Durante el mes se registraron importantes saltos en la cotización de la divisa estadounidense. Destaca que en el mercado paralelo alcanzó un máximo de 27.161,52 bolívares para luego regresar a la barrera de los 20 mil bolívares.
El comportamiento del dólar, tanto en el mercado paralelo como en el oficial, mostró una vez más su capacidad de volatilidad, al aumentar entre 900 y 2.900 bolívares durante el mes de octubre.
En el mercado paralelo, según la cotización de la cuenta @enparalelovzla, la divisa estadounidense registró un aumento mensual de 982,85 bolívares, ya que inició el mes en 19.976,84 bolívares y cerró este 31 de octubre en 20.959,69.
Sin embargo, destacan en los últimos días del mes importantes saltos de más de 3 mil bolívares diarios, como el 28 de octubre, hasta alcanzar su punto más alto el martes 29 de octubre al ubicarse en 27.161,52 bolívares.
El alza mensual en el dólar oficial fue mayor que en el mercado paralelo, de 2.977,27 bolívares, al pasar de 20.425,64 bolívares el 1 de octubre a 23.402,91 bolívares este jueves 31 de octubre, por encima de la cotización en el mercado paralelo.
Aunque lo usual en el mercado cambiario venezolano es una cotización oficial por debajo de los mercados alternos, esta tendencia se rompió en varias oportunidades durante el mes de octubre.
El comportamiento mensual también registró importantes aumentos la última semana, pero el punto más alto fue de 24.425,07 bolívares este miércoles 30 de octubre.
Según el economista José Manuel Puente, este comportamiento obedece a una política gubernamental basada en «acelerar y frenar el tipo de cambio», a través del encaje legal y la inyección de bolívares al mercado a través de pagos a proveedores y contratistas.
«Lo que hace es que en algunas circunstancias restringe la liquidez y en otras circunstancias la amplía vía gasto público», explicó Puente recientemente a Contrapunto.
Agregó que el cambio en los niveles de liquidez es parcialmente responsable del fenómeno de volatilidad del tipo de cambio.
Igualmente reiteró que, los problemas de política fiscal y monetaria pueden reducir o ampliar los niveles de liquidez y por tanto hacer que el tipo de cambio baje o suba, pero a ello se suman problemas estructurales como la apreciación del tipo de cambio.