El presidente de Conindustria insiste en que la situación es «muy difícil», especialmente para aquellas empresas de sectores priorizados y advierte que de mantenerse la situación podrían cerrar cerca de mil industrias
Con optimismo y esperanza los industriales se plantan frente a una situación económica que los mantiene cada vez más asfixiados y los obliga a hacer malabares para permanecer en el país. Competir con productos importados no es un problema para este sector, siempre y cuando lo puedan hacer en igualdad de condiciones y actualmente no las tienen.
Solo escuchar los planteamientos del gremio devuelve la ilusión de la recuperación del país pero la realidad no es sencilla pues se requiere de una serie de medidas. Pérdida del poder adquisitivo, fallas en los servicios, falta de combustible, impuestos y dificultades de financiamiento son solo algunos de los problemas que aquejan a las empresas.
Larga es la lista de solicitudes del sector para aliviar muchas de estas dificultades que además afectan al resto de la economía porque son muchas las personas que dependen de esas empresas y que finalmente se convierten en clientes.
Adán Celis, presidente de Conindustria, insiste en que la situación es «muy difícil», especialmente para aquellas empresas que no están dentro de los sectores priorizados y tienen meses sin generar ningún tipo de ingresos o procesos que les permita seguir adelante. «Se habla de que esas empresas están entre el 5% y 10% de utilización de la capacidad instalada mientras que los sectores priorizados están trabajando a un nivel cercano al 25%, pero en general el virus chino nos ha afectado a todos en forma transversal, el impacto es muy importante y se está viendo especialmente en este último trimestre», dijo el representante de los industriales en entrevista para Contrapunto.
De mantenerse la situación, de las 2.200 empresas industriales que iniciaron el 2020 corren el riesgo de cerrar cerca de 1.000, lo que además pone en peligro entre 120 y 150 mil puestos de trabajo. En 2019 fueron alrededor de 600 las compañías que tuvieron que cerrar.
Las medidas de confinamiento por la pandemia han afectado en gran medida a un número importante de empresas, por lo que Celis reitera el llamado a producción con seguridad. Recordó que desde el inicio de la pandemia Conindustria elaboró un protocolo de bioseguridad para que las empresas puedan operar de forma segura. Dijo que es gracias a este manual que el sector reporta un bajo número de contagios de COVID-19.
-¿Cuál ha sido el costo para las industrias de las medidas implementadas por la pandemia?
Ha sido muy alto. En primer lugar necesitamos el tema de la continuidad en el trabajo, de la producción con seguridad, de que no suspendamos a las empresas, pero también que se tomen en cuenta los temas del crédito, del encaje legal para que puedan liberar los recursos de los venezolanos para que puedan ir a las fábricas, a las industrias, a los negocios, para poder dinamizar la economía y en especial en este momento de pandemia que se pueden usar para oxigenar las industrias y puedan tener la capacidad de cumplir con sus compromisos.
–¿Qué otras solicitudes tiene el sector?
Además de la apertura de las industrias con los protocolos de bioseguridad y la reducción del encaje legal solicitamos que se tomen en cuenta los aranceles, que se desplace el costo de los impuestos. Podemos saludar que por lo menos se llevó el IVA a 15 días pero con eso no basta, es una medida muy tenue. En términos generales hay una serie de pasos que son fundamentales para salvar empresas y con ello puestos de trabajo, ingresos de los venezolanos, productos que se necesitan, productos para la exportación, todo esto que al final dinamiza la economía y da productividad al país.
Las medidas no pueden ser aisladas. Además del financiamiento se necesita un marco jurídico que respete la inversión y la propiedad privada, que incentive el emprendimiento. El problema más grave que teneos ahorita es la pérdida de poder adquisitivo y la única forma de que se recupere es con inversión, que aumenten la necesidad de los puestos de trabajos, que las empresas empiecen a pelearse por los trabajadores y que los venezolanos que se han ido puedan regresar al país con oportunidades y confianza. Luego vienen los otros temas.
-¿Actualmente se favorece la importación de productos terminados?
Nosotros no tenemos miedo a competir con los productos importados, tenemos la capacidad de hacerlo y los mejores trabajadores del mundo. Que compitamos con productos importados, no hay problema, pero en igualdad de condiciones. Por ejemplo el producto importado debe tener una etiqueta que especifique los ingredientes, dónde fue hecho, y hasta la dirección de quien lo hizo para que el que tenga un problema con el producto pueda reclamarle. Hoy en día los productos vienen y no se sabe ni lo que se compra, las etiquetas vienen en idiomas extranjeros.
También queremos competir pero con productos de calidad, como sucedía antes, que no venían productos turcos o chinos, eran productos de Europa y Estados Unidos. Que entren productos con las condiciones, certificados sanitarios. Lo primero que se tiene que exigir es que los productos vengan es español, con certificado sanitario y pagando los impuestos que tengan que pagar, así es que estamos dispuestos a competir, y adicionalmente que se arreglen los servicios públicos para que las industrias venezolanas puedan competir con otras cuyos servicios son confiables y cuentan con combustible para transportar sus productos mientras nosotros tenemos que hacer largas colas para surtir.
-¿Hay voluntad por parte del Gobierno de Maduro?
Hay un planteamiento por parte del Estado que quiere que los productos se produzcan en Venezuela pero es que deseos no empreñan. Hay que tomar las medidas económicas requeridas, también atender el tema de los servicios públicos que es gravísimo. Tenemos que ir a un sistema en el que se privaticen los servicios públicos. La gente ya no tiene miedo de que privaticen los servicios, por supuesto que van a tener un mayor costo pero la gente sabe que el servicio más caro es el que no se tiene.
-¿Se han reunido con sus representantes?
Una sola vez hemos sino convocados, hace mucho tiempo que no hay reuniones entre el Gobierno y los sectores empresariales y los planteamientos los hemos llevado infinidad de veces, por eso decimos que es necesario un acuerdo político.
-¿Quiénes deberían participar en ese acuerdo?
Se requiere gente nueva que está en todos los sectores, hasta en el propio Gobierno hay sectores que creen en un modelo distinto de libertad económica y en el incentivo a la producción, y en la oposición también. Esos son los que deben llegar a ese acuerdo nacional para hacer los cambios políticos y económicos que se requieran que son al final los que van a traer bienestar a los venezolanos.
-Mientras eso sucede, ¿qué mensaje envía a los industriales?
Nosotros nos llamamos industriales pero nuestro apellido es terquedad. Mi llamado es que sigamos adelante, a que nos reinventemos, que tengamos creatividad e imaginación. Tenemos que seguir, no hay nada más costoso que cerrar una empresa y volverla a abrir, debemos tratar de mantener esos puestos de trabajo y esos colaboradores que hoy en día depositan la esperanza en los empresarios, que sigamos adelante a pesar de todo. El momento más oscuro de la noche es justo cuando amanece, cuando menos se espera pasan las cosas así que tenemos que seguir adelante por nuestro legado, por el arraigo hacia Venezuela, por nuestros colaboradores.