«El pacto no persigue crear una nueva organización sindical, ni una nueva central ni nada parecido. Se trata de un gran acuerdo político para recuperar el salario de los trabajadores activos y jubilados», aclararon
Más de 20 organizaciones de trabajadoras y trabajadores acudieron este sábado 12 de julio a la asamblea convocada en Caracas por la Coordinadora Metropolitana de Trabajadores en Lucha (CM-TL) y el Comité Nacional de Conflicto de Trabajadores en Lucha (CNC-TL). Durante el encuentro se discutió la propuesta de llegar a un pacto o acuerdo laboral unitario que permita romper la división entre las organizaciones y «derrotar la política salarial del gobierno actual».
«Un pacto es un acuerdo con distintos factores, en este caso, en el campo laboral. Pero no es solo para realizar una tarea, una marcha o un acto. Es un acuerdo para un período histórico de nuestra lucha. Incluye múltiples acciones, iniciativas, formas de lucha, que comprometan a todos sus firmantes. Se trata de unirnos sólidamente para derrotar la política salarial del gobierno actual y frenar todas las violaciones que comete a los derechos y reivindicaciones laborales. Lo principal es que sea un compromiso para una coyuntura, voluntario, explícito, global y sobre todo formal», explica el documento que sirvió de base al encuentro de este sábado.
«El pacto no persigue crear una nueva organización sindical, ni una nueva central ni nada parecido. Se trata de un gran acuerdo político para recuperar el salario de los trabajadores activos y jubilados», aclararon. Para eso, todas las organizaciones son bienvenidas, reiteraron.
Las organizaciones consideran que el objetivo es histórico porque «se trata de buscar la unidad de una diversidad de sectores sindicales disímiles, con distintas posiciones políticas, con posturas ideológicas en algunos casos antagónicas, con niveles de desarrollo organizativo desiguales. Este objetivo tiene un sentido histórico porque busca llenar una deuda del movimiento sindical organizado con el conjunto de trabajadores, sindicalizados o no, para derrotar la actitud intransigente de los patronos».
El acuerdo, como lo resaltaron, es voluntario, por lo que demanda, en primer lugar, «un grado de compromiso con los intereses de los trabajadores. Se trata de dejar a un lado los intereses particulares y tener conciencia de que cada organización sindical por su lado no está en condiciones de conquistar avances significativos respecto del salario como principalísima reivindicación».
También debe ser muy claro para todos los participantes. «Debemos conocer claramente su contenido, sus partes estructurales, sus objetivos, las fases que se establezcan, las responsabilidades de todos y cada uno de sus firmantes. Debe ser el resultado de un proceso de debates, de intercambios de opiniones, pensando siempre en el interés colectivo y que no choque con el interés particular de cada factor», enfatizaron.
Para que sea global «debemos establecer las acciones sindicales que se requieran y elaborar conjuntamente un plan de lucha, con un equipo que coordine y garantice el cumplimiento e implementación de los acuerdos y el plan de lucha».
El pacto o acuerdo debe ser respetuoso de la autonomía. «Cada cual podrá mantener el desarrollo de sus orientaciones políticas, pero también no deben hacerse acciones que entorpezcan las políticas acordadas en el pacto. Las normas y el funcionamiento de los acuerdos deben estar taxativamente establecidos».
Para alcanzar este pacto se necesita, como lo resaltaron, persuasión, tolerancia, respeto, y flexibilidad. «Las diferencias, denuncias, críticas y pugnas internas que hasta ahora hemos tenido deben ser procesadas y canalizadas para que no obstruyan el avance del proceso unitario. La situación que vivimos reclama una mayor madurez política, una unidad más estrecha y el mayor esfuerzo por fortalecer el movimiento sindical y obtener victorias concretas».






