El murciano completó los dos primeros sets antes de la hora perdiendo apenas seis puntos al servicio, una señal de solidez como pocas veces vista en el torneo
La carta de presentación de Carlos Alcaraz en Roland Garros fue marcada a fuego sobre la arcilla de París. El español inició su andadura en el segundo Grand Slam de la temporada con un estreno de hierro, apartando por 6-0, 6-2, 7-5 al italiano Flavio Cobolli para gritar presente bajo el cielo de la capital de Francia.
«Es fantástico jugar aquí. Era mi primera vez en la Suzanne Lenglen y he disfrutado mucho», dijo Alcaraz. «La energía de la grada ha sido genial y he salido jugando a gran nivel».
El Bosque de Bolonia arroja a Alcaraz a una situación repleta de inéditos. Por primera vez disputa un major siendo campeón en la categoría, nunca antes había encabezado el cuadro de un grande como principal sembrado y, ante la ausencia del 14 veces campeón Rafael Nadal en el evento, la principal atención del tenis español recae de lleno sobre sus hombros.
Ninguna de estas circunstancias pareció apartar la concentración del prodigio, capaz de asimilar la presión desde la valentía de sus 20 años.
El No. 1 del Pepperstone ATP Rankings se encargó de aplacar de inmediato la ilusión presente al otro lado de la red. Cobolli disputaba por primera vez en su carrera el cuadro final de un Grand Slam y conoció de inmediato la dureza del desafío. Con una movilidad asombrosa, imponiendo una derecha que cruzó la pista con furia, Alcaraz pronto marcó distancias ante la mirada de su adversario.
El favorito
El español levantó al graderío del Court Suzanne Lenglen con un ímpetu imparable, consumiendo apenas 25 minutos para atrapar una primera manga de vértigo. Lanzado por un tenis valiente, Alcaraz hizo suyos los ocho primeros juegos del partido y condenó cualquier atisbo de batalla desde los cimientos. El murciano completó los dos primeros sets antes de la hora perdiendo apenas seis puntos al servicio, una señal de solidez como pocas veces vista en el torneo.
El pupilo de Juan Carlos Ferrero tuvo que exprimirse en un cierre de partido repleto de curvas. Alcaraz no consiguió convertir una triple pelota de rotura al resto con 5-3 0/40, perdió su servicio en el siguiente juego y asistió a la reacción final de un Cobolli dispuesto a sobrevivir. Lejos de apresurarse ante el giro inesperado, Carlos consiguió reconducir la situación para resolver el partido sin necesidad de llegar al tiebreak.
«No es positivo perder el saque cuando sirves con 5-4», dijo Alcaraz. «Pero tenía que superar ese momento y olvidarlo. Creo que lo he dejado atrás bastante rápido y he recuperado buen nivel desde el 5-5».
En un escenario que promete grandes emociones en el futuro, Alcaraz afronta su tercera presencia en el cuadro final de Roland Garros. El murciano, que acumula un balance de 7-2 en el main draw parisino, logró escalar hasta la tercera ronda en 2021 y firmó su mejor participación pisando los cuartos de final en la edición de 2022, donde solamente pudo ser frenado por Alexander Zverev en cuatro épicas mangas.
Tras emprender el camino con éxito, Alcaraz medirá en la segunda ronda de Roland Garros al japonés Taro Daniel, vencedor por 6-0, 6-2, 6-4 sobre el australiano Christopher O’Connell en uno de los choques más solventes de la jornada. Aunque el choque no tiene precedentes a nivel ATP Tour, el español se impuso en un duelo sobre arcilla en el torneo ATP Challenger Tour de Oeiras en la temporada 2021.
¿Sabías Que…?
Carlos Alcaraz aspira a convertirse estos días sobre la arcilla de Roland Garros en el cuarto jugador español de la historia en levantar múltiples títulos individuales de Grand Slam. El murciano, vigente campeón del US Open, podría seguir los pasos de Sergi Bruguera (2), Manuel Santana (4) y Rafael Nadal (22).