porque cada oración puede ser un puente que permita comunicarse, o una bazuca que liquide cualquier aproximación. Muñoz sigue confiando, pese a todas las señales que se olfatean en el ambiente, en que será posible hacer valer la palabra negociación.
Este miércoles 28 de julio se cumple el primer mes de las elecciones presidenciales. «El balance de este mes no es positivo, porque la elección debía tener un propósito, y el propósito principal era que quien resultara electo tuviera niveles de reconocimiento aceptables, y que la elección también lo fuese. Sabíamos que iríamos a una elección no competitiva, como efectivamente no lo fue, pero que sí iba a ser semicompetitiva, como en efecto, lo fue», explica Muñoz en conversación con contrapunto.com.
Recuerda las inhabilitaciones que marcaron la elección, que la ganadora de la primaria no pudiera inscribirse, las detenciones, «las actuaciones intimidantes como la ocurrida en Corozopando». Además, los resultados oficiales cuestionados nacional e internacionalmente. «En conclusión: la elección, lamentablemente, no cumplió con su principal objetivo, que era que se lograra un reconocimiento de quien las ganase» y que se destrabaran obstáculos económicos, como los recursos represados en el exterior.
-¿Estamos peor, igual?
-Peor, porque en relación con la elección de 2018 el tema es que Maduro ganó unas elecciones no competitivas, pero las ganó. El tema de ahora es que, como no hay publicación de los resultados desagregados, mesa por mesa, como lo establece la ley, no hay certeza. Ni el CNE ha cumplido con la forma como está previsto que se presenten los resultados, y tampoco el TSJ. Al momento de esta entrevista no hay información mesa por mesa, como lo ordena la ley, de los resultados. Tampoco se han hecho las auditorías que establece la ley, que darían certeza al resultado anunciado por el CNE y el TSJ.
En este momento no parece haber posibilidades de acuerdo «porque no se cumplió con el procedimiento establecido para reconocer o no los resultados», expone. A su juicio, habría algunas vías para el entendimiento: que se publiquen los resultados «como lo establece la ley, porque eso no es un capricho de nadie», y los candidatos no conformes con los resultados «vuelvan a la Sala Electoral y los impugnen». Otra opción «es la acción que intentó Enrique Márquez, que es el recurso de revisión ante la Sala Constitucional», que podría «interpretar los aspectos constitucionales de la sentencia de la Sala Electoral y decidir si cumple total o parcialmente, o no cumple, con los preceptos constitucionales».
-¿Se está agotando la vía legal?
-Sí. Ya prácticamente lo que queda es la Sala Constitucional, que tiene una gran responsabilidad. También podría volverse al contencioso electoral si se publican los resultados, como lo establece la ley. Lo importante es que el poder entienda que su deber, lejos de profundizar el conflicto, es gerenciarlo en función de los altos intereses del país y en función de su solución. Lo que haya que hacer para que eso se produzca, hay que hacerlo.
-González Urrutia no ha acudido a las vías institucionales.
-Lo que ocurre, creo yo, es que después de que ha sido condenado previamente por el presidente, que lo ha llamado «delincuente, terrorista»; y también, por el fiscal, ha habido un prejuzgamiento. ¿Qué confianza puede tener el embajador González Urrutia para ir al Ministerio Público? Ahí tenemos el caso de Tarazona.
-¿No hay garantías para que vaya a ninguna institución?
-No las veo claramente. Ahí vamos a algo que nos puede llevar al fondo del problema: mientras no haya una división de poderes como lo establece la Constitución, donde cada uno ejerza sus competencias y controle al otro, las posibilidades de la reinstitucionalización y la confianza en las instituciones se reducen al mínimo. Al final, eso es lo que está ocurriendo. Hay un Poder Electoral con unas competencias muy claras, hay un sector importante interno y externo que considera que esas competencias no fueron ejercidas como está establecido, y quien estaba llamado a controlar esa actuación, lejos de cumplir con su función, usurpó esas funciones. Las competencias de la Sala Electoral son cuando se producen impugnaciones de resultados, y aquí nadie impugnó. El presidente Maduro intentó un recurso que no está en la ley electoral ni en la ley del TSJ, un recurso que los involucrados nunca vieron, y por esa vía el TSJ hizo algo para lo que no tiene competencia, que fue contar votos, llamar a expertos. Es decir, usurpó funciones electorales que le corresponden al CNE. La Sala Electoral tiene la oportunidad de corregir todo esto.
@NicolasMaduro y @EdmundoGU deben conversar directamente por el bien del país, afirma el dirigente político @josemunro. La crisis económica va a forzar el diálogo, sentenció https://t.co/JvUZEB31n0 pic.twitter.com/TEsxIYaAr1
— contrapunto.com (@contrapuntovzla) August 28, 2024
-¿Qué debería ocurrir de aquí al 10 de enero de 2025?
-Hay un principio: entre más poder, mayor responsabilidad. Los que detentan el poder, los que tienen el poder, tienen la responsabilidad de tratar de revertir la crisis.
