El consultor gerencial Benjamín Tripier aseveró que este es el momento para que las y los inversionistas decidan poner recursos y talentos en Venezuela.
«El inversor (el extranjero que vendrá y el nacional que repatriará capitales) sabe que las oportunidades en los países son mayores cuando se está en el período de lanzamiento; luego, cuando todo esté marchando, será más difícil penetrar, pues las barreras a la entrada serán más fuertes, y costará muchísimo. El tiempo para decidir invertir con ventaja es ahora cuando son pocos los que ven la oportunidad… Más tarde, cuando todos las vean… bueno… el tema será un poco más competido», reflexionó en uno de sus análisis de entorno.
El proceso de cambio en el país «aún no puede observarse a simple vista, pero el observador aguzado lo notará. Se generará una nueva tendencia que impulsará a que Venezuela se ponga “de moda” y todo el mundo quiera estar presente. Comenzará una fiebre de reestructuración de empresas, bancos, entes públicos, todo al mismo tiempo, y todos al mismo tiempo. Sin duda, Venezuela presenta hoy en día la oportunidad de comenzar uno de los procesos de cambio más profundos de Latinoamérica pues involucra todos sus sistemas e instituciones. Pero hay que estar claro; el proceso de cambio que vive el mundo, no se detendrá solo porque nuestra economía esté pasando por una tapa recesiva, ni porque haya controles, ni por el matiz político/ delincuencial que se le ha dado a todo últimamente».
Como lo resaltó, «El buen empresario sabe que hay ciclos, unos más largos y otros más cortos, y que, para llegar vivo al «después de…» debe gerenciar bajo crisis agrupando fuerzas y esperando la expansión. La agrupación de fuerzas que se está dando en Venezuela consiste en quitarle a las empresas el lastre de la ineficiencia y hacerlas más flexibles, para soportar la recesión, sin perder la fuerza vital que será necesaria para luego enfrentar la expansión».
Tripier destacó que, como consultor gerencial es «partícipe activo del esfuerzo que se lleva a cabo en la comunidad empresaria, alineando procesos y tecnología con las estrategias de negocio, reconociendo que la gente es el factor para que los procesos y la tecnología funcionen, aplanando las organizaciones y orientándolas al proceso, gerenciando el cambio, y conviviendo con la resistencia asociada».






