La presidenta de la asociación civil Mujer y Ciudadanía está promoviendo un pacto de respeto y no agresión para las precandidatas y los precandidatos a la primaria, que también se implemente para las presidenciales: «Estoy segura de que a la gente del PSUV le va a gustar; ellos son tan venezolanos como todos y están cansados de la guerra, la insultadera y la descalificación. Todos queremos la paz y la reconciliación tan necesarias»
En su evangelización a favor de la reconciliación Aixa Armas está dispuesta a reunirse con quien sea. Incluso, a visitar Miraflores y predicar con el ejemplo. Armas, presidenta de la asociación civil Mujer y Ciudadanía, ha salido a promover un pacto de respeto y no agresión para las precandidatas y precandidatos a la primaria. Espera que lo firmen todos los aspirantes, y que sea asumido por todos los factores políticos en el proceso presidencial; incluso, por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). «En todos los procesos políticos de cambios y transiciones hay que pasar la página, y que la justicia sancione las cosas sancionables», explica Armas en conversación con contrapunto.com.
-¿Por qué el pacto?
-El pacto surge de los participantes del diplomado coordinado por Mujer y Ciudadanía y Espacio Civil, y certificado por la Universidad Monteávila. La premisa era que los líderes políticos de base necesitaban formarse en ciertos conceptos políticos. Hicimos esta invitación a que los líderes de base se prepararan para una política diferente, empezar a hacer una política distinta. Unas 450 personas mostraron interés en participar en el diplomado. Se incorporaron 40 personas de partidos como UNT, Fuerza Liberal, VP, PJ, Vente, independientes. También del MDI, y gente que sale y que entra y ha estado en varios partidos. Eso buscaba el diplomado. Uno habla de unidad en el nivel de arriba, pero debe ser piramidal; cuando ves a los líderes insultándose constatamos que se necesita un trabajo de reconciliación a todo nivel. Con el diplomado logramos que se unieran para debatir sobre política, para que surgiera un pensamiento crítico. Mujer y Ciudadanía les plantea un pacto de respeto y no agresión para que nadie sienta que debe dejar su ideología para unirse, sino que debe unirse en la búsqueda de una mejor Venezuela. Lamentamos que no hubiera 10 del PSUV, para hacer valer su criterio y su manera de pensar. El pacto es para aprender a debatir.
Cuando comenzaron las discusiones, rememora Armas, «pasaba lo del gobierno interino, y empezaron a decirse ‘este es un ladrón, un bicho’, entre ellos sacándose los ojos. Eso alimentó la idea del pacto. Decidimos un pacto de respeto y no agresión para los candidatos a las primarias porque la ciudadanía quiere escuchar propuestas, un diálogo constructivo. Qué va a hacer cada quien».
-Pero parece que los políticos quieren otra cosa.
-Vimos que hay un aprendizaje de un diálogo político que se basa en el descrédito del otro. Así como aprendieron qué es Estado y gobierno, nuestros políticos aprendieron que la manera de dirigirse al pueblo es con la descalificación y con el hundimiento del adversario. Antes de estos 24 años también había, también se sacaban los ojos. Nosotros estamos en la calle, en las comunidades, con los sectores, porque la idea es que la mujer tenga mejor calidad de vida. Los ciudadanos dicen que se pelean tanto que el minuto en la radio, la televisión o las redes es para despotricar del otro y no decir qué van a hacer. En el pacto exigimos el uso de un lenguaje de unión, respeto, valorización y tolerancia; que cada líder presente su programa de gobierno sin necesidad de desprestigiar a los adversarios. Empezamos a usar la palabra adversario y no contrincante o enemigo. Hay una invitación a los candidatos. Con el pacto reflejamos lo que el venezolano quiere. El venezolano se cansó de la pelea, la discusión, los gritos y la insultadera. El venezolano quiere soluciones.
-¿El pacto qué garantiza?
-Que la gente tenga información para saber qué van a hacer los candidatos, y pide que se abstengan de descalificación, falsedad, violencia física, violencia de género y cualquier otro acto que pueda discriminar o injuriar a otros. Se trata de procurar un lenguaje de respeto, reconciliación antes, durante y después de la campaña. Al ser los 40 alumnos miembros de partidos, ellos se acercaron a sus políticos y les pidieron que vayan a la mesa de diálogo. Por eso los políticos se vieron en la necesidad de ver el pacto. Ya algunos candidatos dijeron que sí, como Pérez Vivas, la gente del MDI. Un Nuevo Tiempo también se acercó, Juan Guaidó dijo que quiere firmar el pacto. Es un pacto de respeto y no agresión, no decimos de qué debes hablar, sino que respetes a tu adversario y cuál es tu plan de campaña, gobierno y país.
-¿Qué han visto en la precampaña?
-Hemos visto que en la precampaña hay una acusación continua, tú hiciste esto, hiciste aquello. Insultos, das a entender cuál es el personaje. Hemos visto mucha agresividad, mucho deterioro. Cuando un candidato dice que no se reúne con otros porque son ladrones ya hay un insulto. Si usted va a acusar a alguien, traiga las pruebas. Hay muchísima agresión que no llega a las manos porque el grupo lo impide. En las comunidades, cuando se consiguen dos grupos, como traen esa enseñanza su manera de hacer política, se convierte en algo agresivo.
-Si en la precampaña se han portado así, ¿qué les hace pensar que en la campaña lo cumplirán?
