Los responsables de los sistema administrativos trabajan para conseguir las mejores prácticas para la facturación del impuesto a las transacciones en divisas
El Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF) entra en vigencia a partir de este lunes y todas las empresas consideradas “sujetos pasivos calificados como especiales”, deben cobrar y retener este tributo.
Estos actores del ámbito tributario eran los conocidos como “contribuyentes especiales” que en este caso son los que factura más de 600 bolívares al año.
Las empresas tratan de hacer ajustes a sus sistemas contables porque el cobro de tributo se vuelve una complicación logística.
Pongamos como ejemplo la factura de un examen en el laboratorio de una clínica.
Si el examen en cuestión tiene un costo de 20 dólares, si es cancelado en bolívares no existe problema porque este impuesto no se genera por esta operación.
El problema se presenta cuando el paciente quiere pagar en divisas porque el monto del examen se encarece y deberá pagar 20,60 dólares con el impuesto del 3%. ¿ cómo se paga esos 0,60 centavos de dólar para que luego sean enterados al Fisco por el agente de retención?
En Venezuela es casi inexistente la circulación de moneda fraccional de ninguna divisa, entonces surge el problema operativo. El cliente deberá pagar el impuesto en bolívares como una opción.
La otra opción es que la empresa eleve el precio del bien o el servicio hasta un monto en que junto al 3% dé una cifra redonda. De ser así, habrá presión sobre los precios en dólares traduciéndose en una disminución del poder compra del venezolano.
La otra opción es que la empresa absorba el impuesto y lo pague ella bien sea reduciendo el costo del servicio hasta una cifra que le dé un número redondo, lo que hará que baje la rentabilidad de la operación de la empresa.
Así como este son varios los escenarios que estudian los tesoreros, administradores y contables en las empresas que a partir de hoy deben cobrar y pagar el IGTF.