«Nadie en este país tiene TDC qué utilizar, los límites son insignificantes, ridículos. Lo cierto es que hoy el crédito bancario ha desaparecido», dijo
El economista Leonardo Buniak señaló que la reducción del encaje legal de 93 a 85% no es suficiente para reactivar la actividad productiva en Venezuela. De hecho, hay que seguir bajándolo para que vuelvan las tarjetas de crédito y se pueda dinamizar toda la economía, medida que no se toma debido a la «quincalla ideológica» en la que está sumergido el país.
Asimismo, considera que «es urgente que se reactive el crédito al consumo, que regrese la TDC para que se dinamice la actividad económica. Para eso hay que bajar el encaje legal», sostuvo.
Se refirió a la prohibición de otorgar créditos bancarios en dólares. Dijo que es una paradoja, pues la economía venezolana los amerita para poder crecer.
Agregó que si se permitieran, desaparecería la inflación y habría una mayor dinámica en la actividad económica.
«Entonces ocurre un problema ideológico, una quincalla ideológica, que impide reconocer que la economía venezolana ya está 100% dolarizada desde la demanda, las transacciones en dólares superan el 84% a nivel nacional. Es un tema ideológico que impide tomar la medida. Una de las sanciones que hay que levantar es disminuir el encaje legal y eso evidentemente ayudaría muchos a todos en Venezuela», subrayó.
Buniak apuntó que se debe buscar una medida que cree condiciones financieras para que el crédito bancario se recupere y financie la actividad productiva generadora de empleo y crecimiento económico.
E economista añadió que «en Venezuela, literalmente, el crédito se extinguió. Venezuela, en 2017, tenía una cartera de crédito de 12 mil millones de dólares, en 1990 eran 45 mil millones y al cierre 2020, la cartera consolidada no llega a 280 millones de dólares. Esa es la cartera de crédito de una agencia bancaria en Barranquilla, Colombia; en Manzanillo, República Dominicana. Es una cartera que se extinguió, la segunda más pequeña de América Latina, países como Colombia y Chile tienen carteras 600 veces más grande que la banca venezolana».
«Y eso no es culpa de otra cosa salvo la consecuencia de un encaje legal que represó en el BCV el 100% de los depósitos, impidiendo a la banca disponer de recursos para financiar la intermediación crediticia, por lo que desapareció la tarjeta de crédito, porque representa cerca del 3% de la cartera de crédito», aseveró.T