El economista muestra preocupación por «las pocas herramientas que tiene el Gobierno» para luchar contra la devaluación y las presiones inflacionarias. Agrega que el gobierno seguirá «corriendo la arruga» con el tema salarial y señala que «en este momento no veo que lo vaya a querer hacer»
La volatilidad cambiaria será la norma de este año en mientras la economía venezolana no tenga certezas sobre sus ingresos sostiene el economista Luis Oliveros al hacer una proyección del comportamiento económico de 2023.
En el marco del evento «Una mirada a la Venezuela 2023», organizado por la firma LOG Consultancy, tuvimos la oportunidad de conversar con el economista sobre su exposición y las perspectivas que maneja en el corto plazo de la economía venezolana.
Oliveros se muestra cauteloso en el análisis ya que la situación del país es complicada y llena de contradicciones. Señala que luego de seis trimestres con la economía creciendo ahora el consumo muestra una baja y la actividad económica está cayendo.
Oliveros indica que en este momento no estamos en recesión sin embargo siente preocupación por la evolución de los precios en los últimos tres meses.
-¿Estamos en riesgo de volver a la hiperinflación?
-Sí. Aunque no hay cifras oficiales del Banco Central de Venezuela, los números de enero apuntan a que la inflación fue bastante fuerte, tal vez 40%. Eso nos pone en el umbral del 50% que es el indicador de la hiperinflación. Pero aunque no caigamos en hiperinflación, porque febrero quizás esté más bajo y marzo también, entre otras cosas por la declaración del Impuesto Sobre la Renta, preocupa que en Venezuela estemos en unos números tan negativos como los de noviembre, diciembre y enero. Me preocupa en especial las pocas herramientas con las que cuenta el Gobierno para mantener a raya la devaluación de la moneda y la variable inflacionaria. Ojalá que la situación fiscal mejore, porque si esto sucede tendremos una inflación menor y no requeriríamos financiamiento monetario del BCV. Me preocupan los niveles de inflación que tuvimos en enero, en febrero y las pocas herramientas que tiene el Gobierno para luchar contra ello.
-Vamos a seguir teniendo volatilidad cambiaria. El stock de reservas es muy bajo. Venezuela sigue vendiendo petróleo a descuento y ese descuento es muy importante. por otra parte la producción petrolera no está creciendo a niveles sustantivos como para pensar que va a generarse una mejora interesante en sus ingresos. Por otra parte está el tema de la credibilidad del BCV en este momento en el país.
-Hay posibilidades de incrementar los ingresos más allá del cobro de los impuestos.
-La única manera de aumentar de manera importante los ingresos es a través de una flexibilización de sanciones donde Repsol, Eni, la misma Chevron y otras empresas petroleras occidentales tengan acceso para invertir en el país, a producir más y a vender a mejores precios que los que está vendiendo en este momento PDVSA con los descuentos.
-¿Eso eso es posible? ¿Las transnacionales petroleras están interesadas en volver al Venezuela en esta situación?
Sí. Están interesadas. Recordemos que uno de los principales productores del mundo invadió a un país y hay un tema de sanciones que afectan las exportaciones de Rusia. Esa oferta petrolera está siendo buscada en otros proveedores. Venezuela no va a compensar toda la oferta petrolera rusa, pero cada barril de petróleo, cada molécula de gas que Venezuela pueda colocar en el mercado, es un barril menos, una molécula de gas menos por la que el mundo tiene que preocuparse de cara al tema ruso.
-Hay una protesta social importante con el foco puesto en el tema salarial. ¿Cuál es su percepción de lo que pasará?
-El gobierno va a seguir corriendo la arruga y aumentará los salarios en mayo cuando tenga una mejor situación fiscal. En este momento no veo que lo vaya a querer hacer.
-¿Cuál sería el costo para el Gobierno de un aumento salarial, digamos hasta 50 dólares?
-Es inviable para el Gobierno llevar el salario mínimo a 50 o 60 dólares. Es inviable desde el punto de vista de su situación fiscal. Si bien recibe más ingresos y tiene una mejor situación fiscal que el año pasado, el Gobierno está buscando ahorros de cara al evento electoral, entonces para ellos, en su planificación financiera un aumento de salarios no es su prioridad.