El debate de los empresarios hoy no solo es cómo ser el mejor sino cómo compenetrarme con el público que consume los bienes y servicios que se producen. Ser bueno no basta
En momentos que los mercados se han reinventado globalmente a raíz de la pandemia de la COVID-19, la actitud de los consumidores frente a las marcas también han sufrido algunas variaciones que deben ser tomadas en cuenta para lograr una mejor identificación con los públicos objetivos.
Durante la conferencia de Carlos Jiménez «Conviértete en una marca útil», que se llevó a cabo en el Instituto de Estudios Superiores en Administración (IESA), el investigador señaló que una de los atributos mejor valorados por los consumidores latinoamericanos es la utilidad.
En el evento organizado por el IESA con el patrocinio de Diageo, Jiménez explicó que ha cambiado la percepción de las audiencias sobre el concepto de empresa o marca exitosa.
Señaló el líder de la firma Tendencias Digitales, que en el pasado «reciente» una empresa era considerada exitosa en función de su tamaño, su reconocimiento y porque generaban empleo. Indicó que el paradigma cambió y hoy los atributos fundamentales son Utilidad, Calidad y Autenticidad.
«Los consumidores se han vuelto más convenientes. La pandemia nos ha hecho más convenientes», sentenció Jiménez.
Hace hincapié en la segmentación de los mercados para entender cada una de las formas cómo perciben los consumidores a «una marca útil».
Enfoca su explicación a través de las distintas distintas generaciones y señala que los Baby Boomers (los nacidos después de la segunda guerra mundial y hasta mediados de la década de los 60 del siglo pasado), se enfocan en el funcionamiento de los productos.
Por su parte, la Generación X, que sigue a los Baby Boomers está más pendiente de la relación precio valor.
Caso distinto a los dos anteriores son la Generación Y, y la Generación Z. En el caso de la primera busca atención y que las marcas los lean anticipadamente y le ofrezcan lo que ellos necesitan antes de que lo soliciten.
Estos consumidores necesitan ser oídos e interactuar con las marcas para sentirse identificados y allí definen el concepto de utilidad de la marca.
Por su parte, la Generación Z siente que una marca es útil cuando presta un servicio a la sociedad y el colectivo puede beneficiarse de esta gestión que usa la empresa a través de bien o el servicio que ofrece.
Partiendo de estos parámetros las empresas deben definir sus estrategias de comunicación para conectar con las audiencias «porque cuando le hablas a todos no le hablas a nadie», sostiene Jiménez.
«Las marcas no oyen a sus clientes. Es necesario reconocerlos, escucharlos», sentencia Jiménez quien además habla de una relación virtuosa en la que hay empatía, reconocimiento y conexión a lo que debe sumarse autenticidad y valores para covencer, más utilidad que materializa y ayuda al consumidor y el colofón de la ecuación es el propósito de la marac o la empresa que es la que motiva.
Así se construye una propuesta valor que conforman el menú de elementos a combinar para lograr construir una marca que sea útil.






