«Se trabaja solo para medio comer hoy, sin saber qué pasará mañana. Y así se pierde el sentido social y acumulativo del trabajo», reza el comunicado difundido este martes
El Comité Nacional de Conflicto de los Trabajadores en Lucha aseguró este martes que gobierno y patronos están dejando de lado las incidencias legales del salario.
«Gobierno y patronos privados, en comandita, evaden las incidencias legales del salario en prestaciones, utilidades, vacaciones, etc. Se trabaja solo para medio comer hoy, sin saber qué pasará mañana. Y así se pierde el sentido social y acumulativo del trabajo», reza el comunicado difundido este martes.
«Compañeros, unámonos o todo este atropello de los patronos y el gobierno se hará ley y veremos naufragar nuestras ansias de libertad, de justicia social y de progreso, dentro de un país que se lo repartirán los grandes dueños del mundo», exhortaron.
Este es el comunicado completo:
¡Que la crisis la paguen sus creadores, NO los trabajadores, ni la clase obrera!
Vivir el drama de salarios tan viles y miserables como los venezolanos se hace más doloroso, cuando lo acompañan la burla, la desvergüenza, la discriminación y el engaño por parte del patrono, ya sea el Estado o los empresarios. Con engañifas y falsos discursos se estafa la buena fe de quienes son de verdad los productores de las riquezas, los bienes y los servicios.
Desde hace más de dos décadas, es costumbre en el país que cerca del Primero de Mayo el gobierno inconsultamente ajuste el salario mínimo. El año pasado, 2022, debido a la intensa protesta de jubilados y pensionados, la administración de Maduro adelantó el anuncio al 3 de marzo: medio petro, 130 bolívares equivalentes a 30 dólares. Se repetía lo de 2018 y 2021, que solo fue un incremento fugaz, tragado por la hiperinflación y mochado por la aplicación del memorando 2792 y el instructivo ONAPRE, que cercenaron hasta en 60 % los beneficios de los contratos colectivos en la administración pública.
Por su parte, el empresariado se escuda y se aprovecha de esa injusta política salarial del gobierno para obtener ganancias exorbitantes, con porcentajes elevadísimos de explotación contra los obreros y empleados a su servicio, aunque se ve obligado a pagar bonos para mantener la plantilla. Gobierno y patronos privados, en comandita, evaden las incidencias legales del salario en prestaciones, utilidades, vacaciones, etc. Se trabaja solo para medio comer hoy, sin saber qué pasará mañana. Y así se pierde el sentido social y acumulativo del trabajo.
En concierto hacen desaparecer de facto las prestaciones sociales, desconocen totalmente los artículos 86 y 89 de la CRBV y ahora quieren aparecer como víctimas, ya sea del “imperio y sus sanciones” o del ataque expropiador de un gobierno y que “socialista”, cuando en verdad es el colmo del liberalismo antiobrero. A esto se une la especulación del entramado comercial, que logra que hasta el poder adquisitivo del propio dólar caiga en comparación con países vecinos.
El artículo 91 de la CRBV es bien claro al referir el salario a la cobertura de las necesidades básicas materiales, sociales e intelectuales del trabajador y su entorno familiar. Este es el llamado que debe unirnos a todos los que vivimos de nuestro propio trabajo. Debemos reclamar lo que por justicia nos corresponde. No podemos conformarnos con este estado de miseria y pobreza, mientras se roban y dilapidan el erario nacional, con niveles de corrupción que van desde el alto gobierno hasta las pillerías en el suministro de bonos, bolsas clap, gasolina y otros.
Buscando quebrar las protestas de los trabajadores, el gobierno hace erogaciones bonificadas para calmar la molestia y la rabia que anidan en los maestros, los enfermeros, los pensionados y jubilados, los universitarios, los obreros de industrias básicas y los empleados públicos en general. Quiere mantener a la masa trabajadora extasiada a la espera de un anuncio que hace colar por vías irregulares, para que la gente se desmoralice, se canse y sienta que con la lucha no va a conseguir nada sustancial. Pero lo que sí es cierto es que sin lucha no hay victoria. Frente a un patrono-Estado y un empresariado unidos para violentar y desconocer los derechos laborales, no queda otra que pararnos firmes y exigir salarios dignos y pensiones de vida. Quieren, como lo expresó el representante de Fedecámaras Jorge Roig, que durante dos años se elimine cualquier pago de prestaciones sociales, que se llegue al máximo en la bonificación del salario, para que ellos en una alianza perversa se “recuperen”…
Exigimos un cambio profundo en la distribución de la riqueza: que el dinero de la deuda pública, externa e interna, se redirija a salarios y a servicios públicos esenciales; que cese el financiamiento de una banca especuladora y se atienda su función de intermediación hacia la inversión productiva; que se reduzcan las excesivas tasas de ganancia de los inversionistas privados, no solo con impuestos sino con el reconocimiento de los bonos como salario real. Exigimos que los dineros de la renta petrolera y minera no sean manejados como una caja chica del partido de gobierno, sino que se informe con claridad sobre las fuentes de ingreso para los distintos rubros presupuestarios y su destino.
Las organizaciones sindicales están prácticamente atadas de manos por todas las ilegalidades y componendas de la administración de Maduro, quien se arroga la última palabra en cualquier discusión de esa índole. Su visión corporativista y antiobrera lo lleva a despreciar la contratación colectiva, a impedir el derecho a huelga, a restringir la libertad sindical cuando no puede destruirla, a impulsar el paralelismo para tener “caballos de Troya” en el seno de los luchadores sindicales. La máxima unidad de los trabajadores es lo que puede poner fin a todas estas tropelías. Es la hora de la GRAN UNIDAD para lograr un salario constitucional, para rescatar una vida digna y para conquistar un mundo mejor para los trabajadores.
Compañeros, unámonos o todo este atropello de los patronos y el gobierno se hará ley y veremos naufragar nuestras ansias de libertad, de justicia social y de progreso, dentro de un país que se lo repartirán los grandes dueños del mundo.