En el mundo de las finanzas personales, no siempre son las grandes deudas o inversiones fallidas las que desequilibran el presupuesto. A veces, el verdadero enemigo se esconde en los pequeños placeres cotidianos: ese café de media tarde, la suscripción que ya no usas, el snack que compras sin pensar. A estos desembolsos mínimos pero constantes se les conoce como gastos hormiga, y su impacto puede ser mucho más profundo de lo que aparentan.
¿Qué son los gastos hormiga?
Los gastos hormiga son pequeñas erogaciones de dinero que realizamos de forma habitual, casi automática, y que no consideramos al elaborar un presupuesto. Aunque parecen insignificantes, su acumulación puede representar una fuga considerable de recursos. Según Economipedia, se trata de “gastos que no son realmente necesarios y que hacemos de manera reiterada y casi inconsciente”.
Ejemplos comunes incluyen:
- Café diario comprado fuera de casa
- Golosinas o snacks
- Propinas frecuentes
- Suscripciones digitales no utilizadas
- Comisiones bancarias inadvertidas
¿Quién acuñó el término?
Aunque no existe una atribución oficial única, el concepto de “gasto hormiga” comenzó a popularizarse en el ámbito de la educación financiera en América Latina a principios de los años 2000. El término se utiliza como metáfora: así como las hormigas, estos gastos son pequeños pero persistentes, y pueden construir (o destruir) grandes estructuras con el tiempo.
Opiniones de expertos
La economista venezolana Liuba Malpica advierte que en contextos de alta inflación y escasez de recursos, como el que vive Venezuela, “hay que priorizar lo esencial en cada hogar del país y evitar gastos hormiga”. En su análisis, estos gastos no solo afectan el ahorro, sino que también pueden generar endeudamiento innecesario y reducir la capacidad de respuesta ante imprevistos.
Desde el portal Semana, expertos en finanzas personales recomiendan estrategias como pagar en efectivo, planificar las comidas, y automatizar el ahorro para contrarrestar estos gastos invisibles. Además, entidades como BBVA han desarrollado herramientas digitales para ayudar a sus usuarios a identificar y controlar estos patrones de consumo.
¿Cómo afectan la economía personal?
El impacto de los gastos hormiga es acumulativo. Por ejemplo, gastar 2 dólares diarios en café equivale a 60 dólares al mes y más de 700 dólares al año. Ese monto podría destinarse a un fondo de emergencia, una inversión o incluso a cubrir necesidades básicas.
Según Terra Colombia, estos gastos “dificultan el pago de deudas e impiden alcanzar metas financieras a largo plazo”. Además, al no ser planificados ni registrados, generan una falsa sensación de control financiero que puede llevar a frustraciones y estrés económico.
¿Cómo combatirlos?
Los expertos sugieren:
- Registrar todos los gastos diarios, por pequeños que sean
- Establecer un presupuesto realista, incluyendo una categoría para gastos superfluos
- Definir metas de ahorro claras que motiven a redirigir esos montos
- Sustituir hábitos costosos por alternativas más económicas (como preparar café en casa)
- Usar aplicaciones de control financiero para visualizar patrones de consumo
Los gastos hormiga son una amenaza silenciosa para la estabilidad financiera. No se trata de eliminar todo placer cotidiano, sino de tomar conciencia y decidir con intención. Como decía Benjamin Franklin: “Cuida de los pequeños gastos; un pequeño agujero hunde un barco”.
Con información de Economipedia/ Terra Colombia






