A 25 días del cese definitivo de las operaciones de Chevron en Venezuela, por orden del Tesoro estadounidense, mucho se ha conversado sobre la importancia de la petrolera, no solo en la extracción y venta de crudo venezolano, sino en el mercado cambiario nacional, que durante el 2024 pudo mantener la paridad cambiaria gracias a la venta de este rubro. Pero: ¿Quién sustituye el papel de Chevron? ¿Serán los aliados del gobierno venezolano los encargados de llenar este vacío?
A juicio del economista José Manuel Puente, esta situación podría motivar al Ejecutivo venezolano a «buscar socios en China, Irán u otro país amigo» que le garantice el apoyo necesario para poder seguir produciendo, al menos, parte del petróleo que extraía Chevron.
Sin embargo, en entrevista para Contrapunto.com explicó que «no es tan sencillo sustituir a Chevron, una de las grandes corporaciones del mundo, por una empresa china. Además, eso tiene un tiempo de inversión y de exploración, para llegar al nivel de producción y de generación de ingresos para la República», que representaba la compañía norteamericana.
–Pero también es una realidad, que Venezuela mantiene deudas con China: ¿Cree que, con ese escenario, las empresas del país asiático estén dispuestas a hacer negocios?
– China es el que menos va interesado (en negociar con Venezuela), porque China está muy decepcionado de sus negocios, no con Venezuela, sino con ‘La Revolución’. Ha invertido mucho en Venezuela y no ha conseguido la receptividad del gobierno, que tampoco ha cumplido con sus promesas, ni lo que tenía que dar a cambio. Entonces, no sé si los chinos están muy interesados.
«Pero claro, ‘La Revolución’ en un momento de desesperación les puede ofrecer villas y castillas para que los ayuden», añadió el profesor de IE University-Madrid.
Y aunque no se logre obtener el apoyo de esta nación, reiteró que también existe la alternativa de los iraníes u otras empresas «de países aliados». No obstante, desde su perspectiva como ciudadano y economista, Puente asegura que prefiere, en todo caso, «la presencia de Chevron, una empresa petrolera de un país democrático, con sus defectos, pero democrático, a que explore y produzca petróleo una empresa poco transparente, de países de autocracias como la iraní y la china».
Además, con alternativas como estas «vamos a volver a los maletines llenos de dólares, a las comisiones, a los descuentos, porque vamos a tener que desviar parte del petróleo a mercados alternativos y eso va a tener un descuento y un costo, y más en la corrupción. Entonces para mí, por lo menos Chevron, uno sabe que no son la Madre Teresa de Calcuta, pero cumplen con sus parámetros mínimos institucionales, éticos y pagan sus impuestos; yo no sé si eso va a pasar con una empresa petrolera china o iraní».
Al tratar de proyectar cuánto tiempo tomaría incorporar a estas empresas el especialista, quien también se desempeña como profesor de la Maestría en Gerencia Pública del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), indicó que existen dudas en torno a esta posibilidad, por lo que no tiene precisión sobre los tiempos de este proceso, ya que eso pasa por la disposición de las empresas a las que se les haga la solicitud y si tienen la capacidad de alcanzar los niveles productivos de Chevron, que rondan los 200.000 y 240.000 barriles por día: «A lo mejor les lleva un año o dos llegar a ese nivel».
«Vamos a ver qué pasa, cuánto invierten y quién termina agarrando la papa caliente de de la producción petrolera que estaría dejando en próximos días de Chevron», indica Puente quien es individuo de número de la Academia Nacional de Ciencias Económicas.
–Con la salida de Chevron, se habla de posibles alteraciones en el mercado cambiario: ¿Cuándo Venezuela comenzará a ver estas consecuencias?
-Los impactos negativos en la economía venezolana, tras el anuncio del cese operativo de Chevron, ya son visibles. De hecho, la inflación de febrero de 117% ya te dice que hay una luz roja en el tablero, además de las liquidaciones del Banco Central de Venezuela, cuya última subasta fue de 50 millones, la más baja de los últimos meses. Ya el gobierno sabe que no va a contar con los recursos que contaba en el pasado para actuar con más contundencia.
En cuanto al tipo de cambio, explicó que «todavía» no se ha devaluado porque Chevron sigue produciendo en el país, «pero el 3 de abril tiene que irse (…) Entonces vamos a ver con mucha rapidez el aumento del tipo de cambio -lamentablemente-, una mayor inflación -que ya la de febrero lo anunció claramente- y moderación del crecimiento económico».
«Todas las proyecciones que habíamos hecho en diciembre y enero del 2025, que indicaban que el crecimiento iba a ser pequeño, moderado con una inflación alta, sin lugar a dudas empeoran y lo vamos a ver con más inflación, más devaluación y menos crecimiento», acotó.
Más adelante indicó que «todo depende si hay un socio o no. Inclusive si no hay ningún socio y nadie se encarga de la producción de Chevron, podemos tener un año horrible, con altísima inflación e inclusive con un ciclo recesivo».
–¿Cree que existe la posibilidad de que se revierta la medida tomada desde Estados Unidos?
-El tema es que esto es como un matrimonio que ya no se quiere, ya se dejaron de amar, no se desean, pero se necesitan. Chevron no se quiere ir de Venezuela y Venezuela no quiere que Chevron se vaya. Así es sencillo, pero fue el señor Trump quien se metió ahí y dijo, ‘No, ustedes se divorcian’, pero ninguno de los dos quiere.
Sin embargo, considera que Chevron «pudiera eventualmente, si el gobierno (de Venezuela) se lo plantea, y los Estados Unidos lo permiten dentro de su legislación, de las licencias y de las sanciones, una negociación alternativa«.
José Manuel Puente confía en que tanto Venezuela, como la petrolera estadounidense tratarán de explorar esta posibilidad: «Entonces, sí es un escenario posible, pero claro, no es tan fácil porque las sanciones norteamericanas pueden ponerle una cantidad de paredes a esa negociación, que la harían imposible. Vamos a ver qué termina pasando y también qué pasa con el lobby norteamericano».
Estima que la decisión del gobierno estadounidense tiene que ver con el radicalismo de un grupo específico «en Washington, a nivel del Congreso y ahí cercano a Trump, que están presionando, porque creen que las sanciones van a generar una transición política en Venezuela cuando no hay mucha evidencia de que eso vaya a ocurrir».
«Corea del Norte, Cuba, Zimbabue, esos tres países han tenido todas las sanciones que existen en el planeta y en ninguno de esos tres países ha habido transiciones políticas (…) Yo sí creo que los venezolanos que creemos en la democracia, en las instituciones, en la libertad, tenemos que seguir luchando porque Venezuela vuelva a ser una democracia viva, con instituciones sólidas y con libertad de expresión total. Pero con sanciones solamente no lo vamos a lograr».
Considera que son, tal vez, las sanciones individuales las que podrían generar presión dentro de las esferas que mantienen el poder sobre Venezuela: «Pero eso tiene que ir acompañado otras decisiones, que yo no soy la persona más indicada para decir cuáles son».
El magíster en Administración Pública y Políticas Públicas concluyó que «sin estabilidad política no va a haber estabilidad macroeconómica«, en Venezuela. «Es una desgracia, pero es lo que hay, y hay que seguir empujando el camión con resiliencia».