El chocolate puede dulcificar los sinsabores, pero no puede disfrazar una realidad difícil. Para Cakawa, la marca de chocolate venezolano que busca desenterrar la raíces del cacao venezolano y apoyar a productoras y productores, este año ha sido complicado debido a la caída del consumo.
Soraya El Achkar, creadora de la marca, lo describe así: «Un año difícil, contraido, complejo. La venta disminuyó al menos 40 % y ha sido difícil sostenernos. Seguimos de pie porque tenemos trabajos alternos, proyectos alternos y ventas institucionales que nos ayudan. Pero el detal se ha visto afectado, y los últimos seis meses han sido muy difíciles».
Cakawa ofrece entre 45 y 50 productos diferentes, que incluyen grageados, seis colecciones diferentes, chocolates intervenidos, bombonería, galletería, brownie, panetón. «Y 20 maneras de ofrecer una taza de chocolate caliente», recuerda. La marca mantiene relaciones con ocho productoras y productores, con quienes desarrolla «un trabajo educativo, pedagógico, de ver qué familias hace bien el trabajo de la post cosecha, porque esto es alimento y deben cumplir con requisitos sanitarios y hacerlo correctamente»; son de los estados Apure, Barinas, Miranda y Carabobo. «El trabajo más bonito de Cakawa es el que hacemos con los productores».
El optimismo que caracteriza a El Achkar la lleva a plantear nuevas propuestas. Este 14 de diciembre realizará el mercadillo de lo «hecho a mano», con la presencia de 15 marcas. Y también hará el lanzamiento de la línea de bombones de Navidad, con ocho sabores como torta de Navidad, amaretto, frutos secos; y el de la línea «Negritud», que incluye una barra con cacao de Patanemo y una barra con cacao de Barlovento, «en homenaje a todas las personas que fueron esclavizadas alrededor del cacao». «El cacao de Barlovento es el más querido por los venezolanos, con tonos de cambur titiaro y frutos rojos».
¿Por qué regalar chocolate? «Para que te quedes en el corazón de la gente, porque si regalas un bolígrafo o una libreta, eso pasa. Pero si regalas chocolate, eso entra en la boca y se queda en la memoria sensorial de la gente». La idea es tener chocolate en la mesa de Navidad y de Año Nuevo, porque es símbolo de paz, prosperidad, «de lo que somos como venezolanos».
El cacao «tiene en el país 5 mil años. El café tiene 300 años. Visto así, el café es un recién llegado al lado del cacao. Nosotros somos genéticamente cacao», subraya.






