Este martes de discute en la plenaria de la Asamblea Nacional la Ley de Presupuesto para el año 2023 y el dirigente adeco señala que propondrán anclar la variabble cambiaria a una moneda dura de referencia. Señala que la oposición debe resolver «un problema hepático» porque sus dirigentes anteponen mezquindades y rencillas personales. «Piensan con el hígado» sentencia
Luis Eduardo Martínez es un hombre que ha sabido convivir con el universo político venezolano y tiene la capacidad de poder conversar hasta con quienes se colocan en las antípodas de su posición. Ahora levanta la voz ante lo que considera una grave distorsión que impide el desarrollo del país: La Ley de Presupuesto para el año 2023.
Conocedor del mundo parlamentario objeta lo que considera poca transparencia en el debate alrededor de la relación de ingresos y gastos del Estado prevista el año que viene.
«Discutir es un decir, porque hasta el día de hoy no ha habido una discusión como tal. Buena parte de los que deberían estar en la discusión ni siquiera conocen los varios tomos entregados por el Ministerio Planificación», advierte.
Martínez levanta las alarmas sobre el impacto que causa la depreciación del bolívar sobre el presupuesto de egresos propuesto y advierte que «cada día se hace más pequeño y los más perjudicados son los trabajadores porque la partida de sueldos y salarios cada vez es más pequeña en terminos reales».
Sin embargo pone la lupa sobre los ingresos que irán aumentando automáticamente porque la mayor de ellos ingresa en dólares. «Tenemos un presupuesto que crecerá en ingresos pero el gasto se quedará igual, dejando un diferencial de recursos que el Ejecutivo manejará de manera discrecional, sin beneficiar a los trabajadores».
Martínez llega puntual a la cita acordada en la redacción de Contrapunto.com y después de compartir un café, comenzamos la entrevista.
-¿Discutir un presupuesto que se devalúa tan aceleradamente tiene sentido?
-Se torna irrelevante porque el Proyecto de Presupuesto entregado el 14 de octubre, con una tasa de cambio de ocho bolívares por dólar -incluyendo la Ley de Endeudamiento- equivalían a unos 21.000 millones de dólares. Para el día de hoy (viernes 9 de diciembre) con la tasa del BCV el presupuesto de alrededor 170.0000 millones de bolívares, que no ha cambiado, ronda los 10.000 millones de dólares. En valores absolutos el Presupuesto ha perdido 11.000 millones de dólares y se ha reducido a menos de la mitad para la fecha. Lo más grave es que la tendencia alcista del dólar, que es la moneda referencial, sigue con toda fuerza. Para cuando entre en vigencia en enero será cada vez menos y no pensemos en febrero cuando se desembolse el primer dozavo que será aun menos todavía. Es decir que estamos frente a un presupuesto ficticio como cualquier fantasía que nos imaginemos. Hoy el presupuesto es papel para la basura.
-¿Cuál es la propuesta de acabar con esta distorsión?
-Yo he hablado informalmente con otros colegas parlamentarios y aprobar un presupuesto en estas condiciones se haría como una formalidad porque la Ley así lo exige, antes del 15 de diciembre. Tal como está concebido es poco lo que puede aportar para el aparato productivo y el funcionamiento de la administración pública.
-¿Qué van a plantear entonces?
-Vamos plantear formalmente, porque ya lo hemos hecho en la Comisión de Economía de la AN, anclar el presupuesto a una moneda fuerte. En caso que no se acepte el dólar o el euro por razones ideológicas, una opción es que se ancle al yuan “de nuestros hermanos chinos”, en los que ellos tanto confían. La otra posibilidad es el petro. El grave problema que tenemos es que los egresos anclados al bolívar cada día son menos. Las gobernaciones, alcaldías y ministerios tienen una asignación en valor real muy inferior a la hecha en octubre. Por otro lado los ingresos se autocorrigen, porque… ¿Cuáles son los mayores ingresos que Venezuela tiene? Son dividendos y regalías por ingresos petroleros que se perciben en dólares. Por lo tanto al subir la tasa de cambio los ingresos serán mayores, pero los gastos presupuestados se quedan en su valor original en bolívares.
Explica Martínez que los impuestos también «se autocorrigen porque manejan montos más altos y así el IVA, IGTF, los impuestos por importación también se corrigen al alza. Estamos castigando los gastos y privilegiando los ingresos y al final lo que va a quedar es una gran masa monetaria en bolívares que el Ejecutivo manejaría a su total discreción. Nuestra propuesta es que los ingresos y los egresos se anclen a una moneda de referencia lo suficientemente fuerte. Así si los ingresos aumentan por el precio del petróleo y la devaluación los vuelve más bolívares eso tenga su espejo en el presupuesto de gastos.
-¿Cómo quedan las gobernaciones y alcaldías?
-Hay una distorsión inaceptable. Todas suman el 4,76% del presupuesto de gastos. El Consejo Federal de Gobierno tiene alrededor del 1%. Es decir, que apenas un poco más del 5% es para estados y municipios y el 95% para la administración central. Esto nos aleja de procesos que se vivieron hace tiempo atrás, cuando la descentralización permitió que gobernaciones y municipios manejaran mayores recursos.
Hablando de descentralización llama la atención sobre algunas intervenciones en el parlamento que tilda de “solo discursos”. Coloca el tema del Estado Comunal y la discusión que alrededor de esta propuesta se ha dado. Señala que para que eso funcione debe tener recursos.
“Para el Ministerio de la Comunas apenas hay asignados 900 millones de bolívares, que equivalen a 80 millones de dólares. Un diputado del oficialismo dijo que había 40.000 comunas en Venezuela. Es decir que a cada comuna le van a asignar unos 50 dólares al año”, señala Martínez.
