Una investigación de The Guardian cifró al menos 6.500 los fallecidos en esas tareas desde 2010
El ministro de Empleo de Catar, Ali Bin Samikh Al Marri, defendió que su país ya compensa a las familias de los trabajadores migrantes que han muerto o resultado heridos durante los trabajos de construcción para el Mundial de fútbol y negó que sea necesario un fondo específico para ello, como el que le piden diversas organizaciones de derechos humanos.
Al Marri acudió ante la subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo para participar en un debate sobre las condiciones laborales de los trabajadores migrantes en el país en la década previa al torneo, después de que una investigación de The Guardian cifrara en 6,500 los fallecidos en esas tareas desde 2010.
El ministro catarí consideró «un deber ético» compensar a las víctimas migrantes, pero dijo estar en contra del fondo sugerido por una coalición de organizaciones de derechos humanos que pedía reservar 440 millones de dólares para compensar a los trabajadores que han sufrido abusos en los últimos años.
Aseguró que su país ya tiene mecanismos para ello y afirmó que desde 2018 se han desembolsado 350 millones de dólares de compensación, por lo que instó a las organizaciones de derechos humanos a «dar nombres» de personas que no la han recibido.
La representante de Human Rights Watch en el debate, la directora de Iniciativas Globales Minky Worden, replicó que tienen «los nombres» de muchas familias de trabajadores muertos que ahora luchan por salir adelante con préstamos usureros porque los 350 millones desembolsados sólo han cubierto salarios no pagados.
Por ello, instó al ministro catarí a «extenderlo retroactivamente» para compensar también a los trabajadores que han sufrido abusos, y advirtió que «cualquier conversación sobre el legado» del Mundial en el país «será cuestionable sin esa compensación retroactiva», pese al «impulso positivo» del torneo en su legislación laboral.
Al Marri, por su parte, tildó de «desinformación» las diferentes cifras de trabajadores migrantes fallecidos en el país que han aportado diferentes organizaciones de derechos humanos y pidió regirse por fuentes como la Organización Internacional del Trabajo, cuyo informe más reciente apunta a 50 fallecidos y 500 heridos sólo en el año 2020.
Además, tachó ciertas narrativas opuestas a la celebración del Mundial en su país de «racistas» o «discurso de odio» y aseguró que, una vez se apaguen los focos del torneo, Catar seguirá el camino de las reformas laborales que ha iniciado en los últimos años.
«Es cierto que hay deficiencias en la implementación de estas reformas. Se han llevado a cabo en un periodo corto de tiempo, por lo que es natural encontrarnos con dificultades», defendió.