-¿Como?
-Tienen los instrumentos. Hablamos de la Sala Constitucional. También, a través de un proceso de negociación en el cual ellos tendrían sólidas posiciones de poder, porque tienen la institucionalidad del país y, por lo visto, el apoyo de la Fuerza Armada. Además, con mandatos muy bien acotados. Estamos hablando de la Asamblea Nacional hasta enero de 2026; de gobernaciones y alcaldías, de concejos municipales hasta enero de 2026; estamos hablando del fiscal hasta 2027.
-¿Una negociación que permita qué cosas?
-Hacer útil la elección, y eso solo se logra publicando los resultados de la forma como está previsto en la ley. Eso podría ser el inicio de la negociación. Y, después, todo lo que sería el proceso transicional, en el cual los poderes constituidos, si el resultado es el que muchos creemos que pasó, que ganó el embajador González Urrutia, cómo esos dos poderes, el emergente y el constituido, se las arreglan, se ponen de acuerdo para coexistir. Y, lo que es más importante, cómo transitamos el camino de recuperación de la confianza en las instituciones venezolanas. Eso no ocurre de la noche a la mañana, es un proceso que lleva tiempo y que debe ser acordado y planificado.
-¿Quién se sienta y cómo se sienta?
-Si personalizamos, se deben sentar González Urrutia y Maduro, que son los que consideran que ganaron las elecciones. Eso no impide que haya otros representantes, pero las cabezas de la negociación tienen que ser ellos dos.
-¿Quién los sienta?
-Se habla mucho de las salas situaciones de Miraflores. Estoy seguro de que se deben haber hecho algunos escenarios económicos.
-¿Es la economía la que va a sentar a González Urrutia con Maduro?
-Es lo que veo. Si el resultado electoral no tiene niveles aceptables de reconocimiento interno y externo, la crisis se va a agravar. Las desigualdades van a aumentar. La calidad de vida va a disminuir. Las inversiones que se necesitan para resolver problemas extremos de la gente, como la salud, los servicios, el ingreso, no van a llegar. Eso necesita que los recursos que están en este momento bajo control externo ingresen al país. Hablamos de los derechos especiales de giro, que están en el FMI, que son 5 mil millones de dólares. Las inversiones que se necesitan ameritan mucha confianza. Situaciones como esta, lejos de generar confianza, lo que hacen es aumentar la desconfianza. Solo saldremos de la crisis si ambas partes se sientan y ponen por encima de sus intereses personales los intereses del país.
-¿Cuáles son los mínimos? ¿Por qué Maduro se sentaría, si le ofrecen que a él y a su entorno lo van a maltratar?
-Yo no he visto a González Urrutia haciendo planteamientos en ese sentido. Todo lo contrario. En el mensaje de inicio de campaña se comprometió a que no había persecuciones, no habría venganza. Además, ha dicho una palabra con al que me identifico: reconciliación. González Urrutia está comprometido con el país y con el mundo en propiciar la reconciliación de todos los venezolanos. Considero que hay un gesto de buena voluntad que ha sido reiterado. Y Maduro y el alto poder, el incentivo que tienen, además de estas garantías, es evitar que la crisis se agudice más.
-Se podría ir a un esquema como Nicaragua. Cerrar más.
-Lo podría hacer, pero a diferencia de Ortega, Maduro no cuenta con una economía como la nicaragüense, que permite niveles de bienestar muy distintos de los que tenemos en Venezuela. Hablamos de países y realidades geopolíticas distintas. Venezuela es un país más grande, con más habitantes y más necesidades, y de grandes posibilidades. Los niveles de desigualdad aumentarían, lo que aumentaría la presión social.
Muñoz habla sobre el apoyo militar a Nicolás Maduro y regresa a la situación general: «Es una institucionalidad negada a buscar una salida negociada, pero si la situación se sigue agravando eso los va a obligar a reconsiderar su decisión. Por eso el llamado a evitar mayores sufrimientos, porque igual vamos a llegar. No hay que esperar al 10 de enero. Es necesario que entremos en una negociación. En un escenario de negociación podrían liberarse varios de los recursos que están represados, habría otro clima, podrían darse algunos avances si esperar al 10 de enero. No depende de los ciudadanos, que lo hemos hecho todo, sino de quienes dirigen el país.
-¿Qué debería ocurrir el 10 de enero?
-Que aquel que haya ganado, una vez que el CNE publique los resultados, asuma la presidencia.
-¿Si no lo hace?
-Entramos en una especie de marasmo en el que una parte muy importante del país no reconoce los resultados. Un gobierno que tendría muy poco sustento popular, el gobierno que sea producto de un resultado que la mayoría no reconozca. Otra cosa es la migración, el carácter estratégico de Venezuela, lo que hace que nuestro país forme parte de la política interna de muchos países. ¿Cuál cree el gobierno que será la actitud de esos países? ¿Reconocerlo?
