«El tema de la gasolina llegó para quedarse. Es momento de analizar la propuesta para que el Gobierno interino pueda hacer gestiones para que un barco de Citgo pueda abastecer el mercado porque la situación es insoportable», el parlamentario José Guerra
El diputado de la Asamblea Nacional (AN), José Guerra, calificó como «insoportable» la escasez de gasolina en todo el país y se pronunció entorno a la incautación de los cuatro buques que presuntamente venían a Venezuela provenientes de Irán, y le advirtió a Juan Guaidó y el Parlamento que es momento de gestionar la llegada de combustible procedente de Citgo.
«El tema de la gasolina llegó para quedarse. Es momento de analizar la propuesta para que el Gobierno interino pueda hacer gestiones para que un barco de Citgo pueda abastecer el mercado porque la situación es insoportable. La gasolina de Irán se acabó, lo que queda es una reserva para el funcionamiento básico», indicó el parlamentario.
Guerra explicó que la reserva existente en el país proviene de la poca gasolina que se logró producir con la «reactivación intermitente» de la Refinería El Palito en Puerto Cabello y afirmó que para regularizar la distribución interna se deben producir unos 150 mil barriles diarios del carburante.
«La escasez que se vio en marzo se verá otra vez porque no puedes depender solo de la gasolina importada. La principal restricción es la materia prima porque por cada barril de gasolina necesitas barril y medio de petróleo crudo que tampoco hay», añadió.
El constituyentista Francisco Torrealba también ha planteado esta propuesta, de usar el combustible procedente de Citgo, así como también resistencia entre diputados como el presidente de la Comisión de Energía y Petróleo de la AN, Elías Matta, a quien le preocupa la manera como administrará el combustible en caso de que el Gobierno de Nicolás Maduro permitiera su ingreso.
La escasez de combustible produce que el mercado negro de gasolina solo beneficia a los militares, donde el precio promedio de venta del litro de gasolina negociada fuera del mercado formal es de 2,50 dólares el barril, lo que la convierte en «la gasolina más cara del mundo».