Todo fácil para el equipo de Jurgen Klopp en su debut. Un autogol de Grant Hanley inauguró la liga, después de siete minutos. Poker Red en el primer tiempo, con goles de Salah, Van Dijk y Origi.
¡Listos, en sus marcas, fuera! Comienza la Premier League y el Liverpool golea en Anfield Road. En la temporada en la que se cumplen 30 años de su último titulo (cuando aún se llamaba First Division), los Reds quieren retomar el trabajo hecho el año pasado y cambiarle el resultado. Después de los 97 puntos y una sola derrota que la pasada temporada lo condenaron a un «injusto» segundo lugar, después del éxtasis europeo, Klopp & Co quieren conquistar Inglaterra, sin haber hecho mercado (gastaron «únicamente» 2 millones de euros) y recomenzando por las certezas de la pasada temporada. Sobre todos, Mohamed Salah y Virgil Van Dijk, líderes que anotan desde ya, en la primera del año.
Firmino, Origi, que buscan la consagración tras haber sido el hombre de la divina providencia el año pasado y los otros fieles del técnico alemán. Su fútbol «heavy metal» consiguió, desde el comienzo de la temporada, solos tras solos tan fuertes, que asfaltaron el pobre Norwich, abrumado (de a ratos) sin piedad alguna por los vestidos de rojo.
En el arranque del partido, pocas novedades, Klopp renuncia a Sadio Mané (quien entró en el 94) tras haberse sumado recientemente al plantel, debido a la Copa Africa. En el Norwich City, en cambio, el jugador más esperado es Timo Pukki, demoledor la pasada temporada en Championship, con 29 goles y 10 asistencias. Los primeros minutos son del Liverpool, pero los visitantes se tornan peligrosos en algunas ocasiones con Marco Stieperman y Timo Pukki, ambos neutralizados por Allison.
A los 7 minutos, llega el autogol de Hanley, que aplana el camino para los Reds. A los 19 el gol de Salah, a los 28 Van Dijk la manda a guardar (conectando un córner del egipcio) y nuevamente de cabeza, Origi, en el 42, para terminar el primer tiempo 4-0 para los de Anfield. Fútbol «heavy metal», nunca mejor dicho.
El segundo tiempo es una ordinaria administración del Liverpool, que roza el 5 a 0, antes del merecido descuento de su rival. Timo Pukki anota su primer gol en Premier. Única nota negativa, la lesión de Allison, que tuvo que ser sustituido tras un resbalón en un saque de meta. Pero el resto, es un carnaval. Aún faltan 37 juegos, sin embargo, el Liverpool manda un mensaje a Inglaterra entera, que retumba con fuerza en la «blue-side» de Manchester.