Las tensiones geopolíticas entre los gobiernos de Venezuela y Estados Unidos (EEUU) no solo han agravado el contexto político del país, pues, la ya compleja situación económica se ha estrechado ante un panorama de incertidumbre que ha impactado a empresarios, comerciantes e incluso la brecha cambiaria.
En entrevista para Contrapunto.com, el dirigente político y economista Andrés Caleca sostuvo que esta situación se ha desarrollado debido a un contexto de inestabilidad política, iniciada en las controvertidas elecciones presidenciales, celebradas el 28 de julio de 2024.
Asegura que en los países un deterioro político incide directamente en el detrimento de la economía nacional.
-¿Cuáles son las consecuencias económicas del conflicto geopolítico EEUU-Venezuela?
—La situación económica venía deteriorándose permanentemente prácticamente desde las elecciones del año pasado, desde que el gobierno decidió desconocer el resultado electoral, por razones obvias. Inmediatamente, el país entró en una inestabilidad política evidente, con presos políticos, con perseguidos, con problemas internacionales que se han ido agudizando. El deterioro político inmediatamente conduce a un deterioro de la situación económica, que había relativamente mejorado con respecto a lo que fue el año 2017, 2019 y hasta la pandemia. Todos esos logros o esos avances que no dependían de ninguna política acertada del gobierno, sino de la reacción de la sociedad después de la pandemia. Todo eso se perdió, se fue perdiendo progresivamente y ahora hemos llegado a este punto prácticamente de catástrofe.
Caleca señala que «el gobierno quiere dar la sensación de normalidad, promoviendo algunas movilizaciones, como por ejemplo, juegos de pelota, conciertos, etcétera; pero cuando analizas, lo que está pasando realmente en la economía es un congelamiento de la situación, pero en la peor circunstancia porque es prácticamente una recesión de la producción, del consumo, del comercio, de las finanzas, con una altísima inflación».
«Es lo peor de dos mundos, porque existe una inflación no solo en bolívares, también es en dólares, siendo una tenaza que dificulta la vida, la supervivencia de grandes sectores de la población y del país», sentencia.
–También habló de desigualdad
—La situación se agudiza además por la desigualdad territorial que hay en el interior de Venezuela.
Explicó que en el caso de Caracas «es una cosa, pero el interior del país es una absolutamente distinta, una crisis terrible de la salud, una crisis terrible del salario, una crisis terrible de ingresos, de oferta, de demanda, agudizada. Ahora, por supuesto, con la profundización de las contradicciones internacionales entre Venezuela y la primera potencia del mundo los Estados Unidos. Es una situación difícil que no se va a resolver estructuralmente hasta que no se dé solución al nudo gordiano del problema venezolano, que es su crisis política. Una crisis política agudizada por el robo de las elecciones (presidenciales) del año pasado.
-¿Cree que la incertidumbre geopolítica también puede estar profundizando los problemas con el tipo de cambio?
—Agudiza todo, no solo el tema cambiario, la inversión se ve reducida a cero, porque nadie es capaz de invertir un dólar en Venezuela con una flota a punto de invadirla. La movilidad, la movilidad urbana, el consumo, la oferta, el transporte, todo se ve afectado. O sea, ya venía mal. Lo que te quiero decir es que esta situación lo termina de profundizar.
-¿Cuál es la perspectiva para la economía venezolana ante este panorama?
—Muy mal. La perspectiva de Venezuela es muy mala. Esto necesita rápidamente una salida, y la salida no es otra que una transición hacia la democracia y hacia el reconocimiento de la voluntad popular de Venezuela. Esta gente tiene que irse del gobierno.
-¿Cree que en lo que queda de año haya alguna solución posible, o esto se extiende hasta 2026?
—En política hacer pronósticos es muy difícil, pero hay que prepararse para construir una transición. Las condiciones para una transición no están dadas aún. Hay que prepararse para construirla. La oposición venezolana tiene que reagruparse, tiene que fortalecerse, hay que crear un gran movimiento social y político que sea capaz de obligar a una transición, porque el gobierno, por su propio modo no va a transigir, y no queremos que lo hagan a consecuencia de una invasión internacional. Nadie quiere una guerra, queremos una transición pacífica y venezolana.
-Preparación política: ¿Y preparación económica?
—La situación económica es terrible, lamentablemente y tenemos un gobierno incapaz de afrontarla. No sabe cómo afrontarla, no quiere afrontarla o no puede, o las tres cosas al mismo tiempo.
-¿Y el pueblo cómo lo afronta?
—El pueblo está padeciendo, es un lamento lo que uno oye cuando se comunica con las regiones. Nosotros que tenemos un partido, que es el Movimiento por Venezuela, que es pequeño y modesto, pero estamos en todo el país; y cuando tú oyes a tus dirigentes regionales, locales y les preguntas: ‘¿Cómo va la cosa? ¿Cómo están allá?’ Lo que responden es un gran lamento.
Caleca considera que la solución ante la crisis social y política del país está en manos de los ciudadanos venezolanos y no en manos de externos. Además, durante el foro «Negociaciones entre Trump y Maduro: ¿a quién beneficia?», expresó la necesidad de que se cree un movimiento social-político que gestione una transición política «pacífica, democrática y sin balas».
