A pesar del alza de los precios del petróleo, las ganancias del país se ven afectadas por la caída de la producción y con ello, la reducción en las ventas criollas
El precio del petróleo venezolano cerró el primer trimestre de este año con un alza de 13,59 dólares, en medio de un escenario de caída de la producción y sanciones a la industria petrolera nacional.
Tras ubicarse en la primera semana de enero en 47,99 dólares por barril, y cerrar el mes de marzo en 61,58 dólares, la cesta petrolera criolla promedia en ese período 56,59 dólares.
Estas cifras reflejan un aumento del precio del barril de 28,31% con respecto al mes de enero, y un incremento interanual de 2,83%, tomando en cuenta que el crudo se ubicó a finales de marzo de 2018 en 59,88 dólares.
El mercado petrolero se ha mantenido al alza alentado por los recortes de producción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), que en febrero se cumplió en 90%.
A este recorte se suma la importante caída en la producción venezolana, que entre enero y febrero se ubicó en alrededor de 142 mil barriles diarios según las cifras de la Opep, y sitúa la producción del país cerca del millón de barriles, a lo que se agregan las de la sanciones de Estados Unidos a la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
Esta caída incide directamente en las finanzas del país, que no se ven beneficiadas por el incremento del precio del oro negro debido a que las ventas criollas se han visto reducidas.
Las sanciones de Estados Unidos a la estatal petrolera complican la operatividad de la industria nacional, ya que el país requiere de petróleo para mezclas proveniente del país norteamericano para mejorar el crudo extra pesado que se extrae de la Faja Petrolífera del Orinoco.
Estados Unidos también es proveedor de insumos necesarios para el procesamiento del crudo venezolano.
El experto petrolero Rafael Quiroz señaló recientemente a Contrapunto que para detener la caída de la producción en el país, la industria requiere de inversiones por el orden de 2.300 a 2.500 millones de dólares, los cuales se deben captar a través de capital internacional, para quienes las empresas venezolanas no resultan atractivas por falta de garantías.
Quiroz explicó en esa oportunidad que los apagones registrados en el país no afectan la producción de crudo, pues los yacimientos cuentan con plantas eléctricas que funcionan. Sin embargo, los problemas eléctricos inciden en la comercialización del crudo debido a que retrasaron el embarque de las entregas de petróleo desde el estado Anzoátegui, desde donde parte el 65% del crudo nacional, lo cual implica una penalización de 25 mil dólares diarios.