El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) absolvió al exfutbolista Dani Alves del delito de agresión sexual por el que había sido condenado en febrero de 2024 a cuatro años y medio de prisión. La sala de apelaciones, integrada por tres magistradas y un magistrado, revocó la sentencia al considerar que el testimonio de la víctima —una joven de 23 años que denunció haber sido violada en los baños de la discoteca Sutton de Barcelona en diciembre de 2022— no era suficiente para mantener la condena.
En un comunicado, el TSJC señaló que la resolución inicial contenía «vacíos, imprecisiones, inconsistencias y contradicciones» en la valoración de los hechos, lo que llevó a la sala a concluir que la presunción de inocencia debía prevalecer. El tribunal destacó especialmente las grabaciones de las cámaras de seguridad, que mostraron a la joven entrar voluntariamente al baño tras Alves, un elemento clave para cuestionar su credibilidad.
La decisión no solo anula la pena de prisión, sino también las medidas accesorias impuestas en su momento: cinco años de libertad vigilada, nueve de alejamiento de la víctima y el pago de una indemnización de 150.000 euros, que el exjugador ya había abonado.
Además, el TSJC desestimó los recursos de la Fiscalía y la acusación particular, que buscaban aumentar la condena, y ordenó que las costas procesales fueran asumidas por el sistema judicial.
La respuesta no se hizo esperar. Irene Montero, exministra de Igualdad, criticó duramente el fallo en su cuenta de X (Twitter): «La sentencia que absuelve a Dani Alves alegando que la víctima no es creíble es un claro ejemplo de violencia institucional y de justicia patriarcal que desprotege a las mujeres y, como dice la ONU, mantiene la impunidad de los agresores». Su mensaje refleja el malestar de colectivos feministas, que temen que esta resolución envíe un mensaje desalentador a otras víctimas de violencia sexual.
La sentencia que absuelve a Dani Alves alegando que la víctima no es creíble es un claro ejemplo de violencia institucional y de justicia patriarcal que desprotege a las mujeres y, como dice la ONU, mantiene la cultura de impunidad de los agresores
— Irene Montero (@IreneMontero) March 28, 2025
Una y mil veces: sólo sí es sí pic.twitter.com/1dgrXWzEPH
Por su parte, la defensa de Alves celebró la decisión. Inés Guardiola, abogada del exfutbolista, afirmó a los medios que «por fin se ha hecho justicia» y recordó que su cliente siempre mantuvo su inocencia. Sin embargo, el caso podría no estar cerrado: la Fiscalía aún tiene la opción de llevar el asunto al Tribunal Supremo, un escenario que ya se baraja en círculos jurídicos.
El fallo marca el epílogo de un proceso judicial de más de tres años que ha mantenido en vilo al mundo del deporte y la justicia. Mientras Alves recupera su libertad plena, el debate sobre cómo los tribunales evalúan los casos de agresión sexual —especialmente cuando se reduce a la palabra de la víctima frente a la del acusado— sigue abierto, con voces que exigen reformas para evitar que testimonios como el de la joven sean sistemáticamente cuestionados.
La polémica está servida, y la sombra de este caso probablemente seguirá proyectándose sobre futuros juicios por violencia de género en España.