El economista Fabián Campos, miembro de la firma Datanálisis, afirmó que Venezuela atraviesa una dolarización de facto, en la que los precios se fijan en divisas extranjeras como el dólar o el euro, pero persiste una aguda escasez de moneda física extranjera. Esta situación, según explicó en entrevista con Fedecámaras Radio, genera una dinámica compleja tanto para los ciudadanos como para las empresas.
Durante su participación en el programa Análisis de Entorno, Campos describió cómo el venezolano ha desarrollado una relación dual con las divisas: piensa en dólares para preservar valor, pero transa en bolívares para sus compras cotidianas. “El venezolano se levanta pensando en divisas, transa en bolívares y luego piensa cómo recuperar esas divisas (…) Bolívar que entra, Bolívar que sale, un in and out. Y eso es un mecanismo no de consumo, sino de ahorro”, explicó.
Esta dinámica refleja una creciente incertidumbre en el comportamiento económico diario. Aunque los precios están referenciados en divisas, la falta de efectivo en dólares obliga a realizar pagos en bolívares, lo que ha provocado una reversión en la tendencia de remuneraciones. Campos señaló que, a diferencia de los años 2021 y 2022, cuando predominaba el pago en dólares, actualmente la mayoría de los salarios se pagan en moneda local.
El economista también alertó sobre presiones inflacionarias y distorsiones de mercado, generadas por la economía informal y la existencia de múltiples tasas de cambio no oficiales. Este fenómeno, explicó, obliga a los importadores a adquirir divisas a precios más altos, lo que se traduce en un aumento de los costos y, en consecuencia, de los precios al consumidor.
Campos subrayó que este entorno económico no solo afecta el poder adquisitivo, sino que también complica la planificación financiera de empresas y hogares. La falta de estabilidad en las tasas de cambio y la escasez de divisas físicas dificultan las operaciones comerciales, el ahorro y la inversión.
La entrevista se suma a otras voces que han advertido sobre los desafíos estructurales de la economía venezolana, marcada por una dolarización parcial, alta informalidad y volatilidad cambiaria. Aunque la referencia en divisas ha permitido cierta estabilidad en los precios, la ausencia de mecanismos formales y la escasez de efectivo siguen siendo obstáculos para una recuperación sostenida.






