Este cinco de julio el Hipódromo La Rinconada arriba a sus 60 años de fundado y aún es una de las grandes obras arquitectónicas de la historia de Venezuela
El Hipódromo La Rinconada es la principal pista de carreras de caballos de Venezuela, ubicada al suroeste de Caracas, en la Parroquia Coche del Municipio Libertador. A pesar de las adversidades sigue siendo lugar de encuentro de la fanaticada hípica nacional.
En las instalaciones de este importante recinto deportivo se disputan, todos los sábados y domingos, las carreras al rededor de las cuales se reúnen amantes del deporte y apostadores asiduos, así como algunos curiosos ocasionales que persiguen un golpe de suerte, sus instalaciones fueron en varias oportunidades escenario para la realización de grandes eventos y conciertos.
La idea principal para la construcción del hermoso hipódromo vio luz en 1952 como respuesta a la poca capacidad del Hipódromo de El Paraíso el cual no se daba abasto para recibir a los visitantes de una de las disciplinas con mayor cantidad de seguidores en la capital venezolana de mediados del siglo pasado.
Los terrenos del nuevo hipódromo formaban parte una hacienda que adquirió el Estado venezolano en 1953 por la astronómica suma, para la época, de 213 millones de bolívares. Posteriormente, en 1955 se inició su construcción que costó 4 millones 500 mil dólares, otra importante suma para esa época.
Para asegurar la calidad de la construcción, el arquitecto norteamericano Arthur Froehlich, responsable del hipódromo de Aqueduct en la ciudad de Nueva York, fue el encargado del diseño del recinto y lo hizo sobre la base de los últimos adelantos en materia de ingeniería en aquel momento.
De igual manera, el arquitecto brasileño Roberto Burle Marx, fue el encargado de lo correspondiente al diseño del paisajismo y la jardinería, mientras que los murales estuvieron a cargo del arquitecto italiano Giuseppe Pizzo.
Cuando se celebraban 147 años de la firma del Acta de Independencia y un día después de la celebración de los primeros 14 años de la creación de la Sociedad Venezolana de Arquitectos, el 5 de julio de 1959, se inauguró Hipódromo La Rinconada.
Reseñan los cronistas que en medio de una gran expectativa; el público venezolano e internacional quedó satisfecho y maravillado por la calidad y belleza del nuevo hipódromo, una obra adelantada a sus tiempos y que representaba la modernidad y el desarrollo de una tierra que prometía prosperidad y crecimiento económico.
La Rinconada fue visto en su momento como uno de los recintos más importantes para la fanaticada hípica. Tal fue el auge que fue considerado, en su época dorada, una de las joyas arquitectónicas de la hípica mundial.
Para su inauguración, en 1959, el hipódromo constaba de tres tribunas de 12 localidades y 12 500 butacas. Las tribunas tienen capacidad de 8000, 1500 y 3000 personas sentadas, el hipódromo cuenta con una pista de 1800 metros, áreas de esparcimiento, bares, taquillas, estacionamiento cubierto y descubierto, caballerizas, hospital veterinario, un gran parque y dos pistas, una de carreras y otra de entrenamiento.
Tal fue el impacto del Hipódromo La Rinconada que fue utilizado como referencia por hipódromos famosos como el Belmont Park en Estados Unidos, el Ascot en Inglaterra y el Longchamps en Francia.
Cercanos al hipódromo se encuentran el Poliedro de Caracas, el Museo Alejandro Otero, El parque Hugo Chávez, un estadio de béisbol, la última estación de la línea dos del Metro de Caracas y la estación terminal del ferrocarril Ezequiel Zamora que conecta a Caracas con la población mirandina de Charallave, entre otros espacios que conforman el complejo que lleva el mismo nombre del hipódromo.
Hoy cinco de julio, el Hipódromo La Rinconada celebra 60 primaveras, extrañando aquella época dorada cuando el hipismo venezolano era referencia en Latinoamérica y el mundo, siendo testigos de carreras importantes como la de My Own Business, que lleva el nombre de un destacado ejemplar de la hípica venezolana, con 36 victorias, y una impactante trayectoria.
Contra las adversidades, los cascos siguen sonando en la pista y la fiebre de la fanaticada continúa ligando a sus favoritos haciendo sonar sus dedos y lanzando besos a los imponentes purasangre.