El parlamentario suelta la siguiente reflexión: “Yo le pregunto a los comuneros… ¿Qué pueden hacer con 50 dólares al año? Eso demuestra que hay una disonancia completa entre la narrativa y lo que en efecto hacen. La única manera en que se preserve la capacidad de inversión y de gastos en la administración pública en Venezuela es que se ancle el presupuesto a una moneda dura de referencia».
«Los mayores castigados en este proceso son los trabajadores del sector público. Porque la partida de sueldos y salarios seguirán fijas en bolívares y los ingresos», sentencia el dipuutado por Aragua.
-La estrategia es gobernar girando contra ingresos extraordinarios y eso ayuda a saltarse controles.
-Un amigo de la cúpula del Gobierno me dijo: “Mira Luis, estamos en el modo Eudomar Santos, como vaya viniendo vamos viendo”. De tal manera que lo que tenemos en vez de un presupuesto es una expectativa de manejo de caja. Eso es inaceptable. El Presupuesto es lo que le da orden a la administración pública.
-¿Y la Ley de Endeudamiento?
-Va destinada al pago de deuda y a algunos proyectos que son los mismos del año pasado. Todo indica que no hubo capacidad de endeudamiento y entre el default y sanciones nadie le presta a Venezuela. Son los mismos proyectos pero con montos más pequeños. Soy muy pesimista.
-¿Cuál es la percepción que tiene de la distribución del Presupuesto?
-Los porcentajes, como parte del presupuesto, para Educación y Salud son los más altos del mundo. Lo que pasa es que es un presupuesto pequeño, que está devaluado. El Ministerio de Educación tiene aproximadamente el 16,6%; el de Educación Universitaria tiene el 5,7% y hay casos particulares como la Universidad de las Fuerzas Armadas, fundaciones culturales que hacen que el presupuesto de Educación alcance el 22% del presupuesto nacional. Ojalá que en el futuro, cuando se recupere la moneda, se mantenga esa tendencia. No hay futuro sin educación. Debo reconocer que eso es un aspecto positivo.
-¿Cuáles son las reformas o decisiones económicas que se deben tomar para salir de la crisis?
-El modelo debe cambiar. Tiene que abrirse la economía. Necesitamos divisas que solo pueden fluir a través de inversiones extranjeras, fuentes privadas de financiamiento y multilaterales, pero eso no será posible mientras no haya confianza. No puedo olvidar el tema de las sanciones, que le quitan la capacidad al Estado venezolano de insertarse en los mercados internacionales.
Martínez se muestra preocupado por la falta de financiamiento en el país y señala que es indispensable bajar el encaje legal.
«Hay que autorizar los préstamos contra los dólares que están en custodia en la banca, en donde hay 1.000 millones en efectivo. Se necesita esa autorización para reactivar el crédito. También se requiere reformar la Ley del Mercado de Valores que tiene meses que fue presentado por Sunaval y duerme en la Consultoría Jurídica», señala el parlamentario electo por la tarjeta de Acción Democrática .
A la hora de señalar las fuentes que pueden generar ingresos recuerda la privatización de CANTV y del Banco de Venezuela en la segunda administración de Carlos Andrés Pérez que «significaron 3.500 millones de dólares».
«Colocar 10% de las acciones de Cantv en la bolsa es muy poco. Hay gente dispuestos a meterse allí. Hay que abrir la economía, ir a un proceso serio de privatización y generar confianza. Con el actual modelo y las sanciones es imposible cambiar y mejorar las condiciones para la población en general.
Un problema político y hepático
-¿Es posible que la oposición venezolana genere el músculo para generar la presión suficiente que haga al gobierno rectificar en plano económico?
-Hoy no. Este no que te digo es un no rotundo.
-¿Por qué?
-Porque cada quien juega por separado. Cada quien atiende a sus intereses y debo decirlo con dolor… pareciera que muchos no le están dando importancia al tema económico, ni al social.
Indica que rescata la decisión, “después de mucho insistir”, que en las reuniones de diálogo en México “se cambio la ecuación. Lo político electoral era lo prioritario y después de tanto insistir que lo prioritario era lo económico y social se logró que en México se acordara la liberación de 3.500 millones de dólares y la licencia de la OFAC a Chevron.
-Usted ha sido de los políticos que ha tratado de tender puentes. ¿Qué los ha derribado?
-Los hígados. Y lo digo muy en serio. Lo que dificulta que se crucen esos puentes son los hígados de los dirigentes, que no líderes. De los que ponen por delante sus odios, rencillas -muchas de ellas son de carácter personal- que impiden que Venezuela pueda de marchar en una senda diferente. Aquí llegará el momento en le pasen factura, porque va a quedar claro que aquí no hay cambio porque todos no han querido sentarse a conversar. Es fácil sentarse con el Gobierno. Salvo una excepción, todos se han sentado, en México en Caracas, en la Quinta Anauco, en las casas de fulano y sutano que yo se dónde viven y cuándo se reúnen.
-¿Es un problema hepático entonces?
-Definitivamente.
-AD su partido…. ¿Qué va a pasar con los adecos?
-Te digo lo que o quisiera que pasara. La idea es que fuéramos un factor de unidad, generador de armonía entre los diversos sectores de la oposición y contribuir de manera decisiva por la vía electoral un cambio pacífico en el país.
-¿Qué impide eso?
-El problema hepático. Ojalá se empiecen a pensar con el corazón, ni siquiera con la cabeza. Todos estamos metidos en la misma crisis hepática.