-Tenemos figuras importantes que lo apoyan. El doctor Román Duque Corredor es uno de los padrinos del pacto. Es importante acostumbrar a la ciudadanía a que los pactos son necesarios, porque necesitamos pactos de todo tipo y apertura para hablar. El MAS anuncia un pacto de no agresión y respeto. Pensamos hablar con la comisión de primaria porque ese pacto no solo es para el candidato, sino para el equipo completo. Damos hasta agosto para firmarlo.
-¿Por qué para los equipos?
-Porque los equipos, a veces, son peores que el candidato mismo. Aquí está todo el mundo transmitiendo el mensaje del candidato. Si usted va a acusar, traiga pruebas a la comisión nacional de primaria. Hemos sido el vehículo para logra el pacto, pero queremos que los ciudadanos lo asuman y lo tomen para sí, para que puedan exigir respeto y no agresión. Los estudiantes han elaborado una idea: abrir el pacto para que lo firmen otras organizaciones civiles, y que sea un pacto que apoya la sociedad civil. Es una forma de decir que apoyamos esta forma de hacer política. Dejamos de ver el pasado para ver un futuro nuevo y empezar a ver a Venezuela en conjunto a pesar de nuestras diferencias.
-¿Lo asumió la comisión nacional de primaria?
-Vamos a tener una reunión entre la comisión, los estudiantes y Mujer y Ciudadanía. La idea es que, si les parece, esto forme parte de las condiciones para la inscripción como candidato. Que ellos lo asuman. Puede haber cambios en las pautas del pacto, porque todo es mejorable. Somos adversarios y no enemigos, cada quien tiene razón desde su perspectiva, debemos pasar la página y dejar de ver el pasado. Pasemos la página y comencemos a ver qué vamos a hacer de aquí en adelante. Cuando López Contreras asumió el poder nadie le dijo que estaba al lado de Juan Vicente Gómez; se pasó la pagina y vamos para adelante. Estoy segura de que a la gente del PSUV le va a gustar; ellos son tan venezolanos como todos y están cansados de la guerra, la insultadera y la descalificación. Todos queremos la paz y la reconciliación tan necesarias.
-¿Si la Comisión Nacional de Primaria no lo asume?
-Si la comisión no lo asume, se manejará con los candidatos. Seguimos con el esquema de reunirnos con los candidatos y presentarles el pacto, y socializarlo con la ciudadanía. Que empiece la ciudadanía a pedir el pacto de respeto y no agresión.
-¿Qué pasa si no se firma?
-Van a sentir un gran rechazo los que no lo firmen, y los candidatos que firmen el pacto van a tener la simpatía de la ciudadanía. Con el pacto dices «vamos a pasar la página y vamos a relacionarnos de otra manera». No puede seguir resolviéndose el problema a gritos. El que lo firme va a tener la simpatía de la ciudadanía. Veremos cuál va a ser su reacción, cuando empiecen a darse cuenta de que la gente ve con buenos ojos el pacto de no agresión. Juan Pablo Guanipa nos llamó, que quiere reunirse con nosotros, y a Capriles ya lo convocamos.
-Es una sanción moral y en el país no parece importar eso
-Es una sanción moral, pero es una búsqueda de la ética perdida. Lo vemos como una propuesta ética desde la ciudadanía. Hacemos esta propuesta ética sin que eso agreda la ideología ni la manera de pensar o querer cambiar a su modo el país que queremos. Es una propuesta ética que habla de reconciliación y perdón. Cuando escuchamos que dicen que debemos reconciliarnos, ese es un discurso muy bello, pero nadie dice cómo. Mujer y Ciudadanía dice cómo. Tenemos que reconciliarnos, hagamos un pacto de no agresión. Es un pacto que nos va a permear a todos, y será un eslogan: respeto y no agresión.
-¿Es un compromiso posterior?
-Es una acción política. Más que una acción electoral el pacto es una acción política, que busca hacer de manera tangible la reconciliación, el perdón. Hacerla realidad. Cómo pactamos con los chavistas, con los jefe de calle, con la oposición de Fuerza Vecinal: con un pacto de no agresión, que busca hacer las cosas de otra manera. Otra cosa que busca es la repolitización del ciudadano. Ese es el trabajo que hacemos en Mujer y Ciudadanía con los talleres, seminarios, foros y diplomados de las mujeres como agentes de cambio.
-¿El rol de las mujeres?
-No lo hemos asumido con la separación mujer y hombre. Trabajamos por la integración de la visión masculina y femenina. Hemos querido que se sumen los hombres. Ellos, en su visión y sus roles, y sus características, y las mujeres en su visión, roles y características, e integrarlo en una sola conducta.
-¿Le llevaría el pacto a quien ejerce el poder?
-Yo lo llevaría. Si me dan el espacio, lo llevaría, se lo enseñaría. Quisiera eso. Es una manera de dar un ejemplo de que si queremos cambiar hay una actitud de cambio, con respeto por ambas partes.
-¿Es justo pasar la página?
-En todos los procesos políticos de cambios y transiciones hay que pasar la página, y que la justicia sancione las cosas sancionables. Cuando pasó la guerra civil de El Salvador, de Nicaragua, se pasó la página. También en Perú, España. Imagino que las páginas se pasan y hay gente encargada de hacer restituciones de la justicia, que las instituciones jurídicas hagan su trabajo y organizaciones como Mujer y Ciudadanía se encargan de hacer ciudadanos fuertes y comprometidos. Esto no es unión solo de los políticos. Este país es de todos; todo el mundo debe poner su parte y comprometerse.